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España. Mientras la opinión pública de toda Europa condena los últimos atentados yihadistas en nuestro continente, la Feria Literaria de Barcelona invita a sanguinaria terrorista palestina.

Cuando en junio de 2015 Ada Colau fue elegida alcaldesa de Barcelona, prometió en su discurso de investidura a sus conciudadanos que Barcelona también debía ser un referente en Derechos Humanos. Desde entonces, la realidad es que Ada Colau ha convertido a Barcelona en la grotesca capital europea que patrocina el terror contra los judíos y el antisemitismo político, una ciudad donde terroristas campan a sus anchas y son invitados como personalidades insignes e incluso dan conferencias.

La III Feria Literaria de Barcelona, autodenominada como “feria de ideas y libros radicales”, patrocinada por el Ayuntamiento de Barcelona, ha invitado a pronunciar una conferencia en mayo a la terrorista palestina Leyla Khaled, en lo que supone un aberrante acto de blanqueamiento del terror palestino que tantas víctimas inocentes ha ocasionado. Además de apoyar este acto el Ayuntamiento ha permitido la instalación de una amplia cartelería en las calles de Barcelona para dar publicidad el evento.

Leyla Khaled es famosa por haberse convertido en el icono femenino del terrorismo palestino después de secuestrar varios aviones civiles en nombre de la fanática organización Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) de corte marxista leninista. Su frase más famosa, y que puede darnos una idea de su ideología, es “mi primer novio fue el Kalashnikov”.

La organización terrorista a la que perteneció, y sigue perteneciendo públicamente, la terrorista Khaled atacó en 1970 un avión civil de Swissair con destino a Israel, asesinando cobardemente a 47 personas. El FPLP es también corresponsable, junto a Fatah, de la masacre de la villa olímpica de Munich en el 72 y de otros muchos atentados más. También lo es de los miles de muertos ocasionados en el conflicto conocido como “Septiembre Negro“ en Jordania. La organización terrorista de la que la invitada de Colau es miembro tradicionalmente se ha opuesto a los Acuerdos de Oslo, a la solución de dos estados y, en consecuencia, a las Resoluciones de la ONU y la legalidad internacional.

Este acto de glorificación del terrorismo es una más de las posturas extremistas y hostiles contra Israel y los judíos que ha patrocinado el Ayuntamiento de Barcelona gobernado por la franquicia local de Podemos y con el apoyo de los independentistas de la ERC y la CUP. El consistorio liderado por Ada Colau ha demostrado una obsesión enfermiza contra la única democracia de Oriente Medio y el único país de la region que respeta los Derechos Humanos. El penúltimo episodio fue la aprobación de una declaración para propiciar un boicot ilegal y discriminatorio contra Israel y criminalizar al único Estado Judío y a las personas que lo apoyan. Un boicot que inevitablemente recuerda al que los nazis alemanes aplicaron a los comerciantes y empresarios judíos en los años 30.

Invitando irresponsablemente a terroristas sanguinarios, que todavía a día de hoy apoyan el asesinatos indiscriminado de civiles, la alcaldesa Colau daña gravemente la imagen internacional de Barcelona como una ciudad moderna y tolerante. Además, esta manifiesta hostilidad contra Israel y los judíos y la afinidad con el terrorismo árabe no podrá por menos que alienar a muchos de los turistas y profesionales que visitan la ciudad condal.

ACOM reclama del Gobierno de España, de los Ministerios de Interior y Justicia, de la Fiscalía y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que actúen inmediatamente para impedir la entrada a nuestro país de terroristas como Laila Khaled y exige que eviten un acto que desde su convocatoria enaltece el terrorismo, delito tipificado en el código penal y castigado con penas de hasta dos años de prisión.

Resulta indignante que Laila Khaled venga con regularidad a nuestro país a difundir su discurso de odio, siempre invitada por ayuntamientos gobernados por Podemos y grupos anti israelíes financiados con subvenciones públicas españolas.