Philip Benjamin y Rebecca de Mendes nacieron en Londres y se afincaron en Charleston, Carolina del Sur durante las Guerras Napoleónicas tras una breve estancia en las Indias Occidentales Danesas, donde nacería su hijo Judah Phillip Benjamin en 1811, futuro Secretario de Estado y Secretario de Guerra de los Estados Confederados de América.

Graduado de Yale, Judah P Benjamin, avanzó rápidamente en su carrera como abogado ya residiendo en Nueva Orleáns. En 1855 alcanzó una senaduría por Luisiana en el Congreso de los Estados Unidos, siendo un fuerte partidario de los derechos de los estados que por esos momentos estaban bajo ataque en Washington, en una ola de centralismo que llevaría a que varios de ellos, empezando por Carolina del Sur a que se escindieran para formar una confederación que sería invadida por los EUA, dando comienzo a lo que llamamos la Guerra Civil.

Benjamin se interesó en fortalecer las conexiones comerciales entre Nueva Orleans y California, así que promovió un proyecto de infraestructura para construir un ferrocarril a través del istmo de Tehuantepec. Esto aceleraría el tráfico de pasajeros y los envíos de carga. Según The New York Times, en un discurso pronunciado en 1852 ante la convención de constructores de ferrocarriles, Benjamin dijo que esta ruta comercial “pertenece a Nueva Orleáns y su comercio hace imperios de los países por los que fluye”. El proyecto, obtuvo fondos de los banqueros privados de Nueva York, e incluso ayudó a organizar equipos de construcción. En la correspondencia privada advirtió a los partidarios de los problemas; Los trabajadores del proyecto sufrieron fiebre amarilla, los envíos de materiales de construcción eran golpeados por el agitado mar, y las acciones o la inacción de funcionarios estadounidenses y mexicanos causaron retrasos e incrementos en los costos de construcción. Los inversionistas habían ya puesto varios cientos de miles de dólares en el momento en que el proyecto murió tras el estallido de la Guerra Civil Americana en 1861.

Con la creación de la Confederación, hecha de los siete primeros estados escindidos, Judah Benjamin renuncia al congreso y regresa a Nueva Orleáns. El presidente Jefferson Davis elige a Benjamin como Procurador general y posteriormente como Secretario de Guerra.

Como Secretario de Guerra, Benjamin era responsable de un territorio acosado por la guerra que se extendía desde Virginia a Texas. Era su trabajo supervisar al ejército confederado, alimentarlo, suministrarlo y armarlo, en un país naciente sin casi ningún fabricante de armas. En consecuencia, Benjamin veía su trabajo estrechamente ligado a los asuntos exteriores, ya que la Confederación dependía de las importaciones para abastecer a sus tropas. Davis había determinado una estrategia de “guerra defensiva”: la Confederación esperaría la invasión por el Norte, luego buscaría derrotar a sus ejércitos hasta que Lincoln se cansara de enviarlos. Davis y Benjamin trabajaron muy cercanos, y como Davis llegó a darse cuenta de que su subordinado era leal tanto a la Confederación como a Davis personalmente, dio total confianza a Benjamin. Varina Davis, esposa del presidente, escribió: “Fue para mí un espectáculo curioso, la aproximación constante a una profunda amabilidad del Presidente y su Ministro de Guerra. Fue un acercamiento muy gradual, pero aún más sólido por esa razón”.

Posteriormente fue elegido para ser Secretario de Estado, una especie de mezcla entre Secretario de Gobernación y Relaciones Exteriores, desarrollando fuertemente su política exterior con Francia y Gran Bretaña, sin