En su entrevista publicada el 27 de junio, 2017 en El Tiempo, Jana Beris habla con Tzipi Hotovely, viceministra de Relaciones Exteriores de Israel, que llega a Colombia para participar en Cali en la XII Cumbre de la Alianza del Pacífico. Israel, cabe recordar, fue aceptado en febrero del 2014 como país observador en la Alianza.

Beris afirma que la viceministra viaja convencida del potencial económico aún por desarrollar en las ya buenas relaciones con los países miembros y de la posibilidad de avanzar rápidamente. Hotovely tiene en mente instalar en Israel un centro de innovación orientado especialmente hacia la Alianza, una oficina de enlace con el rico mundo de la investigación y desarrollo israelí, que pueda aportar a América Latina en general.

Beris: Viceministra, está por partir hacia Colombia a un evento que supera por cierto la relación bilateral de gran cercanía con Bogotá, la Cumbre de la Alianza del Pacífico. ¿Qué significado tiene para usted este viaje?

Hotovely: Para nosotros, esta reunión de la Alianza del Pacífico y nuestra relación con sus miembros son sumamente importantes. Y no olvidamos que Colombia fue el país que empujó para que Israel sea aceptado hace algo más de tres años como observador.

La apertura de nuevos mercados y el fortalecimiento de las relaciones económicas con aquellos países con los que ya tenemos buenas relaciones es clave, y estoy segura de que un evento como éste, en el que tendré el gusto de participar, puede aportarnos a todos. Y muy especialmente dado que en este encuentro se tratarán temas como las tecnologías de aprovechamiento del agua –en las cuales Israel ha alcanzado excelencia– e innovación en general.

Beris: ¿Va con alguna idea concreta?

Hotovely: Quisiéramos abrir en Israel un centro de innovación orientado hacia la Alianza del Pacífico. La intención sería coordinar con los países miembros la instalación de dicho centro, quizás una oficina de enlace y contacto con el sistema israelí de investigación y desarrollo en diferentes áreas, con la ayuda directa de la Cancillería.

Aún no hay un plan maduro y elaborado y ha habido solamente algunos contactos al respecto, pero estamos seguros de que podemos avanzar y desarrollar el tema en forma clara.

Recordemos que los cuatro miembros son países amigos de Israel, muy cercanos, que hay vínculos muy especiales y amistosos con Colombia y México a diferentes niveles, también muy buenas relaciones con Perú y Chile, y no tengo dudas de que el fortalecimiento de los lazos económicos sería muy positivo para todos.

Sin duda presentaré propuestas concretas que estamos elaborando. Lo que le puedo adelantar es que se centrarán en los temas principales de tecnologías del agua, innovación y temas agrícolas. Estas tres áreas interesan en especial a nuestros amigos en la zona y por eso queremos desarrollarlos lo mejor posible. Damos mucha importancia a esta región y por eso viajaré con planes ordenados y propuestas por compartir.

El exitoso modelo de acuerdos de libre comercio logrados en los últimos cinco años con el sureste asiático puede ser aplicado también en esta zona a la que estoy viajando ahora. Vemos en América Latina el nuevo horizonte.

B: Usted destaca lo económico y yo quisiera preguntarle si considera que todo esto, a través de la Alianza del Pacífico, tiene también una dimensión política.

H: Por supuesto que no se trata solamente de economía. Tenemos no pocos desafíos en las Naciones Unidas. Y los países miembros de la Alianza están “del lado correcto”, son países que apoyan la lucha contra el terrorismo, que a mi entender es uno de los dos temas que más preocupan hoy al mundo, junto al desarrollo tecnológico. Esto convierte a Israel en un gran bien estratégico que cruza fronteras, que puede ser visto como tal por Oriente y Occidente, Norte y Sur.

Aunque en lo económico y en lo relacionado con el tema tecnológico no hay discusiones con Israel, sí sigue habiéndolas, sin embargo, en la parte política, en lo relacionado, por ejemplo, con cómo resolver el conflicto con los palestinos.

B: ¿Abordará este tema en su viaje?

H: Este no es un tema en la reunión de la Alianza del Pacífico. Claro que puede surgir en los encuentros separados que mantendremos por separado con dignatarios de países amigos. Pero debo decirle que la agenda, el orden mundial, ha cambiado. En los dos últimos años, en un sinfín de encuentros que he mantenido con ministros y diferentes figuras llegadas del exterior, sentí claramente que el tema del conflicto israelo-palestino está lejos de ser el central. Es hoy un tema marginal en una región que se ha ido desmembrando, en un mundo en el que el islam radical ataca en Berlín y Londres y por ende tiene a todos preocupados. Siento realmente que lo que preocupa hoy a sociedades enteras en todo el mundo es la seguridad y la economía.

B: ¿Cómo describiría usted cuál es hoy a su modo de ver la problemática central en Medio Oriente?

H: Creo que la amenaza central hoy es Irán, y en esto, aunque no haya alianzas formales, sí hay intereses compartidos con países árabes que también ven en Irán una amenaza. Claro que está también el tema de Daesh, el Estado Islámico, pero nosotros vemos en Irán el principal promotor de terrorismo en la región, como la amenaza inmediata a la seguridad de la zona.

Vemos cómo países de la región se desmoronan. Seguir creyendo que el tema central es el conflicto que un país pequeño como Israel tiene con algunos de sus vecinos es hacer caso omiso de la realidad central. Irán intenta lanzar tentáculos hacia distintos países de la zona y colocar todo bajo la égida del islam radical. Y ése es el desafío central. Irán arma a grupos terroristas enemigos de Israel como Hamas y Hezbolá. Irán, Irak, Yemen son los puntos más complejos y violentos hoy. Muchos lo han comprendido y por eso han cambiado actitudes ante Israel. La clave es garantizar la estabilidad.

B: Volviendo a la tecnología e innovación, quisiera detenerme por un minuto en el tema del agua, porque es la mayor revolución lograda por Israel. ¿Cómo explicaría que Israel haya pasado de ser un país seco, con seria escasez de este recurso natural, a una verdadera potencia en su aprovechamiento, que tiene hoy más agua de la que necesita?

H: Precisamente por la escasez, por la necesidad de lidiar con la falta. Fue justamente la situación singular de un país desértico lo que nos empujó a desarrollar el pensamiento. Hace ya varias décadas se desarrolló aquí el sistema de riego por goteo, que aprovecha, tal como lo dice el nombre, cada gota, calculado el riego de acuerdo con la necesidad de cada cultivo y la temperatura del día, para que nada se desperdicie.

El resumen sería, a mi criterio: la necesidad impulsa la creatividad. Había de por medio una necesidad que yo llamaría existencial, de poder tener más agua, y lo hemos logrado.

B: ¿Diría que esto debe transmitir a los países amigos de la Alianza del Pacífico un mensaje de esperanza, de que también ellos pueden tener éxito cuando luchan contra la adversidad?

H: Sin duda alguna. Es que nosotros queremos compartir nuestros conocimientos. No tenemos intención de guardarnos para nosotros lo que hemos logrado desarrollar. Si hemos podido hallar soluciones a problemas acuciantes hoy en muchas partes del mundo, lo que deseamos es que ello sirva de bendición al mundo todo, no solo a nosotros.

Fuente: EL TIEMPO