Rabino Yaacob Menken

Cuando Moisés sube al Monte Sinaí a recibir las Tablas de la Ley, tarda demasiado tiempo en bajar. Muchos de los que lo seguían creyeron que había muerto y tomarón un nuevo líder para sí mismos y adoraron a un nuevo ídolo.

En ese momento D-os dijo a Moisés: “ve, desciende, pues se corrompió tu pueblo que hiciste subir de la tierra de Egipto” (32:7). A lo cual Rashi comenta “desciende de tu grandeza, porque Yo sólo te di grandeza gracias a ellos.” Según Rashi, Moisés ,merecía estar en el Cielo, aprendiendo Torá de D-os mismo, gracias al mérito de Israel. Una vez que Israel fue corrompido Moisés no podía permanecer en ese lugar tan elevado.

Moisés creció en el palacio del faraón y en la adultez huyó a Midián. Así que en muchos aspectos, se distinguía del resto del pueblo. La experiencia que vivió al encontrarse la Zarza Ardiente fue únicamente su experiencia de nadie más. Su elevación espiritual no dependía de nadie más. Sin embargo, la situación cambió una vez que Israel se convirtió en un pueblo. En ese momento D-os le dijo: desciende. Tu nación ha descendido, tú debes descender.

Nuestros sabios nos enseñan que “todo Israel es responsable uno de otro” En su forma más sencilla, podemos entender que una persona es responsable de ayudar a los demás a cumplir los mandamientos. Si vemos a alguien más haciendo algo indebido, que le va a traer consecuencias desagradables no podemos voltear la vista y decir “no es nuestro problema.” Al contrario, precisamente es nuestro problema. Debemos de decírselo, con el mayor tacto posible, claro está.

Sin embargo, lo que aprendemos de las palabras que dio D-os a Moisés es la profundidad de hasta dónde llega esta idea; el concepto de que somos responsables los unos de los otros tiene también implicaciones metafísicas. Lo que hacemos tiene un impacto espiritual en los demás. Podemos hacer que el líder más grande de Israel alcance la altura espiritual más alta que ha existido en la humanidad, a través de superarnos a nosotros mismo y rebasar nuestra propia cima. La elevación espiritual de Moisés mismo dependía de la superación personal del resto de Israel.

Fuente: Project Genesis