Juntos venceremos
viernes 26 de julio de 2024

BARAK RAVID

El congreso de la FIFA votó el jueves para aceptar la propuesta de Gianni Infantino y decidió no someter a votación la propuesta palestina contra los equipos de fútbol israelíes en los asentamientos.

El comité de la FIFA para asuntos israelí-palestinos, encabezado por Tokyo Sexwale, recibirá una extensión de nueve meses hasta marzo de 2018 para encontrar una solución viable.

La propuesta del presidente Infantino fue aprobada por un margen de 138-50 en la reunión del Congreso de la Organización Internacional de Fútbol, que se celebró en Manama, la capital de Bahrein.

Ofer Eini, presidente de la Asociación de Fútbol de Israel, dijo después de la votación que meses de intenso trabajo habían frustrado los esfuerzos palestinos de humillar a Israel en la FIFA.

“Tenemos buenos y leales amigos en la FIFA”, dijo Eini. “No tengo suficientes palabras para agradecerles por su firme apoyo y por la decisión de votar por retirar la propuesta palestina de la agenda”.

“Una vez más hemos logrado esclarecer que mezclar la política con el deporte es desastroso y por lo tanto la FIFA debe evitarlo.” El fútbol se jugará en Israel en todas partes, y estoy seguro que será lo mismo en la Autoridad Palestina. La FIFA debe sacar tarjeta roja a todo aquel que busca impedir el fútbol por razones políticas, agregó”.

“Hoy hemos ganado otra batalla por la posición internacional de Israel y frustramos un intento de dañar a Israel en la FIFA, manifestó el primer ministro Benjamín Netanyahu”.

Tras la votación, Regev, quien encabezó los esfuerzos para frustrar el movimiento palestino, dijo que estaba satisfecho por la valiente decisión de la FIFA de retirar la política del campo de fútbol. “Ganamos la batalla, pero nos preparamos para la próxima,” dijo Regev refiriéndose a Jabril Rajoub, presidente de la Asociación Palestina de Fútbol. “Continuaremos tomando medidas para impedir cualquier otro intento de Rajoub de atacar al fútbol israelí”.

Previo a la votación, Sexwale ofreció una sesión informativa a los delegados del Congreso y afirmó que el comité no había terminado su informe final sobre la cuestión de los equipos de los asentamientos y que requería de más tiempo.

Infantino llamó a Rajoub, seguido por Eini, al podio. Rajoub atacó duramente a Israel en su discurso, acusándolo de poner limitaciones a los jugadores de fútbol palestinos y de cometer crímenes de guerra. También instó a los miembros de la Asociación de Fútbol de la FIFA a aceptar la propuesta contra los equipos de fútbol israelíes que operan en los asentamientos.

Eini rechazó las acusaciones de Rajoub, afirmando que la propuesta palestina es totalmente política y obliga a la FIFA a tratar asuntos fronterizos y territoriales en lugar de centrarse en el fútbol. Eini dijo que el fútbol no tiene nada que ver con asuntos políticos y pidió a los delegados que rechacen la propuesta de Rajoub. Inmediatamente después, Infantino presentó su iniciativa ante los representantes de las 209 asociaciones que participan en el Congreso, mediante la cual se votaría sobre la propia cuestión de debatir y votar sobre la propuesta de Rajoub.

Los 50 votos contra la resolución de Infantino procedían casi exclusivamente del mundo árabe y musulmán.

La Asociación de Fútbol de Palestina expresó su decepción por la decisión, que según el organismo, indica que la FIFA ha permitido que “presiones políticas” destaquen sobre los estatutos de la FIFA. La organización palestina de fútbol, que calificó la decisión de la FIFA como ilegal, dijo que genera “ambigüedad legislativa”, pero agregó que “la cuestión palestina” seguirá siendo relevante en la FIFA.

“No hay lugar a dudas en cuanto a la ilegalidad de los equipos de fútbol en los asentamientos,” afirmó la asociación. El grupo se comprometió a llevar el caso al Tribunal de Arbitraje Deportivo con sede en Lausana, Suiza.

Los palestinos han estado presionando a la FIFA y a sus Estados miembros desde 2015 para que tomen medidas contra Israel sobre los equipos de los asentamientos, afirmando que violan el artículo 72.2 de los estatutos de la FIFA, que dice: “Las asociaciones miembros y sus equipos no pueden jugar en el territorio de otra asociación sin la aprobación de éste última, y si es así, Israel debe ser expulsado de la FIFA”.

Los seis equipos en cuestión se encuentran en Ma’aleh Adumim, Ariel, Kiryat Arba, Givat Ze’ev, Oranit y el Valle del Jordán. Todos juegan en ligas de bajo nivel.

Fuente: Haaretz / Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico

Es muy común que nos sintamos agobiados por la carga de trabajo diaria. Al punto tal que nuestro humor cambie y no nos demos el tiempo ni de estar con nuestra familia. A veces el trabajo nos engaña, de las cosas importantes decimos: “Lo hago después, cuando tenga tiempo” y nunca tenemos tiempo. Vamos pasando por la vida como si fueramos esclavos, sin disfrutarla. En esta historia Rab Raymond Beyda nos enseña la importancia de no dejar las cosas importantes para después. El propone que todos los días nos tomemos una pequeña vacación para nosotros.

Dejando el escritorio limpio

El estrés se iba acomulando y Josef parecía estar a punto de colapsar entre tantas cosas que debía hacer. Su amigo y colega, Gad, notó el cambió en la actitud de Josef y después de un par de semanas, finalmente se decidió a hablar con él

-Sabes que si no te quisiera no me entrometería con tu vida- dijo Gad.
-Ahora no –  respondió Josef un poco molesto. – Ya tengo encima a mi esposa y a mis hijos diciéndome que hacer. Francamente no necesito que también tú me empieces a presionar ahora-.
-No te sientas atacado quiero ayudarte a sobrepasar el sistema-.
-No sé a qué te refieres-.
-Es muy sencillo- dijo Gad -Cuando una persona está bajo presión debe de alejarse de ella y relajar su mente por un tiempo-.
-Estás bromeando- interrumpió Josef – No puedo siquiera tomar mi hora de comida por la cantidad de trabajo que tengo y me estás sugiriendo tomarme unas vacaciones. Cuando logre terminar todo lo que tengo que hacer, tal vez pueda salir, pero por el momento eso es imposible. Además ¿quién puede pagarse unas vacaciones con los precios que hay en estos días?-

-Yo tomó vacaciones todos los días- respondió Gad con una sonrisa en la cara – Dedicó una hora de mi tiempo a la sinagoga en la mañana, antes de dirigirme al trabajo y otra hora en la noche después de cenar, además del tiempo que pasó con mi esposa y mis hijos. No me lo vas a creer, pero esas dos horas que pasó fuera de este mundo aprendiendo un poco de Torá son como tener vacaciones pagadas todos los días-.

-Suena como muy buena idea cuando termine todos mis pendientes y ya no tenga trabajo esperándome, iré contigo, por el momento eso es imposible-.

-En Pirke Avot (libro de nuestros padres) está escrito que uno nunca debe decir “cuando me libere aprenderé, porque puede ser que nunca te liberes” (Avot 2,4) La forma de liberarte es hacer tiempo dentro de tu horario apretado para estudiar. En esos momentos te sentirás libre. Yo sé que no es lógico, pero es un buen consejo. Te lo digo porque te quiero. Confía en mí-.

Cuando los tiempos se pongan díficiles. Confíen en mí.

Fuente: Raymond Beyda online

La ADL (Liga Antidifamación), una organización judía fundada los Estados Unidos, cuyo objetivo es luchar contra el antisemitismo y el racismo, acaba de inaugurar una oficina en Silicon Valley para defender a las minorías, entre ellas el Pueblo Judío, en el espacio cibernético.

ENLACE JUDÍO MÉXICO- Jonathan Grenblatt, Director y CEO de la Liga Antidifamación, está en México, conociendo a la Comunidad judía y teniendo reuniones con autoridades, con líderes del CONAPRED y con las embajadas norteamericana e israelí en nuestro país. Lo acompaña el Presidente de ADL, Marvin D. Nathan, y una delegación de 15 personas.


Jonathan Greenblatt, Director y CEO de ADL

LA LABOR DE ADL A FAVOR DE LOS MIGRANTES MEXICANOS

“México es un país muy importante para los EE.UU. dice Greenblatt, quien tiene un impresionante currículum como empresario exitoso, previo a su ingreso a las filas de la ADL.”ADL ha luchado por los migrantes durante generaciones, porque sabemos que fuimos inmigrantes y refugiados. Es importante recordar que a misión de la ADL es detener la difamación contra el Pueblo Judío y el antisemitismo , pero también luchar contra toda forma de fanatismo y de racismo que afecta a todos los pueblos. Lo hacemos por compromiso con nuetsros valores judíos pero también porque, a medida que Norteamérica es mejor para las minorías, es mejor para los judíos”

ADL trabaja con consulados mexicanos y organizaciones que apoyan a latinos en los EE.UU. para promover capacitación y apoyo para organizaciones y comunidades en riesgo.


