Enlace Judío México – Sean Spicer, encargado de prensa de la Casa Blanca, dijo el martes que el presidente Donald Trump todavía no ha tomado ninguna decisión al respecto del traslado de la embajada estadounidense en Israel de Tel Aviv a Jerusalén.

Sin embargo, fuentes cercanas a la presidencia dijeron a CNN que Trump firmará la dispensa, ya que considera que no hacerlo haría enojar a los palestinos, y que esto disminuiría la posibilidad de alcanzar en el futuro próximo un acuerdo de paz entre estos e Israel.

Otra fuente comentó que aun si Trump decide mantener la embajada en Tel Aviv, por el momento, esto podría cambiar en el futuro.

Una reubicación de la embajada de Estados Unidos es “algo que el presidente apoya, algo que apoyó durante la campaña, algo que todavía apoya”, dijo el funcionario a CNN. “Si firma la dispensa esta semana, eso no sería una indicación de que ha cambiado de opinión. NO se trata de saber si sucederá, sino , sino de cuándo sucederá”.

“La cuestión es no permitir que el traslado perjudique” el proceso de paz, agregó el funcionario. “Pero es un hecho que las instituciones del gobierno israelí están en Jerusalén… y la definición típica de una capital es donde se encuentra la sede de este gobierno”.

Trump sólo tiene un día para tomar la decisión, ya que el día de mañana se cumple el plazo para que firme una dispensa presidencial que retrasará la implementación de la decisión tomada en 1995 por el Congreso, de trasladar la embajada.

La dispensa ha sido firmada por todos los presidentes de Estados Unidos desde 1995, y es válida por seis meses cada vez que se firma. El presidente Barack Obama la firmó durante las últimas semanas de su mandato, y el jueves se cumplirá medio año desde la última vez que lo hizo. Eso significa que si Trump no firma la dispensa el jueves, el gobierno estadounidense se verá obligado, por ley, a iniciar el proceso de reubicación de la embajada de Tel Aviv a Jerusalén.

Durante la conferencia de prensa diaria, Spicer sólo dijo que el presidente aún no toma una decisión, que es la misma respuesta que la Casa Blanca ha dado sobre el tema desde enero.

Spicer también habló de la reciente visita de Trump a Israel, diciendo que fue muy bien recibido en el país y que dio “un discurso emocionante” en el Museo de Israel.

Un alto funcionario israelí que escuchó a uno de los asesores de Trump dijo que antes de la toma de posesión de Trump el 20 de enero, hubo una enconada discusión sobre si incluir la promesa de mover la embajada en el discurso inaugural. La Oficina del Primer Ministro esperó el discurso con anticipación y temor, pero quienes se oponían a ello ganaron y se retiró del discurso.

Según varias personas familiarizadas con los debates internos de la administración, el grupo detrás del apoyo a negarse a firmar la dispensa y así comenzar el proceso de mover la embajada está encabezado por el propio Bannon. Según las fuentes, Bannon no ve la embajada como una promesa de Trump a Israel, sino como una promesa a la base nacionalista de derecha del presidente.

Otra figura dominante en el grupo que presiona a la embajada es el nuevo embajador de Estados Unidos en Israel, David Friedman. Durante la campaña, fue Friedman quien, en entrevistas con medios de comunicación estadounidenses e israelíes, enfatizó repetidamente la promesa de Trump de mover la embajada. En diciembre pasado, cuando Trump lo nombró embajador, dijo que trabajaría para fortalecer los lazos entre Estados Unidos e Israel, “y esperamos hacer esto desde la embajada estadounidense en Jerusalén, la capital eterna de Israel”.