Abbass, de 41 años, el director de la Asociación de Al-Manarah para Personas Discapacitadas Árabes con sede en Nazaret en Israel es decididamente una de las personas más optimistas de Israel.

BEN LYNFIELD

Aunque el periodista del Jerusalem Post está sentado a su lado, Abbass Abbass no puede decir su color de piel, de ojos o de pelo. Al sufrir de nacimiento de una enfermedad debilitante de la retina, reconoce a la gente solamente por sus voces.

La condición empeora constantemente. “Es como una visión de túnel y todo el tiempo el túnel se vuelve más estrecho. Mi ángulo de visión desapareció. Por la noche no puedo ver nada. Tengo que caminar con alguien. Incluso durante el día puedo ver menos de medio metro por delante, así que tengo que caminar con alguien”.

Sin embargo, Abbass, de 41 años, el director de la Asociación de Al-Manarah para Personas Discapacitadas Árabes con sede en Nazaret en Israel es decididamente una de las personas más optimistas de Israel y, en este caso, de todo Oriente Medio. Habla con entusiasmo, especialmente cuando habla del proyecto insignia de al-Manarah, la única biblioteca en línea del mundo de libros de audio en lengua árabe.

“Esperamos traducir al árabe When a Horse Goes in a Bar de David Grossman y añadirlo a la colección”, dice. No está haciendo alarde puesto que el año pasado al-Manarah tradujo la colección de cuentos cortos de Amos Oz Entre amigos al árabe y lo grabó.

Ahora, las personas con discapacidad visual en todo el mundo árabe pueden escucharlo y a los otros 4.500 títulos de la biblioteca, 95% de los cuales están en árabe, sea a través de Internet – www.Arabcast.org – o en sus teléfonos celulares con una aplicación que al -Manarah creó, Arabcast.

Con su lema Cierra los ojos y lee, la biblioteca tiene más de 50.000 usuarios que acceden a ella a diario o semanalmente. El servicio es gratuito pero para obtener acceso se debe proporcionar al-Manarah (árabe para el faro) la prueba de ser “discapacitado para lectura”.

Los temas abarcan desde libros infantiles, hasta educación sanitaria hasta novelas y los lectores proceden de Israel, Libia, Egipto, Gaza, Arabia Saudita y Estados Unidos, entre otros lugares. MK Michal Rozin (Meretz) leyó una historia infantil en hebreo para la biblioteca y Oz leyó de su último trabajo Judas.

Al-Manarah tiene un estudio en el sitio y algunos de los lectores tienen estudios caseros. “Nuestro sueño es tener lectores de todo el mundo árabe”, dice Abbass. También dice que sueña con que el presidente Reuven Rivlin grabe una historia infantil.

Una foto de Helen Keller adorna las oficinas de al-Manarah y a Abbass le gusta citar de ella que “la vida es una aventura atrevida o nada“. Su viaje para fundar al-Manarah en 2005 estuvo atado a dolorosas experiencias de su discapacidad visual, pero también logros por ser inteligente y estar motivado.

“La actitud de la sociedad árabe es que las personas con discapacidad son marginadas, la actitud es tan negativa en general que no reciben la oportunidad básica de ser incluidos en la educación de la mejor manera y vida social”.

Su padre, abogado, y su madre siempre fueron de apoyo y pudo sobresalir en sus estudios. Pero todavía suspira cuando se acuerda de lo que pasó después de terminar la escuela secundaria yendo a un examen de vista en Nazaret para acceder a un certificado de ceguera.

“El oftalmólogo me dijo que mi vista era muy baja y me preguntó cuáles son mis planes para el futuro. Dije que obtuve los grados más altos en mi clase y quiero ir a la escuela de derecho de la Universidad Hebrea. Dijo “no puedes ver a medio metro. La gente como usted tiene que quedarse en un rincón caliente de la casa y escuchar la radio”. Mi madre lloraba fuera de la clínica y le dije ‘mamá, te prometo que algún día estarás muy orgullosa de tu hijo‘”.

Es la historia de millones de personas, especialmente en los países árabes que son juzgados sin oportunidad de expresarse“, dice.

Otra amarga experiencia, después de obtener una maestría en derecho de la Universidad Hebrea en 2004, ayudó a empujarlo a fundar al-Manarah. Solicitó un empleo como investigador de derechos humanos en una ONG y al principio recibió una respuesta entusiasta. Pero cuando se presentó para la entrevista y el reclutador vio que tenía impedimentos visuales, le dijeron que “la jornada es muy dura y no se adapta a una persona como usted”.

Abbass explicó que ese fue un punto de inflexión. “Me dije a mí mismo ‘Si no soy yo para mí mismo quién lo será?” Pensé que nadie actúa, por lo que tengo que hacerlo yo. Decidí volver a mi ciudad natal y fundar al-Manarah”.

En opinión de Abbass, los ciudadanos árabes de Israel con discapacidades son “doblemente discriminados”.

Nuestra propia comunidad es paternalista y somos parte de una minoría árabe que es discriminada. La principal discriminación es en los recursos“. Si bien Haifa, Jerusalem y Ra’anana tienen centros de vida independientes para las personas con discapacidad, Nazaret no, señala.

Dice que la accesibilidad es pobre en las ciudades y aldeas árabes no sólo porque tienen presupuestos más pequeños que las ciudades judías, sino también porque los propios municipios no dan prioridad a esto. Añade que el gobierno debe crear más oportunidades en el mercado de trabajo para los árabes con discapacidad y cita estadísticas que indican que sólo el 10% de los árabes israelíes con discapacidad están empleados, en comparación con el 52% de los judíos israelíes.

Como parte de su alcance, Al-Manarah facilita talleres en las escuelas para que los alumnos tengan una actitud positiva hacia las personas con discapacidades. “El mensaje de los talleres, que son facilitados por personas con discapacidades, es que sí, hay diferencias entre las personas con discapacidad y otras, pero lo que tienen en común es más de lo que no tienen en común. Ambos quieren desarrollarse, aprender, ser incluidos en el mercado de trabajo, tener familias. El mensaje es aceptar al otro, incluir al otro”.

El financiamiento de Al-Manarah proviene de fundaciones filantrópicas basadas en Estados Unidos, negocios árabes y judíos y los Ministerios de Cultura y Servicios Sociales y el Instituto Nacional de Seguros. Amos Oz dijo que al-Manarah “hace un trabajo que es sagrado. Distribuyen literatura y cultura a personas con discapacidades”. De Abbass, dice: “Lo considero un amigo y le estimo. Es un idealista, muy dedicado, amante de la paz y amante de la cultura”.

La ministra de Cultura Miri Reguev redujo recientemente la financiación de al-Manarah, pero la diputada Anat Berko del Likud está tratando de revertir esa decisión. “Decidí ayudarlos”, dijo.

Tienen un deseo genuino de ayudar a las personas con discapacidad y esto es digno de apoyo. No importa si está en hebreo, árabe o cualquier otro idioma. Abbass me impresiona como proveniente de un buen lugar. Demuestra mucha buena voluntad para ayudar a las personas con discapacidades que pasan las dificultades que él experimentó y fue capaz de superarlas“, explicó Berko.

Fuente: The Jerusalem Post – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico