Los jóvenes que, este año, participarán a la Marcha de la Vida (un viaje guiado por Keren Hayesod que inicia en Polonia, recorre los campos de concentración y termina en Israel) se encontraron con sobrevivientes del Holocausto en México para pedirles consejos y hacerles preguntas; eso, en una actividad organizada por la Unión de Sobrevivientes en el complejo Bet El.

Los estudiantes entregaron regalos a los sobrevivientes y escucharon sus historias. Dolly Hirsch, sobreviviente, hizo una petición muy especial a los jóvenes:

“Tienen que tener valor de soportar los millones y millones de zapatos, de faldas, de abrigos, (que van a ver en los campos)”.

“Van a conocer la mentira más grande, además de “Arbeit Mach Frei” ( El trabajo los hará libres): que aquellas escaleras, que veíamos muy claramente,llevaban a unas regaderas. La gente de allí no salía; el humo no era humo, eran seres humanos que habían fallecido”.

“Cuando vayan, tengan el valor de pensar que los que entraron allí, no eran paquetes, no eran gatos ni animalitos ni pasto; eran los padres de Dolly, los abuelos de Dolly“.

Después de Bergen Belsen, mi madre, quien falleció de un cáncer muy feo, me dijo: “Si hubiera existido pasto, pasto hubiéramos comido”. Sólo había cemento. Pero no somos cemento, somos seres humanos que pudimos sobrevivir”.

Dolly mencionó que adoptó niños después de la guerra, los “niños maravillosos que tenemos”.

La sobreviviente bendijo a los jóvenes:

“Que D-os los acompañe. les de valor de ir y de volver con la frente en alto y de pensar: estuvimos donde fueron asesinados seis millones de personas”.

“Una cosa es ir con rifles y con cuchillos para defenderse; nosotros fuimos como ovejas”.

Y concluyó:

“Pero no morimos como ovejas, morimos como gente valiosa”.

A su vez, Abraham Majzner, sobreviviente del Holocausto, relató acerca de su regreso de los campos y respondió a una pregunta sobre D-os después del Holocausto:

En los campos no pensábamos en D-os, sino en sobrevivir un día más“, dijo.