Uno de los paneles de la IV Cumbre Erensya, que fue realizada en la Ciudad de México y reunió a Sefardíes del mundo entero, se ocupó de “La lengua como memoria”. Esta tarde, distintos idiomas de los descendientes de Sefarad fueron celebrados, entre ellos el ladino, el árabe y la haquetía, un dialecto del norte de Marruecos. Los ponentes explicaron cÓmo dichos idiomas están profundamente relacionados con la identidad de quien los utiliza y expresa, a través de ellos, sus sentimientos y relatos de vida.

Esther Bendahan, moderadora del evento, externó algunos pensamientos que enriquecieron aún más esta apasionante tarde.

 

ABRAHAM BENGIO: “EL JUDAÍSMO NO ES UNA LÍNEA DE SANGRE, ES UNA LÍNEA DE TEXTO”

El ex director de Asuntos Culturales de Rhones Alpes, quien es políglota, inició su intervención con una extraordinaria anécdota, en la cual un cantante menorquí, que intepretaba melodías en catalán, era negro. Una tarde calurosa, iba paseando por una finca y le dio sed. Se acercó a una de las aldeanas y le pidió un vaso de agua. La mujer le dice: “Ay señor, si no me hubiera hablado en catalán, yo hubiera creído que usted era negro“.

Lo cual demuestra, dice Bengio, que cualquier lengua no es solo repertorio de palabras, con equivalente de un idioma al otro. La lengua es el soporte de una identidad; de allí la importancia de rescatar los idiomas en riesgo de extinción.

“Hay un vínculo muy especial entre el ser judío y la palabra” dice el sefardí. “En uno de los libros de Amos Oz, “Los judíos mediante las palabras”, el escritor israelí explica que ser judío no tiene que ver con los cromosomas, sino con la transmisión de un texto… La nuestra no es una línea de sangre, sino una línea de texto”.

 

PACO DIEZ: NACÍ FRANCISCO JESÚS DIEZ ESTEBAN, AHORA ME CONSIDERO DE LOS SUYOS

Paco Diez, el cantante de música tradicional ibérica, más conocido por sus romanzas sefardíes, habló de su infancia, marcada por el “recurso de terror” utilizado por la Iglesia: “Cuando nos hablaban en la homilías de lo malos que eran los judíos, cuando veíamos en las enciclopedias a las efigies de los judíos con cuernos y cola, nos sentíamos, como se dice en España, “acojonados”.

La familia de Diez era muy beata y realizó sus estudios en un seminario. De joven, formó un grupo de música sefardí y, más adelante siempre incluyó algunas canciones sefardíes en su repertorio.

Alguna vez, le preguntaron: “Vos, ¿sos judío?” y él respondió: “Para nada, yo soy castellano viejo”, aunque, después, pensó: “Será así?”

Hoy, dice Diez, “me considero de los suyos y si me preguntaran si soy “djudío”, diría no sólo “por qué no”, sino que estaría encantado porque, para mí, ser judío es un estado de ánimo y un estado del alma”.

FANNY SARFATI: PASIÓN POR EL LADINO

También participaron a este panel May Samra, Directora de Enlace Judío, quien relató anécdotas de vida relacionadas con el árabe; y Angelina Muñiz Huberman con “La niña en el balcón”, que se puede leer aquí.