Mónica Bauer, Subdirectora ADL

EL RETO DE LA ADMINISTRACIÓN TRUMP

En estos primeros 100 días de la administración Trump, “hemos estado preocupaos y por ello hemos tenido que alzar la voz para hablar d etemas relacionados con inmigración y antisemitismo” dice el CEO de la Liga Antidifamación . “Sin embargo, somos optimistas y creemos que el Presidente Trump y su administración apoyarán a la Comunidad judía y reconocerán y abrazarán el papel positivo que migrantes de México y del mundo han tenido para hacer de EE.UU.un país robusto y vibrante”.

LAS COMUNIDADES JUDÍAS Y LA “APUESTA CIBERNÉTICA”

ADL se ha enfocado en la lucha contra el abuso cibernético y el antisemitismo en línea, porque ha visto un aumento en el antisemitismo en la Red, “en especial en Twitter”, explica Greenblatt.”trabajamos con Google, Facebook, Twitter, Ebay, Amazon, Microsoft y Yahoo , ayudándoles a manejar el odio en línea. Estamos explorando nuevos proyectos que usan la inteligencia artificial para entender cómo neutralizar el odio antes de que éste ocurra. Además, llevamos esta lucha alrededor del mundo. Hace poco, reunimos a líderes de la Comunidad judía de México y de una veintena de otras comunidades del mundo, con Google y otras”.

“Nuestro papel es llenar la brecha entre comunidades judías y Silicon Valley para luchar contra el antisemitismo en línea”.

EL ABC DE LA LUCHA CONTRA EL ANTISEMITISMO EN LA RED

1- CAPACITARSE: Aprender cómo identificar el abuso cinernético. Saber cómo responder de forma verbal.

2- ACTUAR: Si eso no funciona, señalar el abuso a las autoridades. Avisar a Facebook, Google, Microsoft y Yahoo.

3- UTILIZAR LA TECNOLOGÍA: Existen algoritmos que pueden ser utilizados para detectar los probables ataques antisemitas.

4- ACUDIR AL ADL: La Liga puede ser un recurso, tiene servicios disponibles en su sitio y en la App para denunciar el antisemitismo en línea.

Más acerca de la ADL y de Jonathan Greenblatt en nuestros videos.

El pasado 9 de mayo, la Embajada de Activistas por la Paz organizó en Colima un magno evento en el que convocó a miles de personas interesadas en aprender sobre de las causas del Holocausto y su contexto.

ENLACE JUDÍO MÉXICO- En la organización del evento también intervinieron el gobierno estatal y la Alianza Internacional de Universidades por la Paz.

Una de las ponencias destacadas fue la de Jaime Murow, Moré Morim, quien disertó sobre el tema: “El Holocausto como punta de lanza para la Declaración Universal de los Derechos Humanos”

Al evento asistieron para dar sus testimonios los sobrevivientes Dolly Hirsch y Pedro Schwebel, así como la historiadora  Mónica Szwarcer, directora del colegio de la Comunidad judía de Nuevo León.

Con este evento, son ya más de 28,000 estudiantes mexicanos alcanzados por el programa “Educar para Recordar” de los Activistas.

JACOBO KÖNIGSBERG PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

DESFILE DE YOES

Simón, al perder su Yo, dejó sin cobijo, no sólo a su Alter Ego, sino a un número no definido de otros Yoes que conforman su personalidad. Dos de éstos ya brotaron de lo más profundo de su ser. Uno trabajador y el otro amoroso. Alter con su carácter cínico y sombrío los ha querido poner en ridículo y en parte lo ha logrado. Trabajador y Responsable fueron abatidos con relativa facilidad sin oponer gran resistencia, quizás porque, en lo íntimo Simón estaba cansado de su puntillosa laboriosidad y deseaba liberarse del prusiano, que había en él y lo pisó con su bota toda su vida.

Con el Yo Amoroso, la cosa fue diferente. De lo más profundo brincó indómito Yo Atávico. Personificación de la naturaleza irracional, salvaje, intuitiva e imprevisiblemente instintiva de Simón.

Alter, sombra impalpable, se sobresaltó como quien ve surgir un fantoche, al quitar la tapa de una caja de regalos.

El primer impulso de Atávico fue el de reconocerse en su prole, sangre de su sangre. Difícilmente Simón podría reprochar algo a sus hijos, nietos y sobrinos nietos. Todo era ternura y amor. Había lazos de identidad difíciles de explicar.

El Yo Amoroso fue revitalizado con esta inesperada aparición. El amor, como el agua, fluye de arriba abajo. De abuelos a hijos y nietos, a pesar de los escollos que pudieran interponer los progenitores de éstos.

Alter, de pronto, no supo qué hacer con el Yo Amoroso fortalecido. Este también se sintió más seguro y se alegró por el apoyo, alegría que duró poco, porque Atávico, impredecible y voluble, vio dos muchachas con minifalda y en la contemplación de pantorrillas y muslos sintió ganas de aullar como lobo olvidándose del amor filial.

Alter soltó la carcajada, ante la debilidad del supuesto aliado del Yo Amoroso. Este se desplomó, Atávico llamó al Yo Lujurioso para que lo apoyara pero cuando las jóvenes dieron la vuelta en una esquina, Atávico y Lujurioso se quedaron bramando y resollando sin recordar por qué. De esta explosión lujuriosa tan sólo les quedó cierto cosquilleo indefinido.

Alter pensó en cómo aplacar a estos arrebatados integrantes de la personalidad de Simón, cuando surgió otro que se encargó de hacerlo, el Yo Pundonoroso avergonzado por los exabruptos de aquellos. ¿Qué pensarían tu nuera y tu hijo si cedieras a las explosivas pretensiones de esos? ¡Se sentirían avergonzados por tu conducta, Simón! Tendrían una muy justificada razón para alejarte de los niños! Deberías serenarlos a toda costa.

Hacerlo fue fácil. Apeló al instintivo amor que sentían por los chicos y lo logró en segundos.

Reprimidos ante el atónito Alter que había pensado en ellos como posibles aliados para fastidiar a Simón, a quién señalaba como el culpable, de haber perdido al Yo, su luminoso complemento.

¿Qué tan consciente estaba Simón Narfeld de esta situación, cuando ni siquiera sospechaba la existencia de sus múltiples Yoes?

Sin embargo, como ya se mencionó, algunos de éstos se enfrentaban y discutían con Alter, el Viejo. Cada uno desde su propia faceta, la cual podría recibir luz y reflejarla en cierta dirección o permanecer en la penumbra.

En Pundonoroso se adivinaban los genes de su padre, Moisés, estricto, puntilloso, exigente del cumplimiento de las reglas, no menos que lo hacía el profeta y legislador cuyo nombre llevaba. Cuando veía al joven Simón echando una mirada lasciva a una muchacha o alguna de las empleadas, le decía en Yidish: ¿Qué harás si se te acuesta y la dejas preñada?

Eran los tiempos en que casi todas las farmacias se negaban a vender condones y no se hablaba de anticonceptivos. Añadía:

– No te metas sano a la cama de un enfermo. No busques problemas.

La mirada acusadora del padre se quedó grabada en Simón y la misma se encargaba de que cumpliera sus compromisos y entregara cuentas exactas a propios y extraños.

– Puedes o no regalarles un peso, le decía, pero no puedes quitarles un centavo.

– “La utilidad en la venta del producto es tanto por ciento y te la deben respetar. Si no, que busquen en otra parte. Respétalos y te respetarán”.
Alter pensó que sería Pundonoroso presa fácil y empezó exigiéndole la restitución del Yo Luminoso:

– Han perdido tontamente mi complemento y bien sabes que sin él no puedo funcionar. Él es el fondo claro sobre el que imprimo mi sombra para crear el claroscuro que forma las cosas físicas o abstractas. – Dijo muy seguro de sí.

– Y tú lo indujiste a vagar para buscarlo y prometiste que irían juntos y no he visto que cumplas. Me reservo el derecho de juzgar hasta ver pruebas y resultados. -Dijo Ponderoso y se esfumó.

Alter quedó mudo y después de que Simón preocupado, fue a sentarse a la mesa de un café volvió a asediarlo.
Pero Narfeld, contemplando las nubes, por encima de las copas de los árboles y la azotea, estaba sumido en un estado de ensoñación, en el que hacía mucho tiempo no se encontraba. Rara vez veía los atardeceres estando al pendiente del tránsito cuando regresaba de Tlalnepantla. En múltiples ocasiones salía de “Rodamientos” cuando ya había oscurecido.

