Este domingo empiezan en México las celebraciones del día del padre. Por eso mismo, nos parece propicio recordar una de las mitzvot más importantes para el judaísmo: “honrar a los padres.” Dentro del Talmud esta mitzvá es considerada tan importante como honrar a D-os, porque los padres son quienes dieron vida a la persona. Despreciarlos se considera como si la persona despreciara su propia vida. Por eso es tan importante para la Torá que la persona muestre agradecimiento y cuidado por sus progénitores. A continuación el rabino Moshe Goldberger nos explica en qué consiste esta mitzvá y nos cuenta la historia de un hombre que logro cumplirla cabalmente. Esperamos les guste.

Hornrando a nuestros padres

“Respeta a tu padre y a tu madre” (Éxodo 20:12)

La Torá nos ordena honrar a nuestro padre y nuestra madre, las dos personas que fueron socios de D-os al traernos a este mundo. Esta mitzvá tiene muchos aspectos prácticos, como pararnos cuando ellos están presentes, escuchar sus deseos, y tener en mente sus preocupaciones. De hecho, el Jayei Adam explica que la mitzvá se compone de tres ramas principales: 1) pensar bien de nuestros padres, 2) hablar bien de ellos y 3) actuar por su bien, tenerlos presente y cuidar de ellos (jayei Adam 67:3)

Honrarlos a ellos se considera honrar a D-os (Kiddushin 30b)

Cuando se nos dieron los diez mandamientos se nos dijo: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados…” (Éxodo 20:12). Este versículo se puede explicar de dos formas:

1) Al ayudar y honrar a tus padres, les ayudas a vivir más tiempo. Por lo cual ese mérito te será regresado.
2) Al honrar a aquellos que te dieron la vida, mereces recibir más vida.

El Talmud (Kiddushin 30a) nos enseña a honrar a nuestros padres con el ejemplo de un hombre que no era judío: Dama ben Nesina, quien dejo ir la oportunidad de ganar una gran suma de dinero por no despertar a su padre. Por ello, el Talmud nos relata, D-os lo recompensó con un jeifer rojo (una vaca roja) el cual vendió por la misma cantidad exacta que perdió al no despertar a su padre. Sobre esta historia podemos hacernos tres preguntas:

3) ¿Cuál era la lógica que uso para no despertar a su padre? ¿Por qué no pensó: “la pérdida es muy grande, despertaré a mi padre sólo por esta ocasión”?
4) ¿Qué hubiera pasado si la llave del corral donde estaba el jeifer rojo hubiera estado bajo la almohada de su padre, habría dejado ir este trato también?
5) ¿Por qué Hashem lo recompensó con un jeifer rojo? ¿Por qué no simplemente le dio un cofre lleno de oro?

La lógica de Dama ben Nesina fue: “Mis padres son las únicas dos personas que me dieron la vida. Por ello, son irremplazables. El dinero que perdí hoy, D-os me lo puede mandar mañana.”

En cuanto al jeifer rojo, éste era un animal muy especial, era el único que existía de su especie en su momento. (Sólo han existido nueve de ellos en toda la historia de la humanidad y el décimo será visto en la época del Mesías). Los sabios opinan que lo propio en un caso así sería despertar a su padre por la llave, ya que está especie no puede ser encontrada en ningún lado. Sin embargo, jamás lo hubieran hecho por un cofre de joyas, ya que las joyas se pueden buscar por muchos medios y en muchas partes.

Finalmente D-os le da a Ben Nesina el privilegio de un jeifer rojo, el único en su especie, para recompensarlo porque trato a sus padres con un honor, que nadie más logro, les dio un honor único. ¡Esta historia nos muestra la grandeza y la importancia de tratar a nuestros padres con respeto, ya que ellos son los únicos que nos dieron la vida!

Fuente: torah.org