Enlace Judío México.- Para los que vieron o han visto futbol americano desde la década de los 70’s, el nombre de Lyle Alzado es más que conocido, ya que Lyle era uno de los jugadores más famosos y temidos en la NFL debido a su peculiar estilo de juego.

ISAAC SHAMAH PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Seguramente muchos aficionados recuerdan a Lyle por haber jugado con los Broncos, haber dominado la liga o haber sido campeón con los Raiders, lo que creo difícil es que alguien conozca el lado judío de aquel “Titán” en las canchas. Y es que a pesar de que su padre era de origen italiano, su madre era judía y ella fue quien lo educó, no sólo por ser su madre, sino porque el padre de Lyle abandonó a la familia y ella se hizo cargo de todo.

Al entrar a la NFL, Alzado tenía un gran enojo en su ser y eso más su talento, tamaño y dedicación, hicieron que tuviera un impacto inmediato con la defensiva de los Broncos de Denver desde su primer temporada en 1971.

Para 1974, Alzado ya era una estrella en la NFL, quien se caracterizaba por dominar la posición de ala defensiva y quien también podía jugar como tackle defensivo en varias ocasiones, hecho que tuvo tanto impacto en la defensiva de los Broncos que para el siguiente año, le cambiaron de posición para que dominara la idea defensiva desde el centro.

En aquellas épocas, el control de los anabólicos y esteroides no estaba muy bien controlado por la liga y Lyle era un jugador, que por su estilo agresivo de juego, comenzó a utilizarlos desde el comienzo de su carrera y abusó de ellos en exceso cuando cambió de posición.

En 1977 los Broncos disputaron el Súper Tazón y a pesar de que lo perdieron 27 a 10 en contra de los Vaqueros de Dallas, Lyle fue nombrado parte del equipo All Pro, el cual nombra a los mejores jugadores de la temporada, además de haber sido seleccionado al Juego de las Estrellas.

Para 1978 Lyle volvió a ser seleccionado al Juego de las Estrellas y de nueva cuenta volvió a ser nombrado parte del equipo All Pro, además de que los Broncos volvieron pasar a la postemporada; sin embargo, para Alzado esta sería su ultima temporada en el equipo de Colorado, ya que por una inconformidad en su contrato, fue intercambiado a los Browns de Cleveland para la temporada del 79.

La estancia de Alzado en los Browns terminó siendo muy buena, de hecho en las 3 temporadas que él estuvo con el conjunto de Cleveland, el equipo al que los aficionados de ahora consideran una vergüenza en la NFL, logró tener años en los que se mantenía como una de las mejores franquicias de la AFC. Su segunda temporada con los Cafés fue tan buena que de nueva cuenta fue seleccionado al equipo All Pro.

Para la temporada de 1982, Alzado llegaría a su tercer equipo, éste fue con el que más se identificó en su carrera, gracias a que a Lyle le gustaba desde el logo y el nombre del equipo y pensaba que su manera agresiva de jugar y de imponer miedo encajaba a la perfección con la franquicia de los Raiders, quienes en aquellas épocas se encontraban jugando en Los Ángeles.

En su primer temporada con los “Malosos” Lyle logró ganar el premio del regreso del año; sin embargo él quería más, el quería decir lo que cualquier aficionado de los Raiders querría escuchar, él quería ganar un Super Bowl y decir “Just Win Baby” y en su segundo año con una de las más prestigiosas instituciones de la NFL, Lyle se consagró campeón de la mejor liga de futbol americano en el mundo.

Al terminar la temporada de 1985, después de una gran carrera, Lyle decidió retirarse de las canchas y estuvo conectado con el futbol americano entre 1987 y 1988, gracias a que trabajó como comentarista del juego.

La carrera de Alzado fue grandiosa como atleta y como analista; sin embargo, la mayor contribución que Lyle le dio al futbol americano, fue al terminar esas dos facetas. Al terminar la década de los 80’s, Lyle se enteró que tenía cáncer debido al uso de esteroides que utilizó siendo jugador; cuando alzado se enteró de la causa de su enfermedad, de inmediato buscó la forma de anunciarle al mundo que fue por los esteroides y se comprometió con la sociedad en que haría lo más posible por erradicarlos de la NFL.

En sus últimos años de vida, Lyle dio pláticas, conferencias y declaraciones para evitar que su historia se repitiera.

En 1991 Lyle falleció, a los 43 años, debido al cancer de cerebro que no pudo vencer. En la actualidad, el tema de su muerte ha sido de mucha controversia, ya que hay quienes aseguran que Lyle murió por el uso de los esteroides y otros tantos, como el doctor Norm Fost, experto en esteroides quien dijo que estos no tuvieron que ver en la muerte de Lyle.

En 2008 Lyle fue seleccionado al Salón de la Fama Internacional del judaísmo en el deporte.

“Empecé a tomar esteroides anabólicos en 1969 y nunca paré. Era adictivo, mentalmente adictivo. Ahora estoy enfermo y tengo miedo. El noventa por ciento de los atletas que conozco están en esas cosas. No hemos nacido para ser (personas) de 300 lb (140 kg) o saltar 30 pies (9,1 m). Pero todo el tiempo que tomaba esteroides sabía que me estaban haciendo jugar mejor. Me volví muy violento en el campo y fuera de él. Hice cosas que sólo la gente loca hace. Una vez un chico desbordó mi coche y yo le hice pasar un infierno. Ahora mírame. Mi cabello se ha ido, me tambaleo cuando camino, tengo que aferrarme a alguien para apoyarme y tengo problemas para recordar cosas. Mi último deseo es que nadie más muera de esta manera y que nadie los utilice.”

Palabras de Lyle Alzado en una conferencia para evitar el uso de esteroides.