Ahora su Yo Sereno gozaba los cambios de color del cielo y la incidencia del sol en las nubes. Primero con un fondo azul, después dorado y aquellas pasando del rosa al lila y al morado. Todo acompañado de una suave música que salía del restaurante y el trinar de los pájaros entre el fragor del tránsito. Sintió que algo renacía en él y era otro ser ignorado por años. El Yo Soñador se posesionó de él. Alter no pudo sacarlo de ese estado y se desvaneció. Simón estuvo así hasta el anochecer cuando retornó a su casa a cenar y a dormir.

Otro de nuestros lectores expone sus dudas acerca de sus apellidos a nuestro experto en genealogía judía.

Pregunta:

Hola Alejandro Rubinstein, quiero saber si mi apellido es de origen sefardí o judío; hace tiempo obtuve información en la que supuestamente proviene de judíos del sur de Francia pero nada seguro.

Le agradezco de antemano su atención, gracias.

Armando Estudillo


Respuesta de Alejandro Rubinstein:

Fórmula derivada de la grafía Astudillo, se trata de un municipio en la provincia de Palencia situada en un valle a la derecha del río Pisuerga.

Se considera que es una voz prerromana donde ast significa piedra que viene a dar origen al topónimo ya comentado.

No obstante, se ha dado preferencia a su ascendencia latina por el término studellum que significa estudio general, por lo que no es aventurado indicar que los portadores de este apellido pueden ser personas doctas o cultas.

Este apellido evolucionó en la Edad Media a ser expresado Studiello pero, ni en esa época ni en ninguna otra ha sido portado por miembros del Pueblo de Israel.

Acaso hay que destacar la belleza de la población pues, a sazón, dice la copla popular:

Tres cosas tiene Astudillo
que no las tiene Madrid
el Cotarrón y la Mota,
y el Arco de San Martín

Enlace Judío México – Dos personajes, un enorme almacen vacío, mucho tiempo muerto y una improbable amistad. Este es el escenario en que se desarrolla la nueva producción de Jack Zagha, Almacenados. La premier de la película es hoy, jueves 11 de mayo, a las 8 de la noche, en el Cinemex Centro Comercial Santa Fe. 
Con este reto minimalista se realizó Almacenados, una de las mejores películas del año, que ha sido descrita por la critica especializada como “deliciosamente absurda” y “una bocanada de frescura”. Desde el humor y el absurdo, la cinta nos lleva a apreciar lo más valioso que tenemos en la vida: El TIEMPO, que perdemos cuando no sabemos reconocer nuestro propio potencial.
“Cada uno de nosotros es valioso y puede hacer la diferencia”, dice el director Zagha. “Mucho talento se desperdicia en trabajos inútiles, como los de Almacenados. Faltan oportunidades en el país, pero hay un problema mayor: no nos conocemos lo suficiente, no sabemos en qué somos buenos, lo que realmente nos gusta y queremos hacer.”

“En Mexico dicen que cada niño trae una torta bajo el brazo y realmente lo creo, sólo tenemos que ayudarnos a encontrarla. Podríamos cambiar este país si reconociéramos el valor de cada uno, si supiéramos desarrollar nuestras potencias y las potencias de las personas que nos rodean.”

Almacenados se estrena en salas el próximo viernes 19 de mayo. Es una película independiente, de producción modesta, que compite con los grandes estrenos de Hollywood y cuenta solamente con una fracción de su presupuesto en publicidad. A pesar de esto, la cinta cuenta con tres nominaciones a los Premios Ariel de la Academia Mexicana.

Los realizadores recalcan su confianza en la publicidad boca a boca, que en estos tiempos de redes sociales es post a post, retuit a retuit, compartir a compartir.

Y realizan la siguiente invitación: “Si este mensaje se lo puedes enviar a tres amigos, y los invitas a que ellos también inviten a otros tres amigos, y ellos a otros tres y a otros tres más, en sólo 17 rondas el mensaje podría llegar al país entero”.

ENLACE JUDÍO MÉXICO- El sindicato de Trabajadores del Transporte Construcción, Explotación de Minerales y sus Servicios en México celebrará el 69 Aniversario de la Independencia de Israel en Atizapán de Zaragoza, en un evento conjunto con el Patronato Amigos de Israel y la Embajada Cristiana de Jerusalén.

Así lo expresó Enrique Anaya, Director de Relaciones Públicas del Patronato Amigos de Israel, diciendo que este sector quiere reconocer a Israel como ejemplo de cómo el trabajo y la capacitación pueden llevar a una nación hacia un desarrollo rápido e humanista.

“Israel es una nación joven con un desarrollo ingente y vertiginoso, pero no egoísta, que comparte con la humanidad sus múltiple conocimientos” dice la invitación al evento, que se verificará el 18 de mayo, a partir de las 17:00 horas en el Centro Cultural Luis Nishazawa, a un lado del Instituto Tecnológico de Monterrey, en la Zona Esmeralda de Atizapán de Zaragoza, Estado de México.

Se espera la presencia de más de 600 personas a la celebración.

Otro de nuestros lectores expone sus dudas acerca de sus apellidos a nuestro experto en genealogía judía.

Pregunta:

Hola, es agradable leerlos.

Me interesó mucho el origen judío de algunos apellidos.

Yo en lo personal siempre he sabido el origen judío del apellido Medina, principalmente cuando ves en la genealogía de la familia que se pone siempre el apellido de la madre (este es el caso en mi familia) siempre ponían a sus hijos el apellido de la madre; pero tengo una pregunta sobre mi otro apellido, quiero saber si el apellido Coello tiene origen judío.

De antemano mi agradecimiento.

Atte. Pedro Coello.

Respuesta de Alejandro Rubinstein:

Apellido descriptivo procedente de motes de distinta motivación, algunos relacionados con el parecido físico de la persona con un conejo, otros con el hecho que una persona fuese criadora o comerciante de conejos, así como por la circunstancia de su frecuente y múltiple reproducción.

En la cultura mozárabe se acuñó el término qonelyo que no era más que un mote de una persona tímida que huye al menor impulso y que es muy nerviosa.

Si bien la voz familiar deriva del portugués por su grafía Coelho, traspasa las fronteras a España en donde se aplica la fórmula en estudio. Su presencia geográfica sefardí se puede ubicar en Río de Janeiro, Brasil en General, Coimbra, Portugal en general, Livorno y Londres.

Existen anales que certifican la persecución de antecesores de este nombre familiar en la inquisición de Lisboa, está registrado en 1450 por Fray Lope de Barrientos, quien, en su obra Contra algunos zizañadores de la nación de lo convertidos del pueblo de Israel, defiende a los judeoconversos españoles en plena era inquisitorial.

Cataluña tiene apellidos cognados en las fórmulas Conill, Cunill, Cuní, Cunille, Cunilles y Montcunill y Galicia recibe a los Coelle, Cuello, Coejo, Coego y Coelinho, este último en la frontera portuguesa y gallega.

Italia posee entre sus fórmulas onomásticas las de Cuniglio, Conigliaro y Conigliones, mientras que Francia tiene a los Lapine, Inglaterra a los Rabbit (cuya voz proviene del valón Robette) y en la cultura neerlandesa se encuentra a los Conyn.

Enlace Judío México.- Científicos de la Universidad Ben-Gurion dicen que altos niveles de SIRT6 facilitan la reparación del ADN y recomiendan concentrarse en mantener su producción en el cuerpo.

Los investigadores explican que la ausencia de una proteína específica en pacientes con Alzheimer puede contribuir al inicio de la enfermedad.

El envejecimiento es el resultado de la acumulación de daños en el ADN – esencialmente la imposibilidad del cuerpo de implementar procesos para reparar el ADN.

Según la Asociación de Alzheimer, se estima que 5.5 millones de estadounidenses actualmente viven con demencia de Alzheimer, de los cuales 5.3 millones tienen más de 65 años y los 200,000 sufren de Alzheimer de inicio temprano. Una de cada 10 personas de 65 años padecen la enfermedad.

Según el estudio, publicado el mes pasado en Cell Reports, uno de los componentes clave en este proceso de reparación del ADN es la proteína SIRT6. Los investigadores de la Universidad Ben-Gurión (BGU) determinaron que altos niveles de SIRT6 facilitan la reparación del ADN mientras que los niveles bajos permiten la acumulación del daño en el ADN.

“Analizamos muestras de pacientes con Alzheimer y encontramos una notable reducción de SIRT6 en niveles de proteína y mRNA”, explicaron. “Nuestros hallazgos indican que la SIRT6 protege al cerebro de la acumulación natural de daños en el ADN, y a su vez evita la neurodegeneración”.

Los investigadores probaron su hipótesis en otras enfermedades neurodegenerativas además de Alzheimer, y encontraron una deficiencia de la proteína SIRT6 en los pacientes.

“Si la disminución de SIRT6 y la falta de reparación del ADN es el comienzo de la cadena que conduce a enfermedades neurodegenerativas en personas mayores, debemos enfocar nuestra investigación en cómo mantener la producción de SIRT6 y evitar el daño del ADN que lleva a estas enfermedades, dijo en un comunicado la Dra. Debora Toiber, del Departamento de Ciencias de la Vida de BGU.

