DIEGO TORRES


El futbol de Israel vivirá este miércoles en un salón de Zúrich una jornada tan decisiva como la del próximo viernes, cuando la selección de Oriente Próximo saldrá a jugar al Molinón contra España. El rival de La Roja en la quinta jornada de clasificación del Mundial de 2018 solo tiene un punto menos (9) que el conjunto de Lopetegui (10). Pero en el plano jurídico puede perder muchos más si esta mañana el Comité de Observación tripartito se pone de parte de Palestina. Este organismo se formó en el seno de la FIFA en 2015 para examinar una posible sanción a la federación de Israel por permitir que sus clubes jueguen en Cisjordania, contraviniendo, en su caso, el artículo 72 de los Estatutos.

Gonzalo Boyé, el abogado de la federación de Palestina que forma parte del Comité de Observaión, explica que sus representados han sustituido los reclamos radicales por el arbitraje de un tercero: “En su día solicitamos la suspensión o expulsión de Israel de la FIFA. Luego, a petición de varios de los miembros, modificamos esa propuesta por la creación de este comité. Nosotros pedimos que se aplique el artículo 72.2 de los estatutos de la FIFA, que impiden que equipos de una federación compitan en el territorio de otra. Aquí hay seis clubes de Israel que juegan competiciones oficiales en los territorios de Cisjprdania. Toda la legalidad internacional y la legalidad de la FIFA respaldan nuestra postura”.

“Habrá tres propuestas”, dice Boyé; “mantener la situación actual, expulsar a Israel, u obligarlo a que, bajo pena de expulsión de la FIFA, desfedere a esos clubes. Cada una de las partes se posicionará y el resultado se elevará al comité ejecutivo de la FIFA para que se apruebe una resolución en mayo durante el Congreso”.

Los clubes en cuestión son el Maale Adumim, el Ariel, el Kiryat Arbá, el Bikat Hayarden, el Tomer y el Givat Zeev, que compiten en Tercera, Cuarta y Quinta División desde sus bases en Cisjordania. La federación de Israel sostiene que estos clubes estaban allí antes de que se reconociera el Estado palestino y que se trata de clubes de cantera, no profesionales. Boyé, además, advierte sobre consecuencias penales.

“La FIFA”, dice el abogado, “es una organización registrada en Suiza y, por tanto, sujeta a la ley suiza. No puede realizar actividades que contravengan la ley suiza. Eso puede acarrear responsabilidades personales de quienes toman las decisiones. La fiscalía del distrito sur de Nueva York ya ha demostrado que la FIFA no está por encima de la ley”.

Los activistas pro-palestinos insisten en emplear el término “apartheid” para definir la actuación de Israel con los palestinos en los territorios de Cisjordania. Boyé tiene muy presente que el presidente del Comité de Observación es Tokyo Sexwle, héroe del Congreso Nacional Africano. “Tokio”, recuerda, “estuvo 16 años recluido en Robben Island con Nelson Mandela. Él sabe perfectamente lo que significa el apartheid. Me imagino, porque lo vamos a descubrir este miércoles, que él aprobará una solución respetuosa con los derechos humanos”.

“Yo no olvido que el boicot que se hizo a los Springbocks fue uno de los detonantes de que Sudáfrica sea hoy un país democrático”, concluye Boyé. “El término apartheid está bien empleado si pensamos que en los territorios cisjordanos hay ciudadanos de primera y de segunda. Para que puedan ir a jugar equipos con Palestina dependemos de la buena voluntad de las fuerzas de seguridad de Israel. Si el Real Madrid quiere donar un juego de camisetas a un equipo palestino tenemos que pedir autorización a Israel para que esas mercancías lleguen a territorio palestino. Palestina es el único país del mundo que tiene dos Ligas: una en Cisjordania y otra en Gaza. Nuestro objetivo es que haya una sola Liga. ¿Por qué tiene que haber dos?”

 

Fuente:elpais.com