Enlace Judío México – La tradición jasídica cuenta con numerosos maestros, líderes y rabinos, entre ellos se encuentra el rebe. Éste es el líder más importante de la comunidad, se le da devoción y honor como a ningún otro hombre. Se cree que tiene una relación especial con D-os y por ello acceso a conocimientos que nos son velados.

A lo largo de los siglos ha habido muchos rebes dentro de la comunidad jasídica. Sin embargo, los primeros fueron los que crearon las bases de este pensamiento. Por eso, sus enseñanzas son atesoradas en libros y hay miles de historias que relatan la fuerza de su carácter. Rabí Schmelke de Nikolsburg es uno de los más importantes. Las siguientes historias nos hablan de él, fueron recopiladas por Martín Buber y se encuentran traducidas en la edición argentina Raíces.

Martín Buber. El sueño

Para no robar mucho tiempo al estudio, Rabí Schmelke solía dormir sentado, la cabeza apoyada en el brazo, y en la mano un cirio, cuya llama lo despertaba al consumirse. Cuando Rabí Elimelej lo visitó por primera vez y reconoció la fuerza oculta de su sabiduría, preparóle un lecho y lo obligo, a pesar de su resistencia, a acostarse. Luego, cerró las ventanas, corrió las cortinas y lo dejó solo.

Rabí Schmelke despertó entrado el día, pero no le dolió haber dormido tanto, pues sentía dentro de sí una inusitada claridad solar. Fuése a la sinagoga y dijo los rezos delante de la comunidad, como era su costumbre. Mas la comunidad tuvo la impresión de oírlo por primera vez, tan poderosa y libre era la fuerza de su devoción. Cuando repitió la plegaria del mar de las cañas, todos tuvieron que levantar los faldones de sus levitas, para no mojarse en las olas que espumarajeaban a derecha e izquierda.

Shmelke dijo después a Elimelej:
– Ahora sé que se puede servir a D-os también con el sueño

El anillo

Un mendigo llamó a la puerta de Rabi Shcmelke como no había dinero en la casa le regaló un anillo. Cuando su mujer lo supo, reprochóle haber dado una sortija tan valiosa a un desconocido. Rabí Schmelke mandó llamar al pordiosero y le dijo:

– Acabo de saber que el anillo que te regalé tiene mucho valor. Cúidate de no venderlo muy barato.

Fuente: Raíces