La creación de una nueva conmemoración en el calendario judío no es algo sencillo. Todas las fechas significativas han pasado por un proceso que ha implicado ajustes y cambios, lo que le ha dado a cada una la fisionomía que tiene hoy.

MARCOS GOJMAN

El calendario judío está lleno de fechas conmemorativas. La Torá nos ordena celebrar Shabat, Rosh Jodesh, Pesaj, Sucot, Shmini Atzeret, Shavuot, Rosh Hashana y Yom Kipur. Por su parte, los rabinos, en épocas posteriores, añadieron Purim, Simjat Torá, Januká, Tu Bishvat, Lag Baomer y la conmemoración de Tisha be Av, el día que recuerda la destrucción del Templo de Jerusalem.

Por muchos años la lista no se modificó. Fue hasta la segunda mitad del siglo XX, que se añadieron nuevas fechas en el calendario, las cuales están asociadas a los dos grandes eventos que marcaron la historia del pueblo judío en ese siglo: el Holocausto y el renacimiento del Estado de Israel.

“Yom Hashoa ve Hagevura”, es el día que recuerda el Holocausto y el Heroísmo de los que pelearon contra la barbarie. En 1951, el parlamento israelí designó el día 27 del mes de Nisan para conmemorar el levantamiento judío en el gueto de Varsovia. Originalmente habían considerado el 13 de Nisan, el día cuando las fuerzas alemanas empezaron la destrucción sistemática y total del gueto, pero optaron por el día 27 para no interferir con la fiesta de Pesaj.

La conmemoración de Yom Hashoa inicia la víspera con ceremonias y eventos de recordación en todos los ámbitos de la sociedad israelí. Al día siguiente, en Israel, el sonido de las sirenas detiene el tráfico de vehículos y personas por dos minutos y todo el día las estaciones de radio y televisión transmiten programas alusivos. Siguiendo la misma pauta, las comunidades judías no ortodoxas en el mundo, adoptaron el mismo día para recordar el Holocausto. En sus sinagogas se leen textos alusivos, se encienden una o varias luminarias en recuerdo de los seis millones de víctimas y se reza El Maale Rahamim y el Kadish, oraciones relacionadas con la muerte. En 1988 el movimiento reformista publicó “Seis Días de Destrucción”, un texto escrito por Elie Wiesel y el rabino Albert Friedlander, el cual se lee en la sinagoga en ese día, como una “Meguilá”. De manera similar, el movimiento conservador, creó “Meguilat HaShoah”, texto desarrollado por un grupo de rabinos encabezados por el profesor Avigdor Shinan, el cual contiene relatos de sobrevivientes escritos al estilo bíblico. Por su parte, algunas comunidades ortodoxas han incluido el recuerdo de las víctimas de la Shoa, en días de ayuno menores tradicionales, como el 10 del mes de Tevet, aunque no incluyen ningún rezo especial en ese día.

La creación de una nueva conmemoración en el calendario judío no es algo sencillo. Todas las fechas significativas han pasado por un proceso que ha implicado ajustes y cambios, lo que le ha dado a cada una la fisionomía que tiene hoy. La forma ha cambiado, pues celebrar Pesaj hoy en día es diferente a como se hacía hace dos mil años. Pero en todos los casos el fondo es el mismo. El mensaje de Yom Hashoa, y en especial lo que el levantamiento del gueto de Varsovia significó, tiene implicaciones para el pueblo judío, tanto desde el punto de vista como nación, pues estaba en peligro su existencia misma, como religioso, pues puso a prueba su relación con el Creador.

Yom Hashoa puede tener un carácter nacional, como lo hacen en Israel, puede tener un carácter religioso, como se hace en la mayoría de las sinagogas en el mundo o puede tener ambos. Con todo, lo importante no es tanto la forma como el fondo: Recordar el Holocausto es lo importante.

 

Bibliografía:Varias fuentes.
Fuente:alreguelajat.com