Enlace Judío México – Durante el acto en homenaje a Alicia Rodríguez y el Aniversario 82 del Pacto Roerich, Enlace Judío tuvo la oportunidad de entrevistar al galerista Norman Bardavid, Coordinador del Consejo Directivo de Comnapaz México A.C., una importante figura de la cultura y el arte mexicanos, así como un promotor de la paz.

Enlace Judío¿Quién eres, Norman Bardavid?

Norman Bardavid: Mi nombre es Norman Bardavid. Soy mexicano, nací judío. Estudiante de la Kabalá. Iniciado desde las cuatro razas. He visitado los cinco continentes.

Mi gran pasión es el arte y he dedicado gran parte de mi vida a la filantropía y desde hace 12 años en el camino de la paz. El camino de la paz se va abriendo en Cuba, en donde fungí como mentor y mecenas de un colectivo de artistas con una tesis en donde ponemos el arte como función de la paz.

Empezó, aparte de un proceso de formación de artistas que le fueron dando forma a mi pensamiento. La Kabalá ha sido una herramienta importantísima. Pero así como la Kabalá, me he introducido en el mundo chamánico. Me he introducido en el estudio budista tibetano. En todos los viajes a Cuba me adentré a la filosofía del sincretismo afrocubano para entender como ellos entendían la espiritualidad.

Me hace ser un hombre por un lado cosmopolita en donde la multiculturalidad, como experiencia,  es lo que nos hace ricos . Ahí empieza un proceso diplomático cultural a favor del dialogo entre Estados Unidos y Cuba que se fue planteando desde las plataformas del arte: en dos ocasiones en la bienal de Cuba, en México en el Museo Nacional de Arte. Y fue recorriendo parte de la colección que se fue haciendo de ese colectivo de artistas y recorrió cerca de 10 museos en México y una tesis que lleva el proceso del Éxodo (de Cuba hacia EEUU), que en realidad representa cualquier éxodo en cualquier tiempo.

Con esa tesis en el 2012 fui convocado junto con otras personas y representantes de organizaciones civiles en el Senado de la República en donde se firmó el Acta Xicotencatl. Fue en el año 2012, el último año de Calderón y se estaban solicitando recursos para cultura de paz y no se dictaminó. Aunque había un recurso predeterminado de 192 millones de pesos.

Ante esa negativa hubo una convocatoria a organizaciones civiles en donde como ciudadanos sí reconocemos que es muy importante la cultura de paz. Y a partir de ahí me empecé a adentrar en la Comisión Nacional por la Cultura de Paz, un organismo ciudadano con presencia a nivel nacional (en alrededor de 25 estados de la república).

En cada estado se hacen diferentes actividades y el objetivo es generar puentes de diálogo entre todos los diferentes sectores de la sociedad a favor de la cultura de paz como un medio para que la paz sea una constante y no un objetivo.

Desde ahí hacemos enlaces con diferentes instituciones de gobierno, con la Procuraduría General de Justicia, con la Secretaria de Seguridad Ciudadana, con la Secretaria de Cultura. Estamos trabajando a la par en la Cámara de Diputados poniéndonos como objetivo en esta 63 legislatura que se implemente la reforma integral de cultura de paz con cerca de 20 iniciativas.

Ya se aprobó la primera, con la que el deporte tiene que ser vinculado a la cultura de paz. Estamos ya en la segunda iniciativa que es el fomento a la cultura de paz. Creo que la más importante es que podemos incluir en el artículo 3ro constitucional, que trata de la educación, que podemos incluir ahí educación en cultura de paz.

Es justamente desde ahí donde podemos ir marcando el camino y el destino. Donde la paz es una práctica y lo aprendemos desde las escuelas. Eso estamos trabajando y sabemos que al lograrlo ya estaremos empezando a formar a las generaciones en cultura de paz y de ahí saldrán nuestros gobernantes: los alcaldes, los presidentes municipales y los presidentes.

También desde lo espiritual hacemos trabajo de enlaces entre diferentes instituciones religiosas en donde nos reconocemos ya solamente como una sola humanidad. El rito religioso es la manera en la que nos conectamos. Pero en esa conexión todo llega a la misma fuente.

