Cuando movimientos y voces individuales llaman cada vez más a boicotear a Israel, Macron declaró en forma inequívoca, y por primera vez por parte de un presidente francés, que el “anti-Sionismo es una forma reinventada del antisemitismo clásico.” Fue en forma incuestionable una afirmación fuerte, dejando en claro que cualquiera que deslegitime al movimiento sionista y el establecimiento del estado de Israel es, de hecho, un racista y un antisemita.

EMB. FREDDY EITAN

Cada día, el nuevo presidente, Emmanuel Macron, se las arregla para hacer algo sorpresivo. El líder francés, quien tomó residencia en el palacio presidencial el 14 de mayo del 2017, ha mostrado que él aprende rápidamente todas las cuestiones en el ámbito exterior y local y que apuntalar la imagen de Francia entre las naciones del mundo no requiere de gran experiencia política de largo plazo.

Macron ha mantenido reuniones de trabajo con muchos líderes – incluida la Canciller Merkel, los presidentes Putin y Trump, tanto como Mahmoud Abbas, quien llegó especialmente para una visita oficial a París.

La visita del Primer Ministro Benjamín Netanyahu, sin embargo, fue diferente y única. No fue el tipo de relación típica que mantiene París con los otros países del mundo. París, como Alemania, tiene un pasado oscuro y una historia dolorosa, y las heridas aún no han sanado. El régimen de Vichy en la Segunda Guerra Mundial no sólo se sometió a los nazis, sino que también colaboró con la aniquilación del pueblo judío. Hubo policías franceses que arrestaron y humillaron a los judíos franceses, castigándolos en el camino a los campos de exterminio.

La presencia del primer ministro israelí con el actual presidente de Francia en una ceremonia para conmemorar los 75 años de la deportación masiva, simboliza más que cualquier cosa que “Am Israel Jai” – “El pueblo de Israel vive.” Prueba que, a diferencia del pasado, la comunidad judía francesa tiene, como todos los judíos de la Diáspora, un país independiente y soberano para refugio que puede combatir y defenderse contra cualquier enemigo.

Pero, intelectuales, partidos y movimientos de izquierda, y partes de los medios de comunicación no ven con ecuanimidad la relación estrecha y natural de la judería francesa e Israel. Muchos se manifestaron contra la visita, uniéndose al coro de organizaciones pro-palestinas que exigieron un boicot a Israel y apodaron criminal de guerra a Netanyahu. Lamentablemente y en forma irritante, entre aquellos que denunciaron la visita se incluyeron también a algunos ex diplomáticos israelíes y aun historiador israelí, Zeev Sternhell, quien no se amilanó en decir en una extensa columna de opinión en Le Monde que “Netanyahu dirige un gobierno más extremista que el Frente Nacional en Francia.”

Sternhell atacó duramente la política del gobierno israelí, la cual en su opinión está llevando a la “destrucción.” Comparó indirectamente un proyecto de ley del estado nación de la Kneset con el régimen de Vichy, diciendo que Netanyahu sólo conoce el “idioma de la fuerza y no es moral en lo absoluto.” Él pidió al presidente francés que se “mantenga firme contra las demandas de Netanyahu de abstenerse del establecimiento de un estado palestino.” Las palabras de Sternhell, y las de otros como él, resuenan para los movimientos de BDS y el Partido Comunista, y de hecho los envalentonan en su lucha.

Bajo tales circunstancias, la campaña de diplomacia pública de Israel en Francia ha sido dañada. Es difícil librar la lucha cuando activistas judíos de la extrema izquierda, tanto como israelíes, salen a los medios para difamar al gobierno de Netanyahu y avivar su antagonismo hacia él.

Una visita exitosa

La visita de Netanyahu a París fue indudablemente un éxito. Abarcó dos eventos importantes: la ceremonia en conmemoración del Holocausto y la reunión de trabajo en el Palacio Élysée.

La ceremonia para conmemorar 75 años desde el arresto y deportación de los judíos de Francia fue impresionante y conmovedora. Fue celebrada apenas días después de la muerte de la ex ministra francesa Simone Weil, una sobreviviente de Auschwitz-Birkenau. Weil se volvió un símbolo, y como un tributo extraordinario, será depositada para descansar en el Panthéon. Ella fue la primera presidente del Parlamento Europeo.

Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta 1995, todos los presidentes de Francia, incluido el General De Gaulle, que combatió a los nazis, se negaron a reconocer la responsabilidad de la República Francesa por los actos criminales y colaboración del régimen de Vichy con el enemigo alemán. Sólo después de fuertes presiones por parte de los líderes de la comunidad judía el Presidente Jacques Chirac vio apropiado admitir, el 16 de julio de 1995, la culpabilidad de la República por los actos contra los judíos. Los presidentes posteriores, Sarkozy y Hollande, la han admitido de manera similar.