El laboratorio de Toiber es uno de los pocos en el mundo que investiga los efectos de SIRT6 en el cerebro y su conexión con enfermedades neurodegenerativas, dice el comunicado.

El estudio fue financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Espacio de Israel.

 

Fuente:visavis.com.ar

Zvi Feldman es un estafador que engaña a hombres y mujeres para robar. Su campo de acción es Israel, Norteamérica y América Latina. Ésta es la historia de una mujer que enamoró y lastimó.

ENLACE JUDÍO MÉXICO- Imagina que eres una mujer judía soltera, joven y ortodoxa. Conoces en línea, en un sitio de citas para judíos observantes, a un buen hombre, que busca una mujer decente para casarse. Parece ser el prospecto ideal: es relativamente joven, ortodoxo, amante de las tradiciones, y vive en tu país. Te enamoras. Vuelas. Te pide matrimonio. La suerte te ha sonreído.

El hombre empieza pidiéndote dinero para una mitzvá: comprar un Tefilín para una persona que la perdió. Se lo entregas. Te pide prestado porque su hijo está enfermo y podría morir sin una medicina. Se lo prestas y te lo devuelve. Así sucede varias veces,  con distintos motivos. Como siempre devuelve la suma, se gana tu confianza. Finalmente, cuando ya le diste una gran cantidad de dinero al hombre de tu vida, todos tus ahorros,  éste desaparece.

Sola, desamparada, lo comprendes todo. ¿Cómo pedir ayuda? ¿Cómo confesar a tus amigos, a tus padres, a la sociedad, que has sido el objeto de un fraude? ¿Cómo contar que creíste en un hombre, que te enamoraste de la manera más tonta de un estafador y que éste te quitó tu patrimonio? El miedo al ridículo te acecha. La vergüenza te corroe. Pasas noches armando escenarios, culpándote por tu ingenuidad. Hasta que entiendes que sólo eres una víctima.

Entiendes que has caído en la trampa de un depredador, un artista del disfraz, un hombre que es capaz de convencer a los demás de cualquier cosa para quitarles su dinero. Pero no sospechaste, porque te miraba a los ojos y te decía que te amaba. Porque mencionaba recuerdos similares a los tuyos que hacían que te identificaras con él. Y porque te contaba mentira tras mentira, que creías todas porque querías creer, porque querías sentirte amada.

El engaño es un don que este hombre ha practicado toda su vida, causando dolor donde pasa: el dolor de haber creído en él.

No sabes que este hombre, Zvi, Tzvi o Steven Feldman, quien lleva una kipá a la usanza ortodoxa, estuvo en México. No sabes que, con todo descaro, relató a judíos mexicanos  que, durante el Holocausto, en un pueblo de Polonia, llegaron los nazis a un orfanato judío. Este embustero contó  que sacaron a los niños del edificio, a los pequeños huérfanos, los alinearon para tener una mejor perspectiva y allí, en pleno bosque, los masacraron a todos. Según su mentiroso relato, fueron enterrados en una fosa común. Pero hoy, algo podía hacerse por sus pequeñas almas: pagar 500 dólares para que cada niño tuviera digna sepultura.


El video que Enlace Judío tomó de Feldman en México

Esta historia caló hondo en México. Algunos pagaron por 4 o 5 tumbas, otros reunieron a su familia para juntar el dinero. Una de las víctimas recibió al hombre en su hogar y, juntos, “descubrieron” que tenían antepasados en común y lloraron porque eran “familia”.

Más adelante quienes habían participado en esta “mitzvá” descubrieron que este hombre, el hombre que te sedujo, era un estafador. Que la historia que contó era falsa. Que el dinero que habían reunido para las pequeñas tumbas eran para su mezquino bolsillo.

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Rina, la protagonista de esta historia, vive en Israel y es ortodoxa. Sufrió todo lo anterior, el amor, el engaño, la humillación. Pero decidió actuar. Llevó al hombre a la justicia. Recuperó algo de dinero pero Feldman le dejó un mensaje: “Tengo amigos en México, se van a encargar de ti”.

Rina decidió dejar todo el episodio atrás. Un detalle aún la lastima: que los rabinos a su alrededor, que lo conocían, no la hayan alertado. Y le preocupa algo más: que otra mujer caiga en sus garras y experimente el mismo sufrimiento.

Rina fue a consultar a un rabino, quien le dijo que, según la Torá, se debe de alertar a alguien cuando se sabe que le acecha un peligro. Por ello investigó y encontró que el relato de sus fechorías mexicanas había sido publicado en un solo medio en el mundo: en Enlace Judío. Y nos llamó para contarnos lo sucedido y pedirnos se haga público: “Debemos boletinar a este hombre para que deje de hacer daño en América Latina y en el mundo. Lo que me sucedió no debe repetirse”.

Ella hace un llamado a las comunidades, a los rabinos y a las autoridades para que detengan este estafador israelí – norteamericano, que se encuentra hoy en una cárcel de los EE.UU, pero que saldrá este año.

Él ya ha anunciado en las redes su salida de la cárcel, diciendo que busca a una mujer y que es “económicamente independiente”.

Enlace Judío cumple con su papel de informar. Si tienen más informes sobre Zvi, Tzvi o Steven Feldman, escribir a [email protected] o llamar al (+52)5555060855.

Enlace Judío México.-Fueron alojados durante ocho meses en un edificio tras la ocupación nazi.

El Seminario Francés de Roma recibió ayer una distinción por haber escondido durante la Segunda Guerra Mundial a un centenar de refugiados, la mitad de ellos judíos. La Fundación Internacional Raoul Wallenberg, nombre del diplomático sueco que salvó a millares de judíos de la muerte, hizo entrega de una placa al seminario católico romano en el que se afirma que “en este edificio se dio refugio a personas inocentes perseguidas por los nazis”.

Una nota con fecha del 5 de junio de 1944 en el diario del seminario francés, que albergaba a jóvenes seminaristas venidos a estudiar a Roma, relata cómo en el edificio fueron escondidos durante ocho meses “un centenar de ilegales”. Entre ellos se encontraban cincuenta judíos, militares italianos que se negaban a luchar al lado de los alemanes, así como cinco pilotos británicos y norteamericanos y varios franceses y polacos.

En aquella época, la mayor parte de los seminaristas habían sido movilizados al frente, por lo que sus habitaciones estaban disponibles. El comandante alemán se alojaba justo enfrente del Seminario Francés, pero, según el actual rector, monseñor Hérouard, “no inquietaba a las autoridades religiosas”.

No obstante, durante uno de los pocos registros llevados a cabo en el seminario por las autoridades alemanes, los refugiados fueron escondidos en un falso fondo debajo del comedor del edificio.

 

Fuente:abc.es

El mundo de la moda es misterioso: es un mundo hermoso cuando acerca a las personas a la belleza. Es decir, cuando el ama de casa, la mujer trabajadora o la adolescente de la prepa encuentran formas nuevas de cubrir y adornar su cuerpo, de verse en el espejo y sentirse plenas. Nadie lo duda, el estilo y el refinamiento en la ropa trae alegría a quien lo genera y serenidad a quien lo admira.

Sin embargo, como todo, no hay nada absolutamente bueno ni absolutamente malo. La elegancia también se puede convertir en una obsesión y esa obsesión se puede volver cultural. Éste fue entre varios, uno de los grandes problemas que afrontaron las mujeres del siglo pasado. Nuestras madres, abuelas y bisabuelas se enfrentaron a un mundo donde la imagen de la mujer importaba. Para bien o para mal, importaba tanto que muchas veces determinaba sus relaciones sociales.

Hoy en día estamos acostumbrados a que la imagen importe, pero a que no nos afecte tanto. Las reglas de etiqueta se han relajado, la gente ya no tiene códigos tan complicados. No usamos atuendos distintos en nuestro día a día, difícilmente cambiamos de ropa tres veces en la misma tarde como en antaño hacían (uno para salir a la calle, otro para la hora del té y otro para la noche). Ya nadie critica a los jóvenes y señoritas por usar pantalones de mezclilla y hay muchos trabajos que no exigen a sus empleados reglas de etiqueta estricta.

Claramente el parámetro social ha cambiado. Sin embargo, algo que se nos olvida es que también había cambiado antes. Estamos acostumbrados a ver el pasado como un panorama estático, como si las cosas siempre hubieran sido así, sin embargo, se nos olvida que toda época tuvo un tiempo anterior y toda norma en su momento fue cambio. Lo mismo es con el parámetro de la elegancia.

Uno de los recuerdos más vívidos que tengo de mi adolescencia, que muestra los contrastes generacionales, fue encontrar los retratos de mi tatarabuela y mi bisabuela puestos sobre la misma hoja. Las dos fotos habían sido tomadas cinco años después de que bajaron del barco; las dos mujeres no podían ser tan distintas.

