BARAK RAVID Y AMIR TIBON

Israel no debe entrar en conflicto con Trump sobre la iniciativa de paz, David Friedman dice altos funcionarios israelíes; tanto Israel como los palestinos intentan influir en el discurso de Trump en Masada.

Conforme se aproxima la visita de Donald Trump a Israel, tanto la Oficina del Primer Ministro en Jerusalem como su contraparte palestina en Ramala están tratando de averiguar qué tipo de propuesta traerá el presidente estadounidense consigo. Hasta ahora, 10 días antes de su llegada, Trump aún no ha presentado un plan específico para reanudar el proceso de paz entre Israel y los palestinos, pero sí tiene mucho entusiasmo, ambición y, sobre todo, determinación para impulsar un avance histórico.

En sus conversaciones con diplomáticos y altos funcionarios israelíes, el nuevo embajador estadounidense, David Friedman, reiteró que, dado el fuerte deseo de Trump de lograr un “acuerdo final” sobre el proceso de paz, Israel debe cooperar con su iniciativa diplomática y ayudarlo a que funcione.

Un alto funcionario israelí familiarizado con el tema que pidió permanecer en el anonimato, dijo que el embajador considera que Trump es una gran oportunidad para Israel, alguien que quiere ayudar al país, entre otras cosas mediante el logro de un acuerdo de paz con los palestinos. Como evidencia de esto, Friedman señaló que todas las personas que Trump ha nombrado para tratar asuntos de Israel son egresados de escuelas religiosas judías.

Friedman aconseja a sus interlocutores israelíes abstenerse de entrar en conflicto con el presidente y ayudarlo a implementar sus políticas en Oriente Medio.

Se espera que Friedman llegue a Israel el próximo lunes. Al día siguiente, presentará sus credenciales al presidente Rivlin en la Residencia del Presidente en Jerusalem, junto con los embajadores de España y Tailandia. Luego correrá contra el reloj para finalizar los preparativos para la visita de Trump, el 22 de mayo.

Esta semana, Friedman se reunió con Trump para recibir instrucciones finales del presidente y sus mejores deseos en su nuevo puesto. Pese a que Friedman difiere del presidente con respecto a la cuestión israelí-palestina, el nuevo embajador, cuya lealtad hacia el presidente es insaciable, tiene la intención de dejar a un lado sus opiniones personales.

Funcionarios israelíes dicen que el nuevo embajador le presentó a Trump su propia evaluación de que las posibilidades de lograr un acuerdo de paz son escasas.

“Trump escuchó esto de Friedman, de otras personas de su equipo, y también de gente fuera de la Casa Blanca a la que ha consultado. Gente cuya opinión él respeta le dijo que sería muy difícil, quizás incluso imposible lograr un acuerdo, pero hasta ahora, él no ha cambiado de opinión”.

Algunas figuras de la derecha judeo-estadounidense dicen que Friedman podría haber tenido mayor influencia sobre la política de Trump en relación al conflicto israelí-palestino si hubiese acompañado al presidente durante sus primeras semanas en el cargo, cuando Trump formuló sus primeras medidas sobre el tema, como las de aplazar su promesa de campaña de trasladar la embajada estadounidense a Jerusalem y la demanda de que Israel contenga la construcción en los asentamientos. Pero el largo proceso de confirmación del embajador en el Senado le impidió desempeñar un papel importante en la toma de decisiones durante ese período, en tanto que Trump dejó a los antiguos funcionarios del gobierno de Obama en su lugar.

Friedman está más involucrado hoy en día, pero de acuerdo con su promesa en las audiencias de confirmación, dice que tiene la intención de implementar las políticas del presidente, aunque contradigan sus propias opiniones de línea dura que ha expresado en el pasado. En su momento, dijo al Senado que si se firmaba un acuerdo de paz durante su mandato como embajador que requiriese la evacuación del asentamiento de Beit El en Cisjordanía, al que ha donado miles de dólares, lo apoyaría.

A pesar de la gran tensión en la Oficina del Primer Ministro en Jerusalem en las últimas dos semanas y la euforia en la oficina del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas en Ramala, la visita de Trump no parece responder al acertijo que ambas partes han tratado de resolver de cómo el presidente planea proceder. Netanyahu y sus asesores temían que Trump usara su visita para presentar sus propios principios para resolver el conflicto israelí-palestino y reanudar las negociaciones, pero esos temores se han reducido un poco. Un alto funcionario israelí dijo que hasta el momento no se ha hablado de una cumbre tripartita entre Trump, Netanyahu y Abbas durante la visita.