Estamos terminando una tesis que estaremos presentando a favor de la unidad que parte de un doctorado, en donde haremos una caravana de cultura de paz, en donde podamos recorrer los 32 estados de la república con acciones muy puntuales, un estado por semana.

Ahí estaremos trabajando desde múltiples foros: de análisis, de procesos de solución en lo estatal, en lo nacional y en lo internacional. Se estará trabajando todo un proceso de conciertos. Desde las artes estamos proponiendo que se abran los museos y los estadios. Se está pretendiendo un campeonato de fútbol internacional, inclusive en donde países que estén en conflicto podamos jugar desde el fútbol y entendernos como una sola humanidad.

Se está invitando a que hagamos en cada estado una feria de organizaciones civiles con el objetivo de cómo conocernos como ciudadanía y a medida que nos conozcamos, fortalecernos y usarnos mutuamente.

La violencia está tomando cada vez más fuerza. Estamos en un tiempo internacionalmente muy convulso. Internamente también está siendo un proceso convulso. Y en lo individual también obviamente se repercute.

Otra de las estrategias que estamos utilizando es el programa de la bandera de la paz que es “Juntos Construimos la Paz”. El programa más económico porque el único costo es un pin, el pin del símbolo de la bandera de la paz que tiene múltiples simbolismos.

El primer paso es poner atención de en donde está nuestro pensamiento. A nivel colectivo en México se habla de que cerca del 80% del pensamiento colectivo es negativo. Entonces los niños desde el salón de clases, bajo esa dinámica, empiezan a darse cuenta en dónde está su pensamiento. Y colectivamente empiezan a ver que hay pensamientos positivos, palabras armoniosas y acciones constructivas dentro del salón de clases y se convierte en una práctica.

Los niños una vez llevando esto a la práctica también lo llevan a las casas. En las casas cuando hay discusiones y hay violencia, ellos invitan a los padres a que empiecen a formar esa dinámica. Los niños empiezan a ser el factor de cambio dentro de las casas. Los padres después se lo llevan a su área profesional. La violencia es estructural y es transgeneracional. Desde la cultura de paz podemos transformar las realidades sabiéndolo activar.

Podríamos hablar de muchos aspectos. Desde lo profesional soy artista plástico, pintor, escultor, galerista, promotor cultural. Por cerca de 30 años vinculando el arte con la filantropía, haciendo subastas de arte y otros eventos a favor de cientos de organizaciones civiles.

En Cuba fungí como mentor y mecenas, diplomático cultural, activista, filósofo, humanista, teólogo.

He estudiado diferentes religiones en el aspecto simbólico y desde el aspecto práctico. Lo cual también me ha permitido tener una expansión de diferentes visiones entorno a un mismo principio que es la unidad. Desde ahí me he adentrado en diferentes experiencias chamánicas que me han permitido tener una percepción también desde otra óptica.

Al final de cuentas ¿qué soy? Un ser entendiendo a la vida, creyendo y creando y poniendo mi intención a favor de la paz a través de la cultura de la paz.

EJ: ¿De dónde viene la familia Bardavid?

NB: Mi papá nació en México y sus padres en Grecia y Turquía. Mi madre nació en Nueva York y sus padres en Grecia. Judíos sefarditas. Que durante la Inquisición se van de España para esa región. Mis abuelos son los que vienen a México. Mis padres son judíos tradicionalistas y yo un rebelde pero yéndome al fundamento de las cosas y desde ahí pongo en práctica mi rezo judío. Pero al mismo tiempo lo complemento, le pongo sal y pimienta con diferentes experiencias y diferentes iniciaciones.

EJ: ¿Cómo entra el judaísmo dentro de esta cultura de paz?

NB: Para mí, es fundamento. El pueblo judío es, dentro de lo que se habla, el primer pueblo que habló del monoteísmo, a un solo Dios: omnipotente, omnipresente, omnisapiente, etc. Con esas condiciones quiere decir que está presente en todos los tiempos y en todos los espacios. Quiere decir que también está en nosotros, en lo interno y en lo externo.

