El profesor Jean Gebser propone que el hombre debe integrar sus sentimientos, sus instintos y sus intuiciones con la razón y el pensamiento lógico. El hombre debe utilizar sus experiencias personales para transformar la razón y el conocimiento en sabiduría.

MARCOS GOJMAN

El profesor Will Herberg nos dice: “En la modernidad, el hombre utilizó la razón y la ciencia para modelar su vida y su cultura, poniendo todo en términos humanos, olvidando lo divino. La expansión de la ciencia y la tecnología fomentó la ilusión de que el bienestar humano era simplemente una cuestión de aumento de la productividad económica y el poder industrial. El “progreso” se convirtió en el lema. En la moral y en la filosofía, en la vida social, incluso en la religión, el hombre omnipotente se convirtió en el “amo” de todas las cosas. Intoxicado por su éxito, no podía imaginar ningún poder superior al suyo, por lo que todo, literalmente todo, le estaba permitido a él como individuo o como colectividad: no necesitaba creer en nada, no hay nada que él necesitara reverenciar, nada que él pudiera temer, él sólo tenía el poder. El resultado fue una humanidad que vivió décadas de horrores, uno peor que el otro, hasta llegar a la Segunda Guerra Mundial, que demostró que el solo uso de la razón y de la ciencia, sin otros valores, no sólo eran insuficientes, sino terriblemente dañinos.

La generación posmoderna, sacudida de sus ilusiones por décadas de horror ininterrumpido, buscó encontrar otro camino en lo que hoy se ha llamado la “vuelta a la religión” que tantos han marcado como el signo de nuestros tiempos. Pero ese regreso no ha dado el resultado esperado: el horror sigue, ahora cobijado en un manto de religiosidad. La intolerancia hacia el otro ha llevado a nuevos actos de barbarie que jamás hubiéramos pensado que sucederían en el siglo XXI. Cambiaron la dictadura de la razón por la dictadura de la religión. La tesis de antes era que la razón y la ciencia eran el camino. La tesis de ahora es que lo religioso es la solución a los problemas del hombre. Ambas han fallado en lograr un mundo mejor.
Rabí Shimon Gershon Rosenberg, mejor conocido con el acrónimo “Shagar”, nos dice: que durante la Modernidad y la Ilustración, el judaísmo se tuvo que defender del secularismo, especialmente de aquellos que pensaban que la religión había pasado de moda. Ahora, en la era posmoderna, donde se cuestionan todos los valores y ya no se cree en el progreso ni en la razón, la religión ha regresado con un espíritu vengativo. Los grupos religiosos fanáticos no toman en serio las críticas, pues dicen que son opiniones personales que pueden ser fácilmente desechadas por los creyentes.

¿Cuál pudiera ser el nuevo camino? El profesor Jean Gebser propone uno: el hombre debe integrar sus sentimientos, sus instintos y sus intuiciones con la razón y el pensamiento lógico. El hombre debe utilizar sus experiencias personales para transformar la razón y el conocimiento en sabiduría. Sabiduría es igual a inteligencia más experiencia. Y como cada ser humano ha pasado por experiencias personales distintas, cada quien tendrá su razón, su propia verdad. No hay una sola explicación de las cosas, sino muchas, tantas como hombres y mujeres hay en el mundo. No hay un solo judaísmo, sino muchos, tantos como judíos hay en el mundo.

Está escrito en el tratado Sanedrín 4:5 de la Mishnah: “El hombre troquela muchas monedas con el mismo troquel y todas son iguales una con la otra, pero el Rey de Reyes, el Santo Bendito Sea, ha sellado a cada hombre con el sello del primer hombre, sin embargo, ninguno de ellos es como su semejante.” El Creador y la vida nos han hecho no ser tan semejantes a nuestros semejantes.

 

 

Bibliografía: Obras de Will Herberg, Rabi Shimon Gershon Rosenberg y Jean Gebser.
Fuente: alreguelajat.com