Algunos de los mejores jugadores en la historia de la NFL bajaron a un campo de fútbol soccer adaptado a las afueras de Tel Aviv para ver a jóvenes locales practicar fútbol americano dando un gran impulso al deporte en Israel.

Joe Montana, Jim Brown, Roger Staubach y Mike Singletary estuvieron entre los 18 miembros del Salón de la Fama que viajaron para permanecer una semana en Tierra Santa y reunirse con algunos de los 2,000 jugadores activos en las distintas ligas de Israel para aprender sobre el crecimiento del deporte en el país.

El viaje fue organizado por el propietario de los New England Patriots, Robert Kraft, quien ha patrocinado el fútbol americano en Israel desde que comenzó a practicarse en 1999.

“Amo el fútbol americano, amo a Israel, amo a los Estados Unidos, creo que los niños en Estados Unidos morirían porque este grupo de jugadores fueran a verlos”, declaró Kraft a The Associated Press. “El juego te da lecciones de vida que nada más lo hace”.

Si bien está muy abajo en popularidad respecto al fútbol soccer y baloncesto, el fútbol americano ha tenido grandes progresos gracias a las transmisiones en vivo de la NFL y la expansión de la liga de Israel, que ahora tiene 10 años de antigüedad. A diferencia del béisbol, que es del gusto de los americanos-israelíes, el fútbol americano ha tenido aceptación entre los israelíes nativos, quienes lo relacionan como un ejército con la camaradería, estrategia y los golpes.

El juego ha despegado en la liga de preparatoria, donde juegan nueve equipos alrededor del país y ahora no es extraño ver a jóvenes lanzando balones en los parques de las ciudades.

En total, con las ocho ligas de fútbol americano bandera para hombres, mujeres y niños, hay alrededor de 80 equipos jugando fútbol americano en Israel.

“Esto sólo va a crecer y mejorar por él”, indicó Montana en referencia a Kraft.

Montana, cuatro veces campeón del Super Bowl, dijo que esperaba que su presencia ayudaría a promover el juego pero que la visita emocional –que incluyó visitas a lugares religiosos e históricos y una audiencia con el primer ministro Benjamin Netanyahu– fue una recompensa increíble para los ex jugadores, muchos de ellos cristianos.

“”Muchos aprendieron bastante sobre Israel y su gente que no tenían idea de la cultura”, expresó Montana. “Si bien vinimos en una misión de fútbol americano, creo que nos llevamos más a casa de lo que trajimos”.