Desde la Kabalá somos el pueblo elegido por tres razones: por haber recibido la Torá (nuestro fundamento de luz), por conservarla por los tiempos de los tiempos y por la unión y la fraternidad entre todos los pueblos de la tierra, porque nos reconocemos que somos uno. Somos uno con el Creador. Más allá de las culturas, más allá de las áreas geográficas. Somos una humanidad.

Eso nos da un compromiso y es parte de nuestro Tikkun Olam. A medida de que lo voy reconociendo, es en donde he encaminado mi energía, ya no únicamente como filosofía y como estudio sino también como práctica, con acción.

Y es a través de la acción que estoy junto con un ya gran colectivo haciendo todo lo que ya estamos compartiendo. También reconocemos que México es un vórtice energético muy importante. Se habla que es el vórtice en donde es el cruce de caminos hacia el despertar de la conciencia colectiva. Eso se observa desde la mexicanidad, desde las diferentes culturas prehispánicas y dese múltiples y diferentes fundamentos filosóficos. También estamos tomando responsabilidad como colectivo en el tiempo que nos está tocando vivir, es un tiempo de crisis. Pero Einstein decía: “no hay evolución si no hay crisis”.

Dentro de la crisis tenemos que encontrar en donde está la virtud. Y cuando en la crisis existe mucha neblina y no tenemos la brújula muy clara, tenemos que regresar a la esencia de las cosas que son los valores universales. Y desde los valores universales fundamentamos los principios que son los que rigen la creación.

Mi fundamento como judío lo llevo hacia un judío universal y poniendo mi granito de arena del compromiso que tenemos como el pueblo elegido.

EJ: Rezaste el Ana VeKoaj ¿Qué representa para ti esta plegaria?

NB: Para mí, es la plegaria más poderosa. Es la plegaria que me conecta con lo divino. Es una plegaria que uso con frecuencia. Que me permite tener claridad y entender mi misión y mi servicio. Y que en esa fortaleza de mi ser pongo la intención de que venga la fortaleza de ser Uno en cada uno de nosotros. En todas las culturas y en todas las naciones, como una sola humanidad hacia el único camino: el camino de la luz.

La palabra pax es un estado del Ser y cultura tiene varias interpretaciones: Cult-Ur (culto a la luz) pero también es Kol Torá (nuestra Torá). Nuestra Torá es la paz. Pero también es todas las culturas en una sola humanidad, es lo que nos da la paz.

Estos retos solamente nos invitan a cada vez superarnos y a evolucionar. Y todas las diferencias que hemos construido desde lo humano. Todas las fracciones, todas las fronteras, nos permiten lograr una cierta personalidad y una identidad que es parte de la creación.

Dentro de los estudios de paz se habla de que como humanidad pasamos por tres procesos: una humanidad niña (que es nuestra etapa de sobrevivencia desde el tiempo prehistórico); después una humanidad de identidad a medida que nos fuimos formando por religiones, por culturas, por naciones, esa es una humanidad adolescente. Y una humanidad desde una cosmovisión de unidad es una cosmovisión de una humanidad madura.

Hoy es el tiempo de solamente referirnos en nuestra atención a lo que verdaderamente es y no desde la ilusión de nuestros sentidos. Y desde ahí poner nuestra atención, nuestro servicio, nuestro profesionalismo hacia el bien común. Donde la competencia no está el uno contra el otro si no con uno mismo, para poder ser un mejor complemento. Que logremos un capitalismo creativo para un bienestar común y apliquemos las fórmulas universales y los principios liberales de igualdad, fraternidad y libertad.

EJ: Mucha gente dice que las religiones dividen en vez de unir pero tu pareces pensar lo contrario. Tú has estado en todas esas religiones y opinas que las religiones pueden unir al mundo ¿cómo?

NB: La palabra de religión viene de religar, unir. Nos reunimos gente con ciertas creencias, con ciertas filosofías, con ciertas prácticas, religiosas, tradiciones, culturas.