En la ceremonia celebrada esta semana en presencia del Primer Ministro Netanyahu, Macron llegó a decir que, a pesar de las ideas erradas, “ni un solo alemán tomó parte en el arresto de los judíos; fueron todos funcionarios y policías franceses los que fueron enviados bajo las órdenes del régimen de Vichy.”

“El anti-Sionismo es una forma reinventada de antisemitismo clásico”

Cuando movimientos y voces individuales llaman cada vez más a boicotear a Israel, Macron declaró en forma inequívoca, y por primera vez para un presidente francés, que el “anti-Sionismo es una forma reinventada del antisemitismo clásico.” Fue una afirmación incuestionablemente fuerte, dejando en claro que cualquiera que deslegitime al movimiento sionista y al establecimiento del estado de Israel es un racista y un antisemita. El Primer Ministro Netanyahu, quien elogió en forma entusiasta la declaración, enfatizó, “la fuerza de Israel es la garantía de que no habrá otro Holocausto.”

La comunidad judía también dio la bienvenida a la referencia del Presidente Macron al asesinato salvaje de una residente judía de París, Sarah Halimi, por parte de su vecino musulmán; hasta ahora, la fiscalía se ha rehusado a tratar el asesinato como un acto con trasfondo antisemita. Este fenómeno es preocupante y se repite frecuentemente ya que las autoridades francesas son recelosas de definir claramente qué constituye un acto antisemita o quien es un terrorista. En su lugar, ellas generalmente se refieren a estos actos como criminales.

La reunión en el Palacio Élysée

Durante esta reunión, los dos líderes decidieron sobre cooperación más estrecha al combatir al terrorismo radical islámico. Indudablemente, Macron ahora entiende mejor que el terror contra los israelíes en Jerusalén y contra los franceses en París o Niza es el mismo terrorismo, y que hay una lucha mundial entre dos civilizaciones que difieren fundamentalmente entre sí. Él también está consciente que Israel está en el primer plano de la batalla contra el terror y puede ofrecer ayuda, en vista de su extensa y dolorosa experiencia. Macron también condenó el reciente ataque terrorista en el Monte del Templo y transmitió sus condolencias a las familias de los dos policías que resultaron muertos en servicio.

Al mismo tiempo, el Presidente Macron está siguiendo la política de sus predecesores en la cuestión palestina. Él condena la construcción en curso en los asentamientos israelíes, apoya dos estados para dos pueblos y afirma que Jerusalén será la capital de los dos estados. En este sentido, parece que la posición de Francia no cambiará en el futuro cercano. Hay, sin embargo, progreso en una cuestión: Macron innovó saliendo contra la demanda del liderazgo palestino por el retorno de los refugiados.

En la cuestión de la amenaza iraní, Netanyahu aclaró que se opone a cualquier acuerdo en Siria que no distancie a Irán de la frontera israelí y que él no dará consentimiento, a pesar de lo que está tomando forma entre Rusia y Estados Unidos, a que Irán construya bases militares en Líbano. Macron entendió la preocupación de Israel y prometió actuar en consecuencia, incluyendo frenar a Hezbolá. Si tendrá o no éxito en su tarea es otro tema, ya que Francia ya no tiene más la influencia que tuvo una vez en Líbano.

La visita ofreció también una oportunidad de realzar la cooperación bilateral. Macron, quien está bien versado en economía y fue un banquero brillante, está entusiasmado por los logros de Israel, especialmente en el campo de la alta tecnología y tecnología de emprendimientos. Él aceptó la invitación de Netanyahu para hacer pronto una visita oficial a Israel.

Para resumir, la visita del primer ministro a París fue un éxito a pesar de las críticas antes de ella y de las protestas en Francia. La amistad entre los dos países y pueblos es profunda y de largo tiempo. No obstante los desacuerdos en la cuestión palestina, fue fortalecida más.

 

 

El Emb. Freddy Eytan, es un ex asesor principal del Ministerio del Exterior que se desempeñó en las embajadas de Israel en París y Bruselas, fue el primer embajador de Israel ante la República Islámica de Mauritania. Fue también el portavoz de la delegación israelí en el proceso de paz con los palestinos. Desde el 2007, dirige el Israel-Europe Project en el Jerusalem Center, el cual se enfoca en analizar las relaciones israelíes con los países de Europa y busca desarrollar vínculos y lugares de cooperación bilateral. Él es también el Le Cape, el sitio web en francés del Jerusalem Center. El Emb. Eytan ha escrito 20 libros sobre el conflicto israelí-árabe y la política de Francia en el Medio Oriente, incluidos La Poudriere (El Barril de Pólvora) y Le double jeu (el Juego Doble). Él también ha publicado biografías de Shimon Peres, Ariel Sharon, Benjamín Netanyahu, y un libro, Los 18 Que Construyeron Israel.

 


Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México