El populismo de extrema derecha en Europa fracasó en su primera prueba de 2017. El fuego nacionalista de Geert Wilders se quedó en un lejano segundo lugar en las elecciones holandesas.

El primer ministro conservador, Mark Rutte, aseguró la victoria en La Haya el miércoles por la noche, en medio de grandes despliegues de alegría. “Esta noche es una noche de victoria para los Países Bajos, después de Brexit, después de las elecciones en Estados Unidos, dijimos que lo pararíamos, que pararíamos esta forma equivocada de populismo”, dijo.

Se calcula que la participación en las elecciones fue del 81% del electorado, la más alta en tres décadas. La elección fue vista como una prueba para medir la fuerza del populismo de extrema derecha en Europa de cara a las elecciones francesas en abril y los comicios en Alemania, en septiembre próximo.

Con el 94% de los votos contados, el Partido Libertad y Democracia de Rutte (VVD) se quedó con 33 escaños en el parlamento nacional, de un total de 150. El Partido de la Libertad (PVV), de extrema derecha, con Geert Wilders a la cabeza, estaba en camino de quedarse con 20 lugares, apenas uno más que el popular Partido Demócrata Cristiano.

El partido de Rutte, que se movió a la derecha en el espectro político en respuesta a la ola populista que recorre el mundo, se quedó con ocho escaños menos que en 2012, pero el éxito del partido ante los desafíos de la avanzada de Wilders se celebró como una victoria.

Wilders, que está firmemente contra la migración masiva y la Unión Europea, declaró que Rutte “aún no se libra de mí”, en referencia a que el partido, y su ideología, seguirán teniendo una gran influencia en la política holandesa en el futuro.

Con informacion de cnn.com