“Una niña de ocho años me preguntó: ¿por qué en Egipto D-os nos salvó y en el Holocausto no?” dijo el Rabino Shai Frondlij, de la sinagoga Ramat Shalom. “La respuesta a por qué la salvación no llega antes, sólo la tiene D-os, pero podemos ver que en Europa tuvimos momentos buenos y momentos malos, poco a poco las cosas fueron empeorando, no nos dimos cuenta al principio, pero en dado momento, comenzamos a pedir ayuda”.

“¿Por qué la salvación no llega antes? Tenemos que preguntarle eso a D-os”.

“Pero lo que sí podemos hacer es sacar algunas enseñanzas”, para lo cual, el Rabino contó una historia:

“En el ghetto de Varsovia, era la época de celebrar Pésaj, y una familia se sentó a cenar, el niño le preguntó a su papá: ¿Voy a vivir el próximo año para hacerte las preguntas de Pésaj?”

“El papá le respondió: ‘No sé si tú o yo vamos a estar vivos, pero lo que sí es seguro es que el próximo año habrá un niño judío que le pregunte a su papá judío”.

“La enseñanza es que la eternidad del pueblo judío no cesará.  Cada uno tiene su historia individual, pero el pueblo judío es para siempre”.

“La noche de Pésaj”, continuó el rabino, “se usa vino rojo, que representa la sangre de quienes fueron asesinados, por eso es que brindamos con él, ya que representa la eternidad, y que nosotros seguimos vivos y que el pueblo judío estará vivo por siempre”.