Enlace Judío México.- Veamos primeramente qué es Lag Baomer: “Lag” es una sigla que representa el número 33, en tanto que “Omer“ es la ofrenda traída por la nueva cosecha. Por lo tanto, Lag Baomer significa el día 33 de la cuenta del Omer.

THELMA KIRSCH PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Cuentan que Rabí Akiva, tenía cuarenta años y aún no sabía estudiar Mishná, ni Talmud, apenas conocía los versículos del Pentateuco.
Cierta vez se hallaba frente a un manantial y preguntó: “¿Quién perforó esta roca?”
Le respondieron: -“Las aguas que caen sobre ella cada día”. Y también le dijeron: -“¿Acaso no lees el versículo: ‘Las aguas perforan la roca’?”.

Rabí Akiva, tras escuchar eso comenzó a razonar, hasta que sentenció: “Si lo frágil penetró en lo duro, las palabras de Torá que son duras como el hierro, con más razón podrán penetrar en mi corazón que es de carne y sangre”.
Entonces se preguntarán: ¿Es verdad, pero todo fue por causa de su esposa Rajel?

Esta respuesta resultaría definitiva y contundente, pues es verdad que Rabí Akiva llegó a ser lo que fue, gracias a su mujer, fue ella quien le envió a estudiar.

Aunque esto aconteció después del relato sobre cuánto apreció que el agua perforara la roca. Inmediatamente fue con su hijo a estudiar la Torá y su erudición pronto le convirtió en uno de los estudiosos más queridos de su tiempo. Tuvo 24,000 alumnos y miles perdieron sus vidas debido a una enfermedad entonces terrible, la difteria.

El motivo, se dice que ellos no se honraron los unos a los otros como su maestro lo indicó, ni respetaban la manera en que el compañero interpretaba el estudio.

Esta tragedia ocurrió en un lapso de tiempo muy pequeño, desde Pésaj hasta Lag Baomer.

Resulta que solo transcurrieron 33 días desde que los alumnos de Rabí Akiva comenzaron a morir, hasta que acabaron de hacerlo. Es por eso que en el código de leyes judío –Shulján Aruj- se estableció: “Se acostumbra no contraer enlace matrimonial desde Pésaj hasta Lag Baomer”, para inmortalizar el conocimiento del respeto mutuo.

También está escrito: “Se acostumbra no cortar el cabello desde Pésaj hasta Lag Baomer, (en señal de condolencia)” pero en ese día se aumenta ligeramente en alegría.

Por lo tanto, debemos alegrarnos en Lag Baomer y festejar la dicha que tenemos al poder estudiar la Torá y enseñarla libremente.

Con una temperatura que subía hasta los 42 grados, todos en comunidad compartimos la festividad.

Un día que significa tanto y donde tantas cosas se celebran, aunque pocos son los que con conciencia lo disfrutan, la fecha tiene algo que nos deja pensando… una duda y la certidumbre de que, tal como lo dijo Rabí Akiva, ¨Debes amar al prójimo como a ti mismo¨.

Palabras que parecen hacer eco en estos días donde los conflictos cada vez avanzan por el mundo. Algunas veces nos preguntamos ¿Y para qué?, que es lo que lograrán.

¿Tal vez una epidemia más?

No, demasiado tarde, pero si la educación concientiza en realidad, los castigos y todo lo demás quedarán relegados, pudiendo la humanidad vivir en paz.

¿Cómo lo celebramos?

Primero con sodas y bebidas… otros sumergiéndose en la alberca para evitar el calor, pero como siempre, se hizo al aire libre, donde todos podíamos bailar, jugar, correr y escuchar la música israelí que con tanto cuidado fue elegida.

Había comida para todos: hot-dogs calientes y refrescos bien helados. Juegos para los más pequeños y mesas con sillas y botana para los mayores.
Clases de baile para los niños y para todos los que desearan participar. Además de obtener, (si es que poníamos suficiente atención) explicaciones claras y precisas de los diferentes eventos que en este día festejábamos.

Elías Sandler preparó una explicación que partía desde la epidemia de los alumnos de aquel sabio que en muy pocas palabras alcanzó a cubrir lo necesario para la paz de la humanidad, para el bienestar de un matrimonio, de la amistad y de todas las relaciones entre los hombres.

Habló del Zohar, la médula de la Cabalá, escrito hace ya tanto, por Rabí Shimón Bar Yojai (Rashbi), que vivió en los siglos II y III. Recluído en una cueva donde la iluminación de lo más sagrado llegó, para después salir y morir justamente en este día … pidiendo que su recuerdo sea tan solo de alegría y que se recuerde con luz, calor y fiestas.

Si de calor se trata… una fogata hubiera sido apenas “tibia” aun utilizando la madera más pura… pero en esta ciudad, esto no es un impedimento.

 

Las niñas bailarinas que participaron siguieron los pasos de Gina Maya, nuestra profesional en la materia. Mientras que “otras” no tan jóvenes, hicimos lo que pudimos. Bailamos y disfrutamos de la tarde.

Para todos los que buscan un lugar y descubrir una posibilidad más en dónde celebrar y comer Kosher, éste fue el momento ideal, se sirvió una cena ligera para niños y adultos.