Mi bisabuela, mi “Bobe Blanca” como la recuerdo, es la mujer más elegante que he conocido en toda mi vida. Aún está fija en mi memoria arreglándose, a sus ochenta y cinco años, hablando como una verdadera dama. Todas las personas que he conocido, lo primero que me dicen de ella es “que era la mujer más elegante que habían conocido”.

En la foto que vi, tiene dieciocho años. Usaba un abrigo negro, sostenía una boquilla del mismo color y tenía el cabello semi suelto, pero en un peinado elaborado de rulos, sus ojos y su sonrisa serían capaces de enamorar a cualquiera. Justo a su lado estaba su madre: una señora seria, con una mirada que mataba incluso desde la fotografía, usaba un chal negro sencillo, tapada hasta el cuello y el cabello modestamente recogido.

Una era la hija citadina, la inmigrante que junto con sus padres vivió la pobreza, pero salieron adelante y pudo disfrutar de la riqueza en su juventud. La otra, era la mujer que se crió en Polonia, a cuya familia exterminaron los nazis; una mujer que pudo sobrevivir gracias a su dureza de carácter y decidió tener a la escasez presente hasta su tumba.

Las dos fotos marcan dos épocas distintas, tanto para el mundo judío como para México, Occidente y Norteamérica. Un cambio generacional que podemos observar a través de la ropa.

Mi bisabuela vivió en una época de abundancia, mi tatarabuela en una de pobreza. Una vivió en la época donde la elegancia fue adoptada como parámetro dentro de un espectro amplio de diversas clases sociales y la otra, en una época donde el lujo y el arreglo personal estaban relegados únicamente a la aristocracia.

Ésta es la misma historia que vivió Lane Bryant, la fundadora de la empresa dirigida a coser ropa para mujeres con sobrepeso más conocida en el mundo. Ella se convirtió en el ícono del diseño para ropa especializada a un mercado y fue la primera mujer en coser un vestido para mujeres embarazadas y comercializarlo. La historia de su vida es la historia de cómo han cambiado los parámetros de elegancia y belleza en EUA, queremos contársela. Esperamos les guste.

La industria una nueva forma de vida.

En la última década del siglo XIX, en Estados Unidos se vivió lo que sería llamada la Segunda Revolución Industrial. Las máquinas empezaron hacer el trabajo que antes hacían más de cien hombres. Nuestro vecino del Norte vivió un frenesí por el desarrollo tecnológico. Todo giraba alrededor de hacer más máquinas, que fueran cada vez más rápidas y produjeran… más.

El resultado fue un país extremadamente rico, que exportaba a todas partes del mundo, generaba una cantidad inimaginable de empleos bien pagados y precios competitivos a artículos de buena calidad. Por eso mismo, fue un país capaz de recibir a millones de inmigrantes que buscaban “la tierra de la libertad”; que venían huyendo de un mundo de pobreza o de persecución y llegaban a un lugar donde podrían empezar una vida nueva, donde podrían trabajar y ahorrar para hacerse ricos. En ese contexto sucedieron las grandes olas de inmigración judía a Estados Unidos, entre ellas llegó Lena Himelstein (nombre original de Lane Bryant).

Ella era una niña de dieciséis años, judía, venida de Lituania con sus padres. Cuando desembarcó en 1895 en el puerto de Nueva York se enteró que su familia había arreglado su matrimonio con el hombre que pagó su pasaje. Ella se rehusó a casarse, dejó a su familia y empezó a trabajar en una fábrica de ropa íntima, ganando 1 dólar a la semana. Con el tiempo fue refinando sus habilidades y terminó por adquirir velocidad en la costura hasta ganar 15 dólares semanales.

Finalmente había llegado a la tierra de la elegancia. El área textil estaba en su apogeo, por primera vez en siglos la ropa había dejado de ser un artículo de lujo para convertirse en un artículo de uso cotidiano. Sombreros, zapatos, mascadas, guantes, suéteres y vestidos eran accesibles para todo aquel que pudiera comprarlo y eso incluía a muchísimas capas de distintas clases sociales.

La riqueza trajo consigo una nueva forma de vida y con esa forma una nueva exigencia. Si bien antes se esperaba que una persona tuviera un solo par de zapatos para toda su vida, ahora cualquier mujer que se respetará tenía al menos tres tipos de vestidos distintos, y cualquiera que fuera la imagen que toda dama presentara a la sociedad sería juzgada con ojos escrutadores. Se generó una obsesión por la moda, la elegancia y el buen vestir.

Esto ayudó a que Lena pudiera abrir un taller de costura en su propio departamento. A los tres años de haber llegado a Estados Unidos, contrajo matrimonio con David Bryant, inmigrante ruso de quien tomaría su apellido. Al casarse él fomentó que abandonara el trabajo de costurera para atender su embarazo y cuidar de su próximo hijo. Sin embargo, una catástrofe ocurrió, su esposo murió pocos meses de que el niño había nacido. Completamente sola se tuvo que hacer cargo del cuidado y la manutención del niño.

No podía regresar a las fábricas, por eso, abrir su propio taller fue la única solución que tuvo a la mano. Para 1904 ya tenía el suficiente éxito para rentar un local en la Quinta Avenida de Nueva York, y pudo ponerle nombre a su tienda. Se dice que “Lane Bryant” fue el error de un notario que confundió “Lena” por “Lane”, cualquiera que haya sido el motivo, lo cierto es que el nombre final tuvo popularidad.

La tienda es un indicador de la movilidad social tan amplia y la riqueza que había en ese momento en ese país. Tan sólo el hecho de que una adolescente completamente sola, una madre viuda, pudiera alcanzar en pocos años el nivel económico suficiente para poner una tienda de ropa en la colonia más reconocida de la ciudad, habla del bienestar económico que se vivía en Nueva York en esa época.

Entre la elegancia y la familia, cambios en los parámetros de maternidad.

Regresando a nuestra historia, a la tienda le iba bien. Sin embargo, el verdadero éxito vino cuando una mujer embarazada le pidió que cosiera un vestido para salir a la calle durante su embarazo. ¡Nadie vendía este estilo de cosas! Bryant, tenía mucha ropa que embarazadas podían usar: ropa de noche, batas, vestidos y faldas, pero todas eran para usarse dentro de la casa, nadie esperaba poder usarlos en la calle.

Como mencionamos antes, el lado negro de la elegancia era la obsesión. Durante años, la maternidad fue vista como algo vergonzoso. Era muestra de debilidad mostrar cariño a los hijos en el espacio público. En las clases sociales donde la mujer no se veía en la necesidad de trabajar, el embarazo la recluía por completo. No podía pensarse que una “dama” se atreviera a aparecer en sociedad con “esa figura”. El resultado era muy negativo para el bienestar familiar, porque la madre terminaba por sentir rechazo contra el cuerpo nuevo que estaba teniendo e ira contra el niño que le había ocasionado el cambio.

Éste era el punto donde los vestidos, los gorros, los guantes y las mascadas que tanta felicidad habían traído a las clases emergentes perdían su fuerza y se convertían en un vehículo de malestar. No podían ser usados, porque por más disfraces que una se pusiera, la figura y la imagen frente al espejo seguía siendo la del embarazo, una figura vergonzosa para el momento. El tiempo tendría que ayudar a sanar este error generacional.

Aquel momento en el que la mujer llegó a la tienda de Bryant, para pedir un vestido en su embarazo, es muestra del inicio de la sanación; porque vestir el cuerpo, en este caso vestir el cuerpo embarazado, es una forma de aceptarlo y celebrarlo; es lo que le da su sentido a la ropa.

Lo que la mujer le estaba pidiendo a la costurera era que le ayudará a romper un tabú social; lo estaban haciendo de forma disimulada e individual. El reto era enorme, la costurera creativa no se dio por vencida. Aceptó el desafío y empezó a buscar ideas entre las telas que tenía. Logró hacer una falda con pliegues y elásticos que fue del agrado de la cliente. Pronto empezaron a llegar más mujeres con la misma petición y empezó a producir todo tipo de vestidos y ropa especializada para mujeres embarazadas.

Al poco tiempo, su compañía se hizo popular. El tabú estaba roto en algún punto, pero en otro todavía era muy presente: le era muy difícil conseguir periódicos o medios comunicativos que difundieran su publicidad, ya que era mal visto hablar de maternidad públicamente. El día en que por fin The New York Herald aprobó uno de sus anuncios, ese mismo día, vendió todos los vestidos que tenía disponibles.

Por 1915 empezó a establecer una cadena de ropa y abrió tiendas en Chicago, Detroit y otros estados. Se había vuelto a casar y tenía tres hijos con su esposo. Juntos abrieron una modalidad de venta por catálogo que llegó a vender más de un millón de dólares en 1917.

Una de las características que más resaltaba de su marca era la publicidad tan buena que Bryant hizo a la misma. Junto con los catálogos empezó a incluir folletines con consejos sobre maternidad y moda y formó su propia revista para difundir sus productos. También empezó a innovar en giros comerciales y mercadotecnia dirigida.