En lo profundo creo que todos queremos lo mismo. Pero nuestra cosmovisión de identidad nos dice: “nosotros sí y los demás quién sabe”. O sea, mientras yo esté bien, el prójimo no lo sé.

Si nos vamos a la esencia de las religiones, ahí está la esencia de lo que todos somos que es luz. Y que está en observar el ego detrás de la institución religiosa a través el hombre y en los tiempos.

Porque no es la religión en sí. Porque la religión nos invita a entrar a lo profundo, a lo sagrado, a lo divino. Y hacemos oración y hacemos plegaria y hacemos meditación y hacemos servicio.

Sin embargo, por muchas generaciones, en el nombre de Dios hemos muchas barbaridades. Y eso no es la esencia la que nos habla, es el ego el que ha dictado esa aventura.

Las catedrales de pensamiento en torno a las identidades están derrumbándose en esta crisis y eso es parte de la luz.

Se hablaba que el 21 de diciembre de 2012 iba a ser el fin del mundo y aquí estamos. No es el fin del mundo. El mundo aquí está como ha estado por 4.5 billones de años. Lo que está cambiando es cómo vemos al mundo. Esas son las catedrales de pensamiento que se están transformando. Donde sí somos muchas religiones pero somos solamente una espiritualidad. Y donde somos muchas naciones y solamente somos una humanidad.

La nación es solamente cómo administramos los recursos para un bien común. Y entre las naciones tendría que ser exactamente la misma práctica. Y aprovechar cuales son los mejores tiempos en cada área, en nuestras primaveras, en nuestros veranos, en nuestros otoños y en nuestros inviernos. Individual y colectivamente. Y verdaderamente ver por el prójimo como es para ver por uno mismo.

Ahí es en donde los que se han considerado como los iluminados en los diferentes tiempos: un Moises, un Buda, un Jesús que se hizo Cristo, un Quetzalcoatl, un Lao Tse. Los principios universales, el amor. El amor como potencial de la creación en Unidad. Como consecuencia de la unidad es la paz.

Nuestro enfoque colectivo tiene que estar dirigido hacia la unidad para que como consecuencia tengamos paz. Unidad como verbo. Amor es verbo, no sustantivo. Unidad es verbo, no sustantivo. Paz es verbo no sustantivo.

EJ: Tienes un espacio como de cuatro pisos, una especie de laberinto donde es a la vez museo, es espacio espiritual ¿Qué construiste ahí?

NB: Ese ha sido un espacio donde le he dedicado muchas horas de estudio, de meditación, de oración, de práctica, de estudio y de análisis. En donde si se nos da la inteligencia, la tenemos que poner a beneficio. Desde ahí es donde he estado construyendo la tesis de Unidad. Una tesis que estaré presentando próximamente a las autoridades mexicanas con la intención de que pueda llevarse a cabo a la brevedad en calidad de urgente e importante.

Y también saber que hacemos nuestra parte y que el universo también estará haciendo la suya como nos enseño el relato de Moises al pasar por el Mar Rojo. Tenemos que pasar tenemos que adentrarnos para que se vaya abriendo el mar. Y sabemos que ese es el camino.

Abajo también ha sido un espacio de creación. Ahí pinto, ahí esculpo, ahí invito a otros artistas a procesos creativos y es como un espacio de inspiración.

EJ: ¿Y cómo llega uno a lo Divino a través del arte?

NB: Es una meditación. Con la instrucción a los artistas que han estado colaborando a favor de la misma tesis. Aquí es básicamente rendirnos a la conexión con lo divino y solamente ser vehículos para dejar eso plasmado, nada más por nosotros pero para dejar una huella, una huella que vamos dejando a través del tiempo.

Desde el arte es la única manera en la que podemos conocer al hombre. Es desde los vestigios artísticos como entendemos a las culturas y podemos entendernos en el presente. Así podemos entender a los antiguos egipcios, a los romanos, a los griegos, etc. Desde los vestigios del arte.

