Abraham es uno de los personajes más famosos de la Biblia hebrea y cristiana; es el padre del monoteísmo, el patriarca de tres religiones y el hombre más generoso que haya existido. Por los midrashim (pasajes talmúdicos) sabemos que combatió toda su vida a los ídolos, que D-os lo salvó del fuego, que superó numerosas pruebas y que fue conquistador de varias tierras.

Sin embargo, dentro de la Torá escrita muy poco se dice de él. Por la Torá, no sabemos nada de su infancia y muy poco de su vida adulta. La Torá no remarca las batallas que luchó, la profecía que tenía, ni su profundidad filosófica. Entonces – pregunta Rab. Sacks – ¿qué sí dice la Torá sobre Abraham?

La respuesta es muy sencilla e inesperada: “Abraham fue escogido simplemente para ser un padre. ‘Ab’ en Abraham significa “padre”. En el único verso en que la Torá explica la elección de Abraham dice: ““Lo he escogido, para que encomiende a sus hijos y su casa después de él a que guarden el camino del Eterno para hacer rectitud y justicia a fin de que traiga el Eterno sobre Abraham lo que habló con él” (Gen 18:19).

En su ensayo “Sobre ser un padre judío” (“On Being a Jewish Father”) el rabino principal de Londres rab. Sir Jonathan Sacks nos habla de cómo la paternidad es un valor central para el judaísmo desde nuestro primer patriarca Abraham. En ella se encuentra nuestro legado y la puerta al mundo venidero. Esperamos les guste.

Rab. Sir Jonathan Sacks. Sobre ser un padre judío

Las escenas más profundas de la Torá donde aparece Abraham están relacionadas con su rol como padre: esperando a un hijo, el nacimiento de Ismael, la tensión entre Sara y Hagar, el nacimiento y el sacrificio de Isaac.

El judaísmo, más que cualquier otra fe, ve a la paternidad como el mayor desafío de todos. En el primer día de Rosh Hashaná, en el aniversario de la Creación, leemos la historia de dos madres (Sara y Hana) y el nacimiento de sus hijos; es como si se nos estuviera diciendo: Cada vida es un universo, por ello, si deseas entender la creación del universo, piensa en el nacimiento de un niño.

Abraham, el héroe de la fe es un simple padre. Una cita famosa que Stephen Hawking escribió al final de Una Historia Breve del Tiempo dice que si tuviéramos una teoría de Campo unificado, “una teoría científica sobre todo lo que existe,” conoceríamos “la mente de D-os.”

Nosotros creemos otra cosa. Para conocer a D-os, no necesitamos la física teórica, simplemente necesitamos saber qué significa ser un padre. El milagro de un nacimiento es tan parecido al milagro de la creación divina, el amor que trae una vida nueva a este mundo. Entendiendo ese amor, entendemos a D-os.

Hay un pasaje fascinante en el libro de Yossi Klein Halevi, donde uno de los personajes dice lo siguiente:

“Veo a las familias que vienen de visita todos los fines de semana; cómo tratan los padres a sus hijos, hablándoles con paciencia e impulsándolos a hacer preguntas inteligentes. Es un ejemplo para el mundo entero. La fuerza de este pueblo, es el amor que tienen los padres a sus hijos. No sólo las madres, sino que los padres también. Un niño judío tiene dos madres.”

El judaísmo toma lo que es natural y lo santifica, lo que es físico y lo impregna de espiritualidad y ve como un milagro lo que se considera cotidiano en otros lugares. Lo que Darwin vio como una urgencia a reproducirse, lo que Dawkins llamo “el gen egoísta” es para el judaísmo un arte religioso elevado, lleno de teatro y belleza. Abraham el padre y Sara la madre son nuestros modelos de paternidad, regalos de D-os, y nuestra vocación más anhelada.

Fuente: rabbisacks.org