UDI SHAHAM

La iniciativa del movimiento “Dos Estados, Una Patria” propone una confederación con fronteras abiertas que permite la residencia de judíos y árabes desde “el río Jordán hasta el mar Mediterráneo”.

El 20 de abril, unas 30 personas se reunieron en una antigua casa de piedra en Ein Hod, un pueblo de artistas al sur de Haifa. La ocasión: una reunión introductoria sobre el movimiento “Dos Estados, Una Patria”.

Luego de presentarse, se preguntó a los asistentes qué les asusta de la idea de un espacio único, abierto y compartido para israelíes y palestinos desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo.

Un joven dijo que temía que los residentes palestinos no respetaran la cultura y la tradición judía, y que podría dañar el carácter del Estado judío.

Yaakov admitió que le asustaba el resultado de tal fusión. “El lavado de cerebro que ambas partes han experimentado podría conducir a graves enfrentamientos,” dijo.

Pero casi todos los presentes hablaban del miedo al estancamiento. Casi todos estuvieron de acuerdo en que la situación actual no puede continuar y que los planes de paz que ambas partes han intentado hasta ahora no ofrecen ninguna esperanza.

“Dos Estados, Una Patria” propone una confederación de dos Estados democráticos soberanos – Israel y Palestina – en base a las líneas del 4 de junio de 1967, con fronteras abiertas y ciudadanos palestinos e israelíes en ambos lados.

Eso significa que los refugiados palestinos y sus descendientes podrían volver a Israel y a Palestina, y los residentes israelíes en Cisjordania podrían permanecer en sus comunidades, ser ciudadanos israelíes y residentes de Palestina simultáneamente.

La iniciativa es el resultado de un encuentro entre Meron Rappoport, periodista israelí de Tel Aviv, y Awni al-Mashni, activista palestino de Fatah que nació en el campo de refugiados Dehaishe y actualmente radica en Belén, justo al norte del campamento. Ambos reunieron pequeños grupos de amigos que apoyaron la idea de un solo Estado. Más tarde, formularon la iniciativa de dos Estados, una patria.

Según el plan, ambos Estados tendrían varias instituciones conjuntas: una Corte de Derechos Humanos; instituciones que garanticen una red de seguridad social para todos los residentes y una autoridad administrativa para la gestión y el desarrollo de la economía, que incluya instituciones de cooperación económica, coordinación de derechos de aduana, movimiento de trabajadores y bienes, migración laboral, desarrollo de infraestructura e inversión local e internacional; instituciones de cooperación en temas relacionados con el agua, el medio ambiente y minerales, así como una fuerza de protección militar conjunta.

La iniciativa incluye el establecimiento de un mecanismo de indemnización para ciudadanos de ambos lados que perdieron sus bienes.

Según la propuesta, Jerusalem será la capital conjunta de ambos Estados. Será una ciudad unida, compartida y abierta a los ciudadanos de ambos Estados. Se propone establecer un régimen municipal especial que administre la ciudad de manera conjunta e igualitaria entre ambos pueblos, junto con representantes de las religiones monoteístas y de la comunidad internacional.

También propone que los sitios sagrados sean administrados conjuntamente por representantes de diferentes religiones y la comunidad internacional, garantizando al mismo tiempo la libertad de culto.

Sin embargo, los miembros del consejo directivo de la iniciativa señalan que este plan no es el producto final, ya que continúa el diálogo dentro ambos grupos de israelíes y palestinos. Sus miembros piden al público que se una a los grupos de discusión y formule un plan.

Eliaz Cohen, un galardonado poeta, publicista y cofundador de la iniciativa, dice que aunque parezca descabellada, es la única propuesta que aborda los temas centrales del conflicto, y la única que ofrece una esperanza.

“Estamos dejando atrás el lenguaje que fue utilizado por la mayoría de los israelíes y ‘partidarios de la paz’ en los últimos 25 años”, dice Cohen. “Cosas como ‘divorciarse’ de los palestinos o ‘construir el muro más alto entre nosotros y ellos son inaceptables si se quiere lograr una paz sostenible”.

“Nuestra orientación es establecer dos Estados – con sistemas legales independientes, economías y fuerzas policiales en ambos lados de la Línea Verde, sin intercambio de tierras. La idea es establecer fronteras abiertas”.

“Estamos conscientes que esta patria, de ambos pueblos, no puede ser dividida,” subraya Cohen.

