Jerusalem – La sargento Joana Chris Arpon no es israelí, tampoco es judía. Su servicio en las Fuerzas de Defensa Israelíes es personal.

Arpon, de 20 años de edad, es hija de padres filipinos que llegaron a Israel buscando trabajo. Según sus propias palabras se alistó como soldado del Ejército gracias a que en 2013 una unidad militar salvó la vida de su abuela, cuando su casa fue devastada por un en las islas filipinas.

“Era maravilloso ver llegar a los soldados que ayudaban a la gente. Ellos salvaron a mi abuela cuando su casa fue destruida” nos comenta Arpon. “En ese momento pensé: ‘Ésto es a lo que me quiero dedicar’.”

Arpon, fue uno de los 120 soldados que recibieron el reconocimiento del presidente durante las ceremonias de Yom Haatzmaut, realizadas este martes en la mañana. En este año, Arpon y su madre recibirán la ciudadanía israelí, gracias al trabajo tan destacado que realizó la joven durante su servicio militar.

Arpon nació en Israel y siempre se sintió parte del estado judío. Mientras que muchos filipinos viven en las afueras de las grandes ciudades, su madre decidió criar a sus dos hijos (Arpon y su hermano) en Mishmar Hashiva, un pueblo pequeño en el centro de Israel. Durante su preparatoria, Rishon Lezion, los hermanos fueron los únicos estudiantes filipinos que atendían a esa escuela.

La madre de Arpon emigró a Israel en 1988 para trabajar como niñera y decidió quedarse en el país para criar a sus hijos, inclusive después de que su esposo se había ido. La gran mayoría de los filipinos que viven en Israel, alrededor de 31,000 personas, son mujeres enfermeras, cuidadoras o niñeras.

Legalmente los filipinos sólo tienen permitido quedarse en Israel como trabajadores temporales. Sin embargo, el gobierno otorga anualmente cientos permisos residenciales a niños y familiares cuyos padres desean que crezcan dentro del estado israelí, Arpon y su hermano, fueron de esos niños beneficiados. Una vez que esos niños crecen y realizan su servicio militar ellos y sus familias obtienen la ciudadanía.

Arpon sabía que seguiría los pasos de su hermano que es un paramédico militar y recibiría la ciudadanía. Sin embrago, recientemente decidió que quería ser soldado de combate. Sólo alrededor del 7% de los soldados de combate son mujeres, aunque ese número incrementa con el tiempo.

En noviembre del 2013, el huracán Haiyan azotó las playas Filipinas con una fuerza que rompió varios records. Murieron alrededor de 6,300 personas y decenas de miles perdieron sus casas, entre ellos la abuela de Arpon.

Unos meses después, Arpon voló con su familia para visitar a su abuela en el hospital. Israel había mandado soldados y otras unidades de emergencia para ayudar con la catástrofe y Arpon se enteró que la unidad de Ayuda y Rescate salvó a su abuela de los escombros de su casa.

“La gente decía que sin los soldados israelíes, no podrían haber sobrevivido” comentó Arpon “Me di cuenta que quería ser parte de esta unidad y definitivamente de este país.”

Cuando Arpon regresó a Israel se enlistó en el Ejército como extranjera y se le otorgó el puesto que pidió dentro de la Unidad de Ayuda y Rescate. En los últimos dos años y medio ha dado servicio dentro de distintas bases a lo largo del país y ha respondido a desastres domésticos que incluyen los grandes incendios ocurridos en noviembre y septiembre en Tel Aviv.

Arpon dijo que no sabe porque fue premiada este martes en la mañana “entre tanta gente con tantas historias tan maravillosas.” Pero afirma que su hermano y su madre están orgullosos de ella y que su abuela quien falleció recientemente también lo hubiera estado.

Después del Ejército, Arpon quiere estudiar arquitectura y dedicarse a diseñar casas que puedan resistir cualquier tipo de clima.

“Estoy muy feliz de haber podido escoger este servicio, donde tuve la oportunidad de ayudar a mi país y ayudarme. Mi futuro está en Israel.”

Fuente: J Space News