Enlace Judío México – Una arriesgada operación militar de los EEUU en 2015 extrajo del ISIS un invaluable tesoro que ha contribuido a su derrota en el presente: la base de datos poblacional y financiera de la organización.

El 16 de mayo de 2015, un grupo de las Fuerzas Especiales de los EEUU llevó a cabo una delicada y crucial acción en un perdido pozo petrolero cerca de la ciudad siria de Deir az-Zor: la captura de Abu Sayyaf, el tesorero del ISIS, quien producía, recolectaba y distribuía los millones de dólares en ganancias a través de todos los medios ilícitos que ejerce el grupo terrorista, desde la extracción de petróleo, la venta de antigüedades y esclavas sexuales hasta la recaudación de impuestos a no-musulmanes.

Una feroz reacción de Sayyaf y todos los terroristas que estaban en ese momento con él en su refugio resultó en que terminaran siendo abatidos. Pero el verdadero objetivo que se buscaba tras el tesorero, la joya de la corona de la operación, fue capturado intacto por los soldados norteamericanos: entre 4 y 7 terabytes de información digital almacenados en computadoras que mantenía a su disposición.

Todo este cúmulo de millones de datos almacenados contenía la información personal de cada hombre, mujer, y niño bajo el control territorial del ISIS, así como las comunicaciones y nexos financieros internacionales.

El ISIS mantenía este sistema de identificación digitalizada de todos los individuos bajo su poder en Siria e Iraq con el cual podía ejercer un dominio total sobre ellos, ya para las ganancias económicas o ya para la represión de la disidencia.

Este sistema fue logrado gracias a la aportación de los comandos del grupo terrorista que provenían de la eficiente burocracia en materia de servicios de inteligencia del régimen de Sadam Husein. Uno de ellos, Haji Bakr, el comandante en jefe de la red de espionaje del ISIS, antiguo oficial al servicio del dictador.

Otro desafortunado elemento importante de esta base de datos fue lo aportado por EEUU al gobierno de Iraq para un censo poblacional en 2005, del cual los terroristas se aprovecharon.

Lo que más impresionó a las autoridades de inteligencia norteamericanas fue que toda esta información capturada podía llevar a las ubicaciones precisas de los teléfonos y dispositivos usados por los altos jerarcas del ISIS y su localización exacta. De la misma manera se podían identificar múltiples datos personales de cada yihadista en las filas terroristas a lo largo de Siria e Iraq.

Gracias a todo esto, los EEUU han podido desde entonces realizar el aniquilamiento de personajes clave en la organización, así como infiltrarse y conocer más a fondo al ISIS para golpearlo en sus puntos más delicados.

Malcolm Nance y Christopher Sampson, expertos en terrorismo y autores de “Hackeando al ISIS. ¿Cómo destruir a la yihad cibernética?“, que ha salido a la venta este año y donde se detalla esta operación, consideran que probablemente con la incursión que abatió a Abu Sayyaf y que capturó lo que llaman las “llaves del cibercalifato”, el ISIS fue derrotado desde entonces.

 

La obsesión del Califato de Abu Bakr al-Baghdadi de dominar por completo a sus súbditos, como un gran ente orwelliano, al parecer terminó por convertirse en su propio veneno.

Fuente: Salon