Para ese momento, la moda había cambiado y las mujeres cada vez más buscaban una figura más delgada. Mujeres con cuerpos menos esbeltos empezaron a quedarse sin lugares donde hacer sus compras usuales. Por ello, Bryant tuvo la genial idea de empezar a vender ropa más holgada, específicamente dirigida a las mujeres que no cumplían con las características físicas deseadas para la época. Empezó a surgir lo que entonces se llamaba “slenderizing” (ropa para hacerte ver más delgada) que combinaba patrones de líneas, cuellos y demás para ayudar a aparentar el sobrepeso.

En 1923 las ventas eran mayores a 5 millones de dólares y la ropa para mujeres con sobrepeso había rebasado las ventas de la ropa para maternidad. Así fue como finalmente la tienda adquirió el giro comercial que la caracteriza hoy en día.

En 1951 que Bryant fallece la marca ya estaba completamente configurada y establecida en el mercado. Sus hijos pudieron heredarla y continuar con la empresa que su madre había creado. Hoy en día es una tienda exitosa, sin embargo, el legado más grande que dejo esta mujer a la sociedad es la idea de que maternidad y moda pueden combinarse. Que el embarazo lejos de un periodo vergonzoso puede ser un momento donde la mujer se identifique con su próximo hijo, se arregle y use ropa con la que se siente cómoda y le ayude a acentuar su belleza.

Enlace Judío México – El pasado martes 2 de mayo en el auditorio de la librería Gandi de Miguel Ángel de Quevedo, se presentó el libro titulado “Tuberías” del escritor israelí Etkar Keret.

El escritor Etkar Keret nació en Israel en 1967, en la ciudad de Ramat Gan. Entre su obra se encuentran colecciones de cuentos cortos, guiones para televisión y cine; además, está considerado como uno de los máximos exponentes de la narrativa moderna israelí por su amplio empleo del lenguaje coloquial con el que teje historias donde la vida cotidiana, el humor negro y el surrealismo conviven con lo grotesco e incluso lo pueril.

Como escritor goza de inmensa popularidad, especialmente entre el público adolescente, ávido lector de sus obras.

Para Keret la literatura es una herramienta más para comprender al mundo. Durante la concurrida presentación de su libro, el prolífico escritor ennumeró un “décalogo” para todo aquel que quiera navegar en el mar de las letras.

1. Asegúrate de que te lo estás pasando bien
A los escritores les encanta presumir de lo duro que es el proceso creativo. Están mintiendo. No quieren admitir que se ganan la vida pasándolo bien. Escribir es una manera de vivir otra vida. Muchas vidas. Las de incontables personas que nunca serás pero que son completamente tú. Cada vez que te sientes y te enfrentes a una página en blanco, da las gracias. Es divertido. Elegante. Chulo. Y no dejes que nadie te diga lo contrario.

2. Ama a tus personajes
Para que un personaje sea real, tiene que existir al menos una persona en este mundo que sea capaz de entenderlo, les guste o no lo que haga y diga el personaje. Eres el padre y la madre de los personajes que creas. Si tú no los quieres, nadie lo hará.

3. No le debas nada a nadie
En la vida real, si no te comportas puedes acabar en la cárcel o en un psiquiátrico, pero en la literatura, todo vale. Si hay un personaje en tu historia que te atrae, bésalo. Si hay una alfombra que odias, métele fuego. Cuando se trata de escribir, puedes destruir planetas enteros y erradicar civilizaciones a golpe de teclado. Aún así tu vecina mayor no te va a retirar el saludo.

4. Empieza siempre desde la mitad
El principio es como el  borde chamuscado que se ha quedado en el molde de una tarta. Quizá lo necesitas pero no es realmente comestible.

5. Intenta no saber el final
La curiosidad es una fuerza poderosa. No te dejes arrastrar por ella. Cuando vayas a escribir un relato o un capítulo, toma el control de la situación y de las motivaciones de los personajes, pero déjate sorprender siempre por los giros de la trama.

6. No hagas algo porque «siempre ha sido así»
Párrafos, comillas, personajes que siempre estarán incluso cuando pases de página. Todo eso son convenciones que están a tu servicio. Si no te sirven, olvídate de eso. El hecho de que cada libro tenga unas reglas no quiere decir que tengan que servir para tu libro.

7. Escribe con tu estilo
Si intentas escribir como Nabokov, siempre habrá por lo menos una persona —cuyo nombre es Vladimir y apellido es Nabokov— que lo hará mejor que tú. Pero cuándo se trata de escribir como tú sabes, siempre serás el campeón del mundo.

8. Asegúrate de que estás solo en la habitación cuando escribes
Aunque escribir en cafeterías suene romántico, tener a gente a tu alrededor te distraerá, aunque no te des cuenta. Cuando no hay nadie a tu alrededor, puedes hablar contigo mismo y tocarte la nariz. Y meterse el dedo en la nariz es una misión menos natural cuando hay gente mirando.

9. Deja que te animen las personas a las que le gusta lo que escribes
E intenta ignorar a los demás. Simplemente, cualquier cosa que escribas no es para ellos. No importa. Hay un montón de escritores en el mundo. Si buscan lo suficiente, encontrarán a uno que cumpla con sus expectativas.

10. Oye a todos pero no escuches a nadie (excepto a mí)
Escribir es uno de los territorios más privados del mundo. De la misma forma que nadie puede enseñarte a hacer café, tampoco nadie te puede enseñar a escribir. Si alguien te da un consejo que suene bien y funcione mejor, úsalo. Si te dan un consejo que suene bien pero que no funciona, no pierdas ni un segundo. A lo mejor le sirve a otro.

Después de una interesante sesión de preguntas y respuestas, Etkar Keret generosamente firmó libros y conversó con el público asistente.

 

 

 

 

La agencia Associated Press (AP) publicó un estudio de 160 páginas en que se elucida su actividad en Alemania de 1931 a 1945 y se refutan las acusaciones sobre su cooperación con los nazis.

El informe se elaboró como reacción a la publicación del año pasado del historiador alemán Harriet Scharnberg, quien afirmó que la AP al mantener su oficina de reportajes gráficos tras el inicio de la guerra contribuyó a difundir la propaganda nazi, la que usó fotos de AP con sus fines.

Los autores del nuevo estudio, que usaron los archivos de AP y la documentación militar de EEUU, señalan que la agencia trabajó en Alemania “de modo independiente y no preconcebido” en la medida en que eso era posible y al mismo tiempo reconocen que se cometieron errores en ciertas situaciones.

Dicen en particular que la AP no protestó contra la reproducción en medios pronazis de sus fotos acompañadas de titulares que tergiversaban su sentido, así como confiesan que entre el personal de la oficina hubo gente simpatizante con la doctrina nazi.

La agencia no oculta que tenía que someterse a las leyes del Tercer Reich sobre la “pureza racial” de la prensa y despedir a todos los judíos, al mismo tiempo subraya que les ayudó a emigrar y que todos ellos lograron sobrevivir el Holocausto.

Los autores del estudio revelan por primera vez que se concertó un acuerdo secreto tras la expulsión de la AP de Alemania como consecuencia de la entrada de EEUU en la Segunda Guerra Mundial.

El corresponsal de la AP en Lisboa acordó intercambiar fotos con un reportero gráfico de Waffen SS, quien se puso a la cabeza de la ex oficina de la AP en Berlín.

“Aunque era un intercambio con el régimen nazi, la AP sostenía que las fotos ayudarían a ofrecer un cuadro más íntegro de la guerra al pueblo estadounidense”, se señala.

Fuente: Sputnik

Enlace Judío México.- Yucatán ha sido hogar de numerosas familias judías desde la época de la Colonia, informan integrantes del Círculo Judío de Mérida, una organización que agrupa a la mayoría de los miembros de esa comunidad en el Estado.

La mayoría de ellos son sefardíes; es decir, descendientes de los judíos expulsados de la Península Ibérica en el siglo XVI, que emigraron a otros países de Europa y luego a América.

La mayoría traía apellidos españoles cuando llegaron a Yucatán (otros los castellanizaron aquí), se convirtieron al catolicismo y se casaron con la gente local.

Otros, muy pocos, continuaron practicando su religión y sus costumbres, como ya hemos publicado.

La presencia judía entre nosotros se comprueba si se rastrea el origen de muchos de los apellidos típicamente yucatecos, dicen los entrevistados en la cuarta y última parte del reportaje sobre la comunidad judía local, que publica Diario de Yucatán.

“En este sentido, es clarísima la ascendencia judía de los Guzmán (Gudman), los Esquivel o los Bentata, que son judíos marroquíes”, añaden.

En alguna ocasión hablamos con el rabino principal de la comunidad sefaradí en Ciudad de México y él nos dijo que en Yucatán hay muchos descendientes de judíos por vía materna.

¿Los identifican por su aspecto físico?

