YAIR ETTINGER

La concientización sobre delitos sexuales en las comunidades ultraortodoxas ha aumentado en los últimos años, pero el último caso demuestra que la comunidad todavía se aferra a sus métodos tradicionales de cómo tratar con los delincuentes.

La reciente detención de 22 sospechosos ultraortodoxos por delitos sexuales presuntamente cometidos en los últimos dos años contra menores y mujeres llega en un momento de gran cambio en el enfoque de dicha comunidad con respecto al manejo de los delitos sexuales. Esto se refleja, en primer lugar, en un nuevo nivel de cooperación entre los haredim y la policía, incluyendo incluso instituciones educativas afiliadas a facciones ultraortodoxas particularmente insulares.

Otro cambio se relaciona con la intensa cobertura de delitos sexuales en los sitios de noticias ultraortodoxos, aunque aún no se extienda al periodismo impreso de la comunidad Haredi, pero sí a sus medios sociales.

Estos arrestos son un recordatorio de que el método tradicional de cómo abordar los delitos sexuales dentro de la comunidad sigue siendo utilizado. Al parecer, los registros de los depredadores sexuales se encontraban en manos de una sola persona – conocida en los círculos ultraortodoxos como el “casamentero”. Según los informes, esta persona operó bajo los auspicios de un organismo con sede en Jerusalem conocido como la “comisión de purificación” de la comunidad, que trabaja en varias comunidades religiosas.

El propio casamentero no es sospechoso en el caso ni ha sido detenido. Esta persona ha mantenido contacto con la policía durante años y ha testificado en muchos casos de delitos sexuales. Pero ahora se afirma que también manejaba una red de investigación y quejas sobre delitos sexuales, utilizando métodos tradicionales aceptados en el mundo Haredi. Por lo general, los delincuentes fueron obligados a someterse a terapia, posiblemente con un psicólogo, o han sido “exiliados” a otra ciudad.

El caso reciente fue descubierto casi por casualidad después de que el nombre del casamentero apareció en otro caso importante en la comunidad Haredi que implicaba un intento de incriminar a dos parejas de Ucrania en relación con una disputa familiar. La semana pasada se presentó una acusación sobre el caso. La información en manos del casamentero condujo a la nueva investigación.

El liderazgo de la comunidad mantiene una estrecha colaboración con las autoridades. Hace un año se celebró una conferencia a puerta cerrada sobre el tema de los delitos sexuales bajo los auspicios del rabino del Distrito Central de la Policía. En Jerusalem, se ha establecido un centro para el tratamiento de víctimas menores en la comunidad Haredi que opera con la participación de investigadores policiales, psicólogos y trabajadores sociales municipales.

Se han relatado casos en los que las escuelas ultraortodoxas han fomentado la presentación de denuncias policiales. Aunque la mayoría de los casos se siguen manejando sin notificar a la policía, hasta hace algunos años habría sido inaudito involucrar a los responsables de hacer cumplir la ley. Y ahora muchas escuelas ultraortodoxas, especialmente para mujeres, han introducido programas para abordar la cuestión de los delitos sexuales en la familia y la comunidad.

En el caso de los 22 sospechosos, los representantes de la “comisión de purificación” en contacto con la policía trabajaron dentro de la comunidad ultraortodoxa y con funcionarios externos simultáneamente. Por lo tanto, se espera que la investigación del nuevo caso examine las consideraciones que entraron en juego al decidir entregar a ciertos sospechosos a la policía mientras otros casos se siguen manejando en silencio dentro de la comunidad.

¿Acaso se debe a la gravedad de las denuncias o a la condición de las presuntas víctimas y delincuentes? ¿Tiene algo que ver con sus lazos con rabinos y otros que manejaron el caso?

Eli Schlesinger, reportero de la página web ultra-ortodoxa Behadrei Haredim, uno de los periodistas más prominentes que cubrieron el tema, que en el pasado no hubiese aparecido en los medios Haredim, señaló que la comisión de purificación ha colaborado con la policía, y el año pasado proporcionó una gran cantidad de material relacionado con un caso mayor de delitos sexuales en Modiin Illit. Schlesinger agregó que esta cooperación se verá perjudicada por el nuevo caso.

Avigayil Heilbronn-Karlinsky es fundadora de una organización llamada Lo Tishtok (No Callarás), que comenzó como una página de Facebook y se transformó en una agencia que proporciona ayuda a víctimas de delitos sexuales en la comunidad ultraortodoxa. Aunque ella afirma que se debe involucrar a la policía, explica que no hay un enfoque único que se aplique en todos los casos. “Hay muchas entidades privadas, no sólo ultraortodoxas, que tratan las cuestiones legales de los delitos en la comunidad y a veces lo hacen mejor que la policía, cuyos medios son limitados,” señaló.

Pero también dijo que su organización no recomienda tratar casos dentro de la comunidad de manera tradicional,” a menos de que no haya otra alternativa, ya sea porque las autoridades legales son incapaces de ayudar o porque las víctimas no acudirán a la policía”.

Dos casos particularmente graves que se trataron dentro de la comunidad Haredi y que ahora están siendo procesados, involucran a dos figuras de alto rango en yeshivas ultraortodoxas de Tel Aviv y Jerusalem. Ambos incidentes fueron tratados inicialmente dentro de la comunidad con la participación de importantes rabinos, pero las decisiones nunca fueron implementadas. Los delincuentes continuaron cometiendo delitos sexuales y no fueron castigados.

“En ambos casos, las personas enfrentaban la amenaza de ser entregadas a la policía, pero incluso cuando continuaron causando daños, no fueron denunciados por los funcionarios privados y comunitarios. Esto sucedió hasta que intervenimos y llevamos al primer denunciante a la policía,” explicó Heilbronn- Karlinsky.

Fuente: Haaretz / Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico