Enlace Judío México – El Ministerio de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña no tiene iniciativas similares para garantizar los derechos de menores detenidos por la Autoridad Palestina, la Franja de Gaza u otros países alrededor del mundo.

La Oficina Británica de Relaciones Exteriores emitió una licitación hace dos semanas para dirigida a organizaciones interesadas en desarrollar proyectos que trabajen para “proteger los derechos humanos de los menores palestinos detenidos por Israel”.

Esta iniciativa causó conmoción en Jerusalem, ya que no parece que Gran Bretaña esté dedicando fondos similares en proyectos destinados a garantizar los derechos de los menores detenidos en la Autoridad Palestina, la Franja de Gaza o en otros países alrededor del mundo, además de que no se solicitan propuestas de proyectos para lidiar con el abuso de niños palestinos por parte de Hamás, como usarlos como escudos civiles o para construir túneles para infiltrarse en Israel

“La Embajada Británica en Israel y el Consulado General Británico en Jerusalem están aceptando propuestas para el fondo”, lee la convocatoria en el sitio web oficial del gobierno británico.

Según el sitio, se buscan proyectos de “la sociedad civil, organizaciones comerciales, gobiernos, comités de expertos [y] otros departamentos gubernamentales en el Reino Unido y organizaciones internacionales” que trabajen con organizaciones israelíes y palestinas para efectuar cambios en una de las siguientes áreas: 1. Protección de los derechos humanos de los menores palestinos en detención israelí. 2. Colaboración con las autoridades israelíes para mejorar la libertad de movimiento y acceso en Gaza”.

Los argumentos del Israel al respecto de estas iniciativas generalmente van en el  sentido de que estos esfuerzos en favor de los niños no toman en cuenta el contexto de su detención. Por ejemplo, cinco jóvenes palestinos arrojaron las rocas que golpearon el coche donde viajaba Adele Biton, de tres años de edad, en febrero de 2013, en el camino entre Yakir y Tel Aviv. La niña murió a causa de las heridas dos años después. Este, señalan a menudo los diplomáticos israelíes, no es el único ejemplo de niños palestinos involucrados en ataques fatales.

Los diplomáticos también han argumentado que “los menores no son inocentes en virtud de ser simplemente menores de edad”, y que ni la naturaleza peligrosa del lanzamiento de piedras ni la intención asesina de algunos de ellos debe ser minimizadas, ya que el lanzamiento de piedras ha causado numerosas muertes.

El diario Jerusalem Post envió a la Embajada Británica una serie de preguntas sobre la convocatoria, entre ellas: ¿Los niños detenidos son prioridad para el Ministerio de Relaciones Exteriores sólo cuando son detenidos por Israel? ¿Se dedican fondos a investigar su detención menores en la Autoridad Palestina? ¿Se dedican fondos a investigar el abuso de estos por parte de Hamás (fenómeno ampliamente documentado, ya que los usan para excavar túneles, o como escudos humanos)? Y, ¿hay programas similares en otros países relacionados con el trato a niños detenidos?

La embajada proporcionó la siguiente respuesta: “El gobierno del Reino Unido tiene clara la necesidad de trabajar con las autoridades israelíes para abordar de manera constructiva las preocupaciones sobre el trato a los menores palestinos detenidos. Celebramos que Israel se concentre en las necesidades particulares de esta categoría más vulnerable de detenidos, por ejemplo, con el establecimiento de tribunales militares juveniles separados”.

“La reciente invitación de la embajada a licitar proyectos representa nuestra intención de continuar trabajando con Israel para fomentar nuevas mejoras. Este compromiso es parte del trabajo más amplio del Reino Unido sobre el tema de los derechos humanos de los menores en todo el mundo, como se describe en nuestro informe anual de derechos humanos. Este trabajo también incluye asesorar y asistir al PASF [Fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina] en el desarrollo de un currículo de capacitación relacionado con los derechos humanos”.

Fuente: Herb Keinon/Jerusalem Post