No sólo por eso, que en ese sentido hay muchos en Yucatán, sino porque así lo indican los registros históricos. La ascendencia judía por vía materna es muy importante porque la condición de judío se transmite por la madre. Si uno es hijo sólo de padre judío, no es judío. Sólo lo eres cuando naces de madre judía, los demás necesitan pasar por un proceso de conversión.

Y a eso se refiere el rabino cuando habla de la ascendencia judía de muchos yucatecos por vía materna, que aunque ellos no lo sepan o no les interese, aun así conservan algunos rasgos de esa cultura.

¿Cómo qué?

La circuncisión, el matriarcado (en muchas familias quien manda es la mamá o la abuela) o la forma de hacer negocios, que es totalmente judía, parece que lo hacen con el Talmud en la mano. También el modo de ser de los yucatecos.

“Su cerrazón con la gente de fuera es un rasgo totalmente judío”.

Puede ser que existan muchas familias de ascendencia judía en Yucatán, pero algo incontrovertible es la presencia de una numerosa población de origen sirio libanés. ¿Esto no provoca fricciones con los judíos de Mérida?

Absolutamente, responde Humberto Solís Martínez, integrante del Círculo Judío de Mérida. Tengo amigos sirio-libaneses que saben de mi condición de judío y no pasa nada. Es una buena la relación. Incluso, hay cuatro o cinco familias libanesas en Mérida que cuando llegaron no eran cristianas maronitas, como la mayoría, sino judías. Es el caso de los Jáber, los Moisés, los Kassab, los Manzur que, no obstante, decidieron quedarse aquí, casarse con señoritas yucatecas y formar otra familia, alejada de sus tradiciones originales.

En relación con los vínculos de judíos y sirio libaneses en Yucatán, miembros del Círculo Judío recuerdan una amistosa discusión sobre el origen del kibi en esta tierra. Muchos creen que lo trajeron los libaneses, pero lo cierto, dicen, es que cuando éstos llegaron a la Península el kibi ya existía.

“El kibi como lo conocemos aquí es totalmente judío, pero luego se yucatequizó”.

No se pronunciaba kibi, sino kepi y según miembros de las viejas familias yucatecas con ancestros judíos, éstos lo habrían traído a Mérida cuando vinieron en la época del auge henequenero. Algunos de esos judíos procedían de las comunidades judías del Caribe y es posible que allí hayan aprendido la receta de judíos sirios y la trajeran a Yucatán.

Aquí lo preparaban en sus casas. Sus sirvientes lo vieron, aprendieron la receta y la llevaron a sus pueblos donde lo freían o lo horneaban. De allí nace el kibi yucateco.— HERNÁN CASARES CÁMARA

En la vida diaria, ¿qué comen los judíos en Mérida?

Los de ascendencia sefaradí, dicen los entrevistados, comen guisos de origen español, como un tipo de empanaditas de queso con espinaca o solo de carne, bolitas fritas de garbanzo, mucha berenjena y calabaza rellena, arroz con pollo, empanadas de pollo y verduras, que hace años se conocían en Mérida como “empanadas gallegas”, arroz con lentejas, etcétera.

Otro platillo es el jamín, idéntico al puchero yucateco, pero en lugar de puerco lleva res.

En Israel, por ejemplo, el viernes en la tarde, antes del Shabat, se ve a los judíos españoles preparar su puchero con todo y salpicón, como los yucatecos.

¿Y no comen nada de puerco? o ¿cómo le hacen en un Estado donde esa carne (prohibida por la religión judía), es la reina de la cocina?

“Cumplir con las leyes Kosher es cosa de cada persona, principalmente de las muy religiosas”, afirma Solís Martínez.

“Los judíos en Yucatán no solo aprecian la gastronomía yucateca, sino, ¿te soy sincero?, creo que todos le meten a las tortas de cochinita y de lechón”.

 

 

Fuente:yucatan.com.mx

Enlace Judío México.-Por mucho que intento aislarme, no consigo evitar que me alcancen las reverberaciones de la enésima campaña antiisraelí dirigida a ablandar los ya de por sí esponjosos corazones de la compasiva grey progresista occidental. Esta vez a cuenta de los derechos de lo que ciertos sectores de la izquierda llaman “presos políticos” palestinos. Porque, gracias a la campaña de concienciación organizada por un puñado de asociaciones, ayuntamientos del cambio y medios afines, nos enteramos de que los presos palestinos en cárceles israelíes son objeto de maltrato sistemático y tienen conculcados los derechos más elementales.

DANIEL ARI

En el momento en que se inició la huelga, hace ahora dos semanas, del total de aproximadamente 5,000 palestinos en las cárceles israelíes se apuntaron entre 500 y 700, algunos por convicción, otros coaccionados por sus compañeros de filas en las distintas organizaciones militares, paramilitares y terroristas de Cisjordania y la Franja de Gaza. En la fecha en que escribo esta nota sólo quedan 20 en huelga: los organizadores, las cabezas visibles, los que se juegan su sangrienta reputación en el envite.

Encabeza la protesta Marwán Barguti, miembro de la Tanzim (rama paramilitar de Fatah), cerebro de numerosos atentados terroristas contra militares y civiles israelíes durante la Segunda Intifada y condenado por los tribunales a cinco cadenas perpetuas. Prueba de la influencia que Barguti ejerce aún desde la cárcel es que en 2014 hizo un llamamiento para lanzar la Tercera Intifada y que su nombre se baraja como posible sucesor de Mahmud Abás al frente de la Autoridad Nacional Palestina.

No hace falta decir que, al igual que su carismático cabecilla, los demás presos no lo están por sus ideas políticas, sino por delitos de sangre debidamente juzgados con todas las garantías de un Estado de Derecho. Muchos de ellos pertenecen a organizaciones terroristas como Hamás y Yihad Islámica, razón por la que cumplen sentencias en prisiones de alta seguridad.

Aunque estas huelgas de hambre son casi un evento anual que tiene lugar en las señaladas fechas con que el conjunto de los israelíes recuerda a las víctimas de la Shoah (Yom Ha’Shoah), a los soldados israelíes caídos en las guerras (Yom Ha’Zikaron) y el Día de la Independencia (Yom Ha’Atzmaut), la de este año tiene el aliciente adicional para los palestinos de que se cumplen 50 años de la captura israelí de Judea y Samaria tras la Guerra de los Seis Días, en 1967.

¿Y qué es lo que reclaman? ¿Cuáles son esas penosas condiciones de reclusión a las que los somete el Estado Israelí? Tienen básicamente dos exigencias y abochorna contarlo: toda esta campaña internacional de demonización de Israel se asienta sobre dos exigencias tan absurdas que enmudecen en medio del ruido mediático: más tiempo de visitas semanales para las familias y mayor acceso a los teléfonos. Abochorna contarlo, digo, si tenemos en cuenta que el tiempo de visita, 45 minutos, es idéntico al tiempo del que dispone cualquier preso de alta seguridad israelí, y que las comunicaciones telefónicas sirven sobre todo para organizar a los grupos terroristas en Cisjordania y Gaza y planear nuevos atentados; que los presos palestinos viven en unas condiciones con las que no podrían ni soñar presos comunes de cárceles de países árabes (con baños con ducha, pequeñas cocinas, televisores de 26 y 32 pulgadas en cada celda de 10 a 12 reclusos, con libertad para pasar el día entero al aire libre, con gimnasios y surtidos de todos los productos alimentarios que uno encontraría en un supermercado israelí); que los terroristas palestinos reciben por ley un sueldo nada despreciable de la ANP (cuanto más sangrientos sus crímenes, mayor la cuantía); que la Cruz Roja Internacional monitoriza cada segundo de la vida de estos reclusos; que sólo en Siria hay unos 12,000 presos viviendo en condiciones infames de tortura; que comparadas con cárceles peruanas, turcas o rusas, las prisiones israelíes son centros de recreo, y que tienen acceso a uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo.

Me llega el estruendo de la enésima campaña judeófoba y me asaltan dos recuerdos. En el primero veo la cara siniestra del etarra Iñaki de Juana Chaos alimentado por tubos en una cama de hospital, haciendo el paripé de una huelga de hambre por la que se colaban alimentos cuando las cámaras no estaban filmando. Una huelga de hambre de la que el propio terrorista español se descolgó voluntariamente después de conseguir la publicidad que buscaba. En el segundo, veo el cuerpo delgado y fantasmagórico, sin dientes, de Guilad Shalit, el soldado israelí secuestrado por Hamás, el día de su liberación. Shalit fue la moneda de cambio que usó la organización terrorista que gobierna la Franja de Gaza para conseguir la liberación de mil presos palestinos como los protagonistas de la huelga de hambre. Salvo por dos vídeos puntuales para probar que seguía con vida, Shalit pasó cinco años y medio en cautividad sin que el Gobierno israelí conociese su paradero. Una tortura de cinco años y medio sin teléfono, sin visitas de familiares, sin que ni siquiera le pudiese visitar el Comité Internacional de la Cruz Roja para comprobar su estado de salud.