Altos funcionarios israelíes dijeron que Trump desea que su visita a Israel sea lo más amistosa y abrazadora posible, tanto para los israelíes como para los palestinos. Se espera que Trump reitere que quiere un “acuerdo”, pero principalmente, desea escuchar las propuestas de ambos líderes.

Antes de la llegada de Trump, tanto Israel como los palestinos intentan influir en el contenido del discurso que ofrecerá en Masada.

El responsable de esto en el lado israelí es el embajador de Israel en EE.UU., Ron Dermer. Una de las autoridades israelíes dijo que Dermer cree que Israel debe asegurar una declaración de Trump de que “Jerusalem unida” es la capital de Israel. En sus conversaciones con la Casa Blanca, Dermer se ha enfocado en incluir una frase en el discurso.

La obtención de tal declaración se ha vuelto aún más importante ya que Netanyahu y sus asesores han comprendido que Trump no planea trasladar la embajada estadounidense a Jerusalem. A finales de este mes, se espera que Trump firme una renuncia a la ley que obliga a trasladar la embajada de Tel Aviv a Jerusalem.

Un día antes de llegar a Israel, Trump se reunirá en Arabia Saudita con los líderes de más de 10 países árabes y musulmanes, entre ellos Abbas para discutir maneras de eliminar al grupo Estado Islámico, aunque se espera que también surja el tema del conflicto israelí-palestino.

Trump estará acompañado de su enviado para el proceso de paz, Jason Greenblatt, quien se reunió con la mayoría de los ministros de Asuntos Exteriores de los países árabes al margen de la cumbre de la Liga Árabe en Ammán hace dos meses. Los mensajes que escuchó de ellos sobre la cuestión palestina son los mismos que Trump espera escuchar de los líderes árabes en Arabia Saudita.

Tras la reunión de Trump con Abbas en la Casa Blanca la semana pasada, Greenblatt asistió a una reunión de los países donantes a la Autoridad Palestina en Bruselas en la que ofreció un discurso describiendo la orientación de Trump.

“Desde el comienzo de su campaña, el presidente Trump ha dejado muy claro que él está personalmente comprometido a lograr la paz en todo el Medio Oriente, incluyendo un acuerdo global que pondría fin al conflicto israelí-palestino”, dijo Greenblatt a los representantes de decenas de países. “El presidente Trump recientemente recibió al primer ministro israelí Netanyahu en Washington y se reunió ayer con el presidente palestino, Abbas, en la Casa Blanca. Quiero que sepan que ambas reuniones fueron serias y constructivas; ambos líderes expresaron un sincero compromiso de encontrar una manera de avanzar”.

Greenblatt puntualizó que Trump desea que Estados Unidos y la comunidad internacional ayuden a Netanyahu y a Abbas a avanzar hacia la paz sin intentar imponer soluciones.

Sin embargo, añadió, “esto implica que los líderes de ambas partes deben tener una visión de lo que significa la paz sobre el terreno y luego mostrar su liderazgo para conducir a ambos pueblos hacia ese objetivo. El presidente Trump pidió a ambos líderes que estén dispuestos a hacer los compromisos que todos sabemos que son necesarios si queremos obtener una paz en la que ambos pueblos puedan creer y aceptar. El presidente Trump también pidió a los líderes israelíes y palestinos que tomen medidas para crear un clima que conduzca a la paz”.

Greenblatt, un judío ortodoxo, terminó su discurso de una manera poco convencional – con una referencia a la liturgia judía.

“Los sábados, el Shabat, día de reposo según la tradición judía, en las sinagogas de Estados Unidos se acostumbra orar por el país y por el Estado de Israel,” dijo. “En la oración por el Estado de Israel, rogamos a Dios que extienda el tabernáculo de paz sobre Israel. Así que, amigos míos, trabajemos juntos para extender el tabernáculo de la paz sobre israelíes y palestinos y, si Dios quiere, sobre la turbulenta región que los rodea”.

Fuente: Haaretz / Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico