Enlace Judío México – Los miembros del Partido Laborista que acuden a las urnas este martes no elegirán al próximo líder de Israel. Los cinco primeros candidatos son personas buenas y dignas que serían excelentes ministros, pero ninguno es una alternativa a Netanyahu.

SIMA KADMON

Ellos elegirán a un presidente para un partido que ha alcanzado su punto más bajo, que prevé obtener entre ocho y 12 escaños en las próximas elecciones de la Knesset, de acuerdo con las encuestas de hoy, convirtiéndolo en el cuarto partido más grande de Israel -menor que la Lista Árabe Unida.

Los miembros del partido lo saben. Los contendientes, al menos la mayoría de ellos, se engañan a sí mismos, o a nosotros, o simplemente pretenden que elegirlos a ellos es como elegir al próximo candidato a primer ministro, el que se enfrentará a Benjamín Netanyahu y ganará.

Los cinco candidatos más importantes – Isaac Herzog, Amir Peretz, Omer Bar-Lev, Avi Gabbay y Erel Margalit- son personas buenas y dignas. Son todos hombres con buenas intenciones, con una historia de logros, unos más y otro menos. Cada uno de ellos podría ser un excelente ministro, parte de un destacado equipo de la Knesset. Ninguno de ellos, sin embargo, es capaz de derrocar al gobierno de Netanyahu. Ninguno de ellos tiene el brillo que tuvo Ehud Barak cuando derrotó a Netanyahu en 1999.

Es por eso que el partido que fundó el Estado de Israel tiene hoy sólo 52,000 miembros. En 1996, contaba con 300,000 miembros y 200,000 votaron en las elecciones primarias. Esta vez, se prevé que aproximadamente 30,000 lleguen a las urnas, y el número podría ser menor, dependiendo del calor.

Los candidatos no fueron los únicos desgastados por sus campañas en los últimos meses. Los paneles interminables, los miles de mensajes de texto, las humillaciones mutuas y los informes sobre la corrupción irritaron no sólo al público en general, sino también a aquellos que supuestamente votarán el martes. Los debates, al parecer, no beneficiaron a ningún candidato. Sólo contribuyeron a la falta de entusiasmo. No me sorprendería si resulta que muchos votantes no logran decidir por quién votar antes de entrar al colegio electoral.

Desafortunadamente, hay una pequeña posibilidad de que se termine en la primera ronda. No se espera que ninguno de los candidatos reciba el 40 por ciento de los votos requeridos, y los miembros del partido se verán obligados a acudir a las urnas para otra ronda la próxima semana.

Caricatura: Gai Morad

Se cree que Amir Peretz, ex líder del partido, tiene la mayor posibilidad de llegar a la segunda ronda, ya que ha hecho un impresionante regreso al Partido Laborista, especialmente para alguien que salió del mismo y vuelve a competir (una vez más) por el primer lugar. Peretz es un hombre experimentado. Ha ocupado todas las posiciones importantes en la política israelí. Se ha desempeñado como viceprimer ministro, ministro de Defensa, ministro de Protección Ambiental, miembro del gabinete, líder de la oposición, así como presidente de la Federación General de los Trabajadores de Israel (Histadrut) y jefe del Consejo Local de Sderot. Ha logrado ablandar la oposición a él dentro del partido, y el éxito del sistema antimisiles Cúpula de Hierro, que él insistió en desarrollar como ministro de Defensa, le abrió camino incluso entre los poderosos rivales.

El objetivo principal de Peretz es recibir más del 40 por ciento de los votos y ser elegido en la primera ronda. Una segunda ronda no será buena para él. Puede crear un frente bastante amplio en su contra por aquellos que desean ajustar cuentas. Por otra parte, si es elegido, en lugar de obtener el apoyo de todo el partido, Herzog y Tzipi Livni lanzarán una campaña para primarias abiertas y socavarán su liderazgo.

La identidad del candidato que competirá contra Peretz en la segunda vuelta es un misterio. Gabbay sin duda podría sorprender a todos. En primer lugar, es un rostro nuevo y bastante simpático. Por otro lado, es una gran pretensión unirse a un nuevo partido e inmediatamente dirigirlo. Y, como sabemos, al Partido Laborista le gusta que su líder esté desgastado y cómodo. Lo que nos lleva al segundo candidato que puede competir contra Peretz: Herzog, aunque esté desgastado, parece haberse recuperado, pero aunque gane las elecciones primarias no tiene ninguna posibilidad de vencer a Netanyahu. Lo que explica la motivación de celebrar elecciones primarias abiertas y elegir un candidato a primer ministro.

Y por último están Erel Margalit, que no ha logrado arraigarse en los corazones de la gente, tal vez por su hiperactividad, y Bar-Lev, un hombre amable, educado y moderado. En este tipo de competencias, sin embargo, los ganadores son los que pueden definirse como “depredadores”.

Pero como dije antes, independientemente de quién gane las elecciones del laborismo, no será el próximo primer ministro. Sin embargo, la gente que acude a las urnas hoy martes todavía espera que suceda algo y que aparezca el candidato indicado que barra el sistema político y se convierta en una alternativa adecuada para el actual gobierno.

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