“Esto se basa en una comprensión básica del valor de la patria para ambos pueblos,” agrega. “Por ejemplo, frecuentemente vemos en las noticias que un niño palestino dibuja el mapa de Palestina, nos aterrorizamos y lo llamamos incitación. Pero esto es ridículo, ¿a quién estamos engañando? Un niño israelí dibujaría el mapa de Israel si se lo pidiéramos, como todos aprendimos a dibujarlo en segundo año de primaria”.

Cohen dijo que ambas partes actúan de la misma manera cuando ven que la otra se atribuye los derechos sobre toda la tierra.

“La gente de ambos lados tiene el deseo secreto de despertarse por la mañana y ver que el otro lado ha desaparecido. En nuestro movimiento estamos trabajando contra esa fantasía absurda”.

Cohen señala que además del reconocimiento mutuo del valor de la tierra, lo más importante es el consentimiento.

Ninguna de las partes será más fuerte en esta confederación. Ningún Estado presionará al otro y por lo menos en las primeras etapas, el ejército israelí seguirá siendo el principal protector.

“Empezaremos con eso. La meta es que con el tiempo ambas naciones se fusionen en una fuerza protectora”.

“El capítulo de seguridad de nuestra propuesta fue examinado por el Instituto Israelí de Estudios de Seguridad Nacional ( INSS),” continúa.

“Se ha determinado que los parámetros que proponemos son los más adecuados para la región”.

A pregunta expresa acerca de las repercusiones de abrir las fronteras, Cohen dice que está convencido de que esto impedirá que posibles terroristas lleven a cabo ataques. “Creo que la gente de Jenin, por ejemplo, estaría encantada de estabilizar la situación allí y disfrutaría de los beneficios de esta nueva homeostasis que se formará aquí”, dice. “Ellos no tienen la misma motivación que tienen en Gaza, donde toda la ayuda que reciben es utilizada para excavar más túneles de ataque en vez de construir clínicas. Por el momento, la Franja de Gaza no será incluida en ninguna solución, aunque se considera parte de la patria de Eretz Israel / Palestina. “Una vez que tengamos con quien hablar allí … también podría ser Hamas, por cierto … No estamos descartando a nadie”.

En cuanto al tema de los refugiados palestinos, Cohen sugiere una “migración gradual de los residentes a los diferentes estados, aprobada por una de las ramas administrativas conjuntas”. Él rechaza las demandas de los palestinos de que los procesos graduales benefician solamente a los israelíes. “Los ciudadanos de ambos Estados tendrán pleno derecho a vivir en toda la patria compartida con el cien por ciento de los derechos,” subraya.

Este modelo, según Cohen, protegería a ambos Estados de la “amenaza demográfica”.

“Desconectar la ciudadanía de la residencia preservará la soberanía de Israel y Palestina, y les permitirá mantener sus propios ADN culturales y mientras tanto se resolverán uno de los temas más importantes del conflicto. Pero pase lo que pase, bajo nuestro plan nadie será desplazado. Una de nuestras creencias fundamentales es que “no se puede arreglar una injusticia con otra”.

En cuanto al apoyo de la esfera política, Cohen dice que la iniciativa se presenta como un movimiento popular. “No queremos ser como otros movimientos que llevan a los políticos al extranjero a buenos hoteles. Eso no funciona. Tampoco queremos patrocinadores políticos. Queremos que sea una iniciativa que viene del pueblo”.

Cohen dice que este plan no es de izquierda o de derecha. Él mismo es un miembro del Kibutz Kfar Etzion en Cisjordania. “Yo crecí en una comunidad que pensaba que poseíamos la tierra. Pero cuando comprendí que no se trata de ‘la Tierra de Israel para el pueblo de Israel’, sino más bien del ‘pueblo de Israel para la Tierra de Israel’ perdí el sentido de propiedad de la tierra, y entonces empecé a buscar soluciones que ayudaran a mantener a mi pueblo en su patria histórica de la manera más justa”.

“Mientras que todos hablan y algunos temen del “precio de la paz”, nosotros destacamos los beneficios de la paz”, concluye Cohen. “No estamos hablando de ‘concesiones dolorosas’ o de esa terrible frase ‘las víctimas de la paz’. Realmente pensamos que ofrecemos el ‘trato perfecto’ que proporciona una situación en la que ambos lados ganan”.

Fuente: The Jerusalem Post / Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico