EMBAJADOR DORE GOLD

La decisión estadounidense de arrojar una bomba de 11 toneladas, conocida como la “madre de todas las bombas,” en Afganistán contra un objetivo del ISIS puso nuevamente bajo el foco esa guerra entera y el hecho que, aparte del problema del ISIS, todavía hay un problema talibán en Afganistán.

¿Cómo es que los talibanes se han vuelto tan importantes durante los últimos años desde los ataques del 11/S? Es importante recordar que los talibanes son igual de problemáticas que las organizaciones terroristas que se han congregado en suelo afgano. Las políticas talibanas y los actos de los talibanes, desde fines de la década de 1990, han debilitado no sólo la seguridad del Medio Oriente sino también la seguridad del mundo.

Por supuesto fueron los talibanes quienes dieron protección a Osama bin Laden y a al-Qaeda antes de los ataques del 11/S. Ellos fueron localizados o protegidos originalmente por el régimen en Sudán, pero luego a mediados de la década de 1990, Bin Laden se mudó a Afganistán donde los talibanes habían asumido el control y le ofrecieron un lugar para sus campamentos de entrenamiento. Fue allí que Bin Laden planeó e implementó el horrible ataque en los Estados Unidos – contra New York y contra Washington, D.C.

Una cosa que aprendimos de toda esta experiencia es que el Occidente no debe permitir que los santuarios terroristas crezcan, prosperen y sean usados para planear ataques contra el Occidente. Ésa es la primera lección de la experiencia que ha tenido el Occidente con los talibanes.

Hay una segunda experiencia con los talibanes que debe ser recordada. En marzo del 2001, los talibanes decidieron dinamitar estatuas budistas viejas de 2000 años que estaban en el Valle Bamiyan en Afganistán. Estas estatuas se encontraban junto a la Ruta de la Seda y eran atesoradas por los adherentes al budismo, pero de pronto los talibanes decidieron atacar estos sitios religiosos. De hecho, el ataque de los talibanes indujo un debate en muchos círculos radicales islámicos acerca de si sus actos eran correctos. Al principio, por ejemplo, el jefe espiritual de la Hermandad Musulmana, Jeque Yusuf al-Qaradawi, pensó que sería un error que los talibanes ataquen los Budas porque eso haría que los musulmanes sean atacados en países budistas. Más tarde, Qaradawi y otros dijeron, “¿Saben qué? El ataque contra estos sitios pre-islámicos fue lo correcto” y hubo incluso una discusión sobre destruir sitios pre-islámicos en Egipto como las pirámides y la Esfinge.

No es sorprendente que los derivados de Al-Qaeda que han crecido, como ISIS, han estado atacando los sitios religiosos pre-islámicos en todo el Medio Oriente, destruyendo el legado de la humanidad en decenas de ciudades que fueron una vez dirigidas y habitadas por imperios antiguos, los persas, los babilonios, los asirios. Esta tendencia a atacar sitios religiosos de otros credos es una tendencia muy peligrosa que realmente tuvo su primer ejemplo moderno con los ataques de los talibanes, los cuales se adelantaron a los efectos desastrosos de los talibanes en los años siguientes.

Un tercer rasgo de la presencia talibana en Afganistán es una oportunidad que tenemos de enterarnos cuales son las relaciones exactas entre chiíes y suníes. Los talibanes, por supuesto, son suníes radicales y casi todos los que empiezan a aprender sobre el Medio Oriente comienzan pensando que los suníes están en guerra con los chiíes, y así es como ustedes entienden la política del Medio Oriente. Pero no siempre funciona de esa manera porque los talibanes hoy son equipados y entrenados incluso por fuerzas iraníes. Irán es un aliado esencial de los talibanes, a pesar del hecho que los talibanes son suníes radicales y los iraníes son chiíes radicales.

Así que si hay quienes piensan que podrían permitir que Irán expanda su influencia a toda el área del Medio Oriente y Sur de Asia y eso no los afectará porque sus enemigos son esencialmente suníes, están cometiendo un gran error, porque un Irán expandido también apoyará el radicalismo suní como lo ha hecho con los talibanes en Afganistán.

El Embajador Dore Gold es Presidente del Jerusalem Center for Public Affairs desde el año 2000. De junio 2015 a octubre 2016, se desempeñó como Director General del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel. Previamente fue Asesor en Política Exterior del Primer Ministro Benjamin Netanyahu Embajador de Israel ante la ONU (1997-1999), y asesor del Primer Ministro Ariel Sharon.

Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs- Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México