Y es desde el arte que estamos haciendo hoy que también estamos dejando la huella de nuestro caminar en este proceso de transición, de cambio de eras, de la era de piscis a la era de acuario.

En este trabajo de mecenazgo estamos próximos a abrir ya la fundación que llevará mi nombre y que tiene la intención de generar un fondo global de cultura en paz, y es apoyo a las artes, a la ciencia y a la espiritualidad. Que es también como uno de los símbolos de la bandera de la paz.

También está el proyecto para hacer la escuela de la paz en México, un proyecto que pueda ser replicado en cualquier lugar y en cualquier país. También desde ahí se pretende generar los fondos para que la Comisión Nacional por la Cultura de Paz pueda pasar a un siguiente nivel que es un nivel profesional e institucional y que en cada estado ya tengamos una sede con profesionales atendiendo y no solamente una suma de voluntades. Va encaminado hacia esa dirección.

EJ: ¿Qué es el Museo de la Paz?

NB: Parte de la intención de esta fundación para que podamos ser parte no únicamente del Museo como una experiencia del pasado, si no como una experiencia del presente, para recordar que la paz es una creación que hacemos de manera colectiva. Que sea un espacio de luz. Que desde las artes y desde la esencia de la ciencia, lo usemos en realidad en el sentido espiritual para el bien común y que de ahí todos los países del mundo y todas las naciones y todas las religiones nos podamos  nutrir.

Es un proyecto que se pretende que se haga en algún lugar en México. Pero aprovechemos la coyuntura de que el presidente de EEUU está hablando de hacer muros y nosotros desde la cultura de la paz estamos hablando de hacer puentes. Y de que el arte sea el medio para poder entender mejor al hombre. Y la ciencia sea la manera en la que podamos utilizarla de manera creativa para verdaderamente dar el salto cuántico de conciencia y pasar del Homo Sapiens al Homo Deus.

EJ: ¿Cuál ha sido la experiencia espiritual más fuerte que has tenido hasta ahora?

NB: Una noche en donde entré en contacto con el tiempo vertical. Desde lo espiritual, el tiempo como lo manejamos aquí es pasado, presente y futuro, es mas bien como horizontal. A medida que entras a mayor profundidad en lo espiritual entras en lo que se llama tiempo vertical y es poder vivenciar diferentes vidas en diferentes tiempos en un eterno presente y en absoluta felicidad. Independientemente de los procesos que están pasando en cada vida, desde lo espiritual estas en comunión perfecta. Eso fue una experiencia que sí fue un parteaguas.

Tambien otro parteaguas fue el 11 de septiembre del 2001. Yo viajaba el dia 10 de septiembre a Nueva York y por una perrita que se enfermó no viajé a Nueva York, pero sí toda esa turbulencia por la que como humanidad fuimos espectadores por lo menos a través de los medios de comunicación, también fue un proceso muy importante para mi despertar.

Un viaje que hice con el Centro de Kabalá, fue un viaje místico extraordinario a visitar muchas de las tumbas de nuestros grandes maestros que nos fueron brindando la sabiduria cabalistica.

En la India y Nepal bueno, fueron muchas experiencias. En Macchu Picchu he tenido experiencias maravillosas. En Brasil en Florianopolis con un grupo judeocristiano pero que todas sus ceremonias las hacen con Ayahuasca que es una planta sagrada de la Amazonia que te permite entrar a estados mucho más profundos. Fueron varias experiencias sagradas, extraordinarias. Entrar a la geometría sagrada, entrar a una vibración de colores mucho mas iluminados, entrar en tu interior, encontrar procesos en tu interior que están atorados, que generalmente tienen que ver con procesos emocionales a veces en esta vida o a veces en otras vidas y a veces de personas encarnadas o no encarnadas.

En el perdón está la sanación absoluta donde entrase en esa armonía y sanas, no únicamente desde la primera capa, desde el entendimiento y desde lo físico, sino desde lo espiritual. Han sido muchas experiencias.

Hoy ha sido un momento más, un rezo más a favor de la paz y de la gran fraternidad una sola humanidad. Muchas culturas, un solo hombre.