Y ahora me entero de que los reclusos palestinos quieren más horas de visita y, honestamente, no se me parte el corazón.

 

 

 

Fuente:elmed.io

IRVING GATELL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Llegas a su casa. Tocas la puerta. Te abre, y te observa con desconfianza, pese a que eres su hijo menor. Cierto, traes la mirada un poco apagada porque tienes sueño, pero no pasa de allí.

“¿Estás borracho?” Ni siquiera te dijo “hola”. No, el primer disparo es un reproche a quemarropa. Tampoco te invitó a entrar. Sigues parado en el quicio de la puerta, y lo único que atinas a hacer es pelar los ojos y decir, con tono dubitativo injustificado, “no…”. Sigue el examen visual, como si fueras un trozo de carne del supermercado y esa venerable mujer estuviera decidiendo si es el más adecuado para el chont (guiso tradicional yiddish).

“¿Estás drogado?” Es el colmo. Sigue sin invitarte a entrar. Sigue sin decirte hola. Y ahora te está preguntando por vicios que nunca has tenido, y que a tus más de 40 años ya no vas a adquirir. Ahora tu respuesta es categórica y convincente. El “no” que sale de tu boca ya no sólo es un rechazo a tanta imaginación, sino también una bomba de contenidos. Mal que bien, has crecido con esa mujer y has aprendido a cargar una sola palabra, dos letras, con muchas ideas. Es un “no” que dice “no vengo borracho, no vengo drogado, y ya deja de hacerme preguntas fuera de lugar; me invitaste a cenar y a eso vengo…”.

Pero no se va a rendir. Si no gana, empata: “¡Estás gordo!”

Diablos. Eso no se lo puedo negar. Ni caso tiene discutir. Es cierto. He subido de peso últimamente y mi abdomen acumula más átomos que durante los diez años anteriores. Entras a la casa, aunque no te invitaron a hacerlo. Pasas a la mesa, escuchando lo que parece que se va a convertir en una interminable perorata sobre la obesidad, los programas del IMSS para bajar de peso, esa amiga que es nutrióloga y a la que debería visitar, y que la diabetes, el Parkinson, el Alzheimer, la gota, el glaucoma y hasta el mal humor, se derivan de la gordura. No importa que señales que no hay estudios científicos que afirmen semejante cosa. Tu mamá lo dice y ya. Punto.

Estás sentado a la mesa, y desde allí la observas en la cocina. Te pregunta con un tono sorprendentemente amable, como si de pronto hubiera olvidado toda la escena anterior: “¿Quieres pollo con caldo?”

Respondes: “Pollo, nada más. No le pongas caldo”. Pero es muy tarde. Ya ha puesto la primera cucharada de caldo, y te dice, con mejor humor todavía: “¡Pero el caldo está buenísimo!”. Bueno, está bien. Aceptas un poco de caldo. “Muy poco”, enfatizas.

Otra cucharada. Ya van dos. Estamos en el límite de “muy poco”. Señalas que no más caldo, y no hay reacción. La mujer de aspecto bíblico parece sorda, y su rostro severo sigue clavado en el plato donde una pieza de pollo nada en todavía poco caldo, mientras su indestructible mano derecha pone otra cucharada.

“¡Ya! Te dije que poco caldo”.

Otra más. Va la cuarta. “Es poquito”, dice. Mientras, con terror ves como esta volviendo a meter el cucharón en la cacerola. Van a ser cinco.

“Mamá, te dije que no quería caldo…”
“Pero es poquito”.

Cinco. Y no se va a detener. Van a ser seis. Es demasiado. Te levantas, vas a la cocina, le quitas el plato después de la sexta y cuando ya hacía ademanes para buscar una séptima, y todavía se te queda viendo con cara de “¿Cómo te atreves?”.

El pollo está chapoteando en una piscina de caldo, zanahorias y chayotes. Casi un puchero. Grasa, colesterol, y eso que hace unos minutos te habían lanzado una diatriba contra la obesidad.

“Bueno, supongo que significa que goza de perfecta salud…”, es lo único que piensas cuando te sientas otra vez a la mesa con tus dos pucheros, el que llevas en el plato y el que vas haciendo en la cara sólo de pensar en todo lo que vas a tener que comer, porque ella estará allí sentada junto a ti, platicándote todas las tzures (calamidades) de la familia, pero cerciorándose en todo momento de que no dejes nada en el plato.

La charla fluye. Por fin terminas el mitológico plato de comida, y antes de que puedas responder (porque no te preguntaron) ya tienes enfrente un pequeño plato con dos gelatinas: una de jerez, otra de leche.

“Mamá, ya estoy lleno…”.

¿Y acaso importa? Por supuesto que no. Las gelatinas están buenísimas. La de jerez es la de rutina, pero la de leche es especial. La preparó para una amiga católica que vive a unas cuadras, creo que por su cumpleaños. Claro, hizo dos: una para ellos, otra para nosotros. Quedaron tan buenas, que el hijo de la amiga católica se robó la gelatina completa, se encerró en el cuarto de la tele a ver una película, y se la comió toda él solo. Así que si un joven católico puede comerse completa tan deliciosa gelatina, es obvio que yo tengo la obligación moral de comerme el pedazo que me acaban de servir, aunque esté lleno casi a reventar.

Está bien. Fue convincente. Le hinco el diente a la gelatina de leche. Y es cierto: está muy buena.

“Oye, tienes razón. Quedó deliciosa”.

A mi mamá se le desencaja el rostro. Las comisuras de los labios y de los ojos caen dos o tres centímetros y parece que va a ponerse a llorar. No entiendo qué le pasa. La observo intrigado, y mientras ronda las fronteras de la depresión, me pregunta: “¿No te gustó la otra?”

Basta. Es demasiado. Golpeo la mesa. Ahora lo yiddish se me sale a mí. ¿Cómo rayos “no me va a gustar la otra” si ni siquiera la he probado? No puedo probar dos gelatinas al mismo tiempo. Y si lo hiciera, no podría decidir qué tan buenas o qué tan malas están. Me siento como en el clásico chiste de la mamá judía y las dos corbatas: una mamá judía le regala a su hijo dos corbatas; el hijo estrena una esa misma noche, y la mamá pregunta “¿No te gustó la otra?”

No hay manera de ganar. No hay manera de hacer las cosas bien.

Después de unos diez minutos de explicarle que probé primero la de leche por todo lo que me contó de los jóvenes católicos que devoran gelatinas de leche, pero que eso no significaba que la otra estuviera fea. Y que si hubiera probado las gelatinas en sentido inverso, de todos modos me hubiera hecho la misma pregunta. Y le recalco que todo eso es injusto.

“Es que pensé que no te había gustado la otra”.

Es absurdo. Es una mugre gelatina de jerez. La comó en su casa todas las semanas. Sabe que me encanta. Y sabe que es imposible que la de esta noche tenga un sabor diferente a las anteriores porque son gelatinas de bolsita. Ella no tiene que preparar la grenetina ni mezclar los saborizantes. Sólo vacía el sobre en agua hirviendo, la revuelve, la pone a cuajar, la enfría, y listo. Sabe a lo mismo que sabe todas las semanas. Y sabe (ella) que me gusta.

Va llegando el momento de despedirnos. He sufrido, he cenado, hemos reído, ya estoy yo también preocupado por todo lo que le pasa a su descendencia, y hasta vimos las noticias y a Leo Zuckerman en la Hora de Opinar.

Me levanto de la mesa. Se acerca, me da un manazo en la panza y me vuelve a decir que estoy gordo. Que no está bien que esté yo tan inflamado del vientre. Que el Alzheimer, el Parkinson, la Diabetes, el catarro, el vitiligo y la demencia senil le dan a los cuarentones gordos.

“¿Y entonces para qué rábanos me pusiste seis cucharadas de caldo colesteroloso en el plato, y luego me metiste muchomil calorías con dos gelatinas que yo no había pedido?”

Por supuesto, sólo lo pienso. Ni loco se lo digo. Sale peor.

Cuando ya voy caminando en la calle y volteó hacia la ventana para saludarla una última vez por esa noche, respiro hondo, miro al cielo, simplemente digo “D-os, cuídala mucho; que duerma bien…”, y entonces digiero de golpe todos los corajes que he pasado en esa visita.

Y entonces recuerdo la vieja canción en Yiddish:

“… Qué hermosa y brillante es la casa cuando mamá está aquí
Qué triste y oscura se vuelve cuando D-os la toma al Mundo Venidero
En agua o en fuego ella correrá por sus hijos
No hablarle con amor es, seguramente, el más grande pecado
Qué afortunado y rico es el que tiene
Un hermoso regalo obsequiado por D-os
Como lo es una mamá judía
Mi mamá judía”

(Tomado de la vida real; todas las anécdotas son históricas y objetivas; me aplican eso y cosas muy similares todas las semanas)