Una marcha de orgullo gay es uno de los últimos lugares donde uno esperaría escuchar expresiones antisemitas o anti-Israel, al menos solía serlo.

SARONA

En la ciudad de Chicago ocurrió un incidente que demuestra una vez más que la cultura de “justicia social”, la ignorancia y la abierta estupidez ganan cada vez más terreno.

Dyke March es un desfile parecido al del orgullo gay, pero enfocado a las mujeres homosexuales. En el último desfile en Chicago, tres mujeres judías fueron interceptadas por organizadores del desfile diciéndoles que debían marcharse, ya que las banderas arcoíris con estrellas de David que ellas llevaban hacían que la gente “se sintiera incómoda y ofendida”, sí, personas sintiéndose incómodas en medio de un evento que dice abogar por una sociedad donde la gente deje de sentirse incómoda y ofendida por la identidad de alguien. En este caso ser judío y homosexual parece ser la excepción.

Cuando el periódico Wind City Times entrevistó a los organizadores sobre lo sucedido, estos respondieron que se les pidió marcharse ya que el evento era “anti sionista y pro palestino”.

¡¿Acaso todo el mundo se ha vuelto loco?!

¿Acaso estos dementes se han molestado en investigar que tanto la Autoridad Palestina como Hamás persiguen abiertamente a los homosexuales, los últimos arrojándolos desde edificios tal y como hace el Estado Islámico?

¿Saben siquiera que la gran mayoría de la población palestina está abiertamente en contra de la homosexualidad?

¿Saben que los palestinos homosexuales buscan refugio en Israel ante el temor de ser asesinados en los territorios palestinos?

Valdría la pena aclarar que la bandera por la que estas mujeres fueron expulsadas no era la bandera israelí, era la simple bandera arcoíris con una estrella de David azul en ella, bastante diferente a la bandera del Estado de Israel.

Este acto revela muchísimas cosas: ignorancia, antisemitismo, pero sobre todo revela la trampa mortal que ha logrado atrapar a movimientos como el feminista y el LGBT, la falsa empatía palestina.

Sin importar que la sociedad palestina tenga características opuestas a todo lo que estos movimientos abogan, han logrado captar la compasión de estos al crear un rol de falsa empatía con el cual estos puedan identificarse: inocentes mujeres palestinas siendo asesinadas por el “régimen patriarcal israelí” y palestinos inocentes a quienes se les violan a diario sus derechos humanos.

¿Importan los hechos? ¿Importa que Israel sea probablemente el mejor lugar para una mujer en todo Oriente Medio? ¿Importa que Israel sea el único estado entre Marruecos y Myanmar donde estén protegidos los derechos homosexuales y transexuales?

No, no para esta clase de personas ignorantes, manipuladoras y mentirosas en igual proporción.

Los activistas anti Israel tienen para el caso LGBT una acusación llamada “pinkwashing” o lavado de cerebro rosa, argumentando que Israel usa los derechos LGBT para ocultar sus “malvados crímenes”. Como afirmó una amiga mía, Nadiya Al-Noor, esta vil acusación dice que cualquier victoria de los derechos LGBT en Israel es sólo una distracción del conflicto

Acusar a Israel de “pinkwashing” es tan ridículo como decir que el movimiento LGBT y sus logros en México, no deberían ser celebrados por las injusticias cometidas por algunos miembros del gobierno mexicano.

Desafortunadamente el caso de Chicago no fue el único.

En la Ciudad de México, el grupo LGTB de la comunidad judía de México Guimel también fue increpado en un par de ocasiones por miembros de colectivos feministas y antifascistas a gritos de “¡Palestina libre!”, “¡Malditos sionistas!”, siendo el mismo ejemplo de lo anteriormente descrito.

Es imperativo que tanto el movimiento LGBT y otros ignoren la absurda idea de “pinkwashing”. La ignorancia de que Israel se resume a conflicto y ocupación sólo logra dañar cualquier intento de diálogo sobre cualquier tópico.

¿Acaso estoy diciendo que callen acerca del conflicto árabe-israelí? No, las voces críticas son siempre vitales para la resolución de cualquier conflicto, pero hay una diferencia enorme entre criticar las acciones de Israel y declarase abiertamente por la destrucción del único país de Oriente Medio donde los derechos LGBT son protegidos.

Y sí, incluyendo los de los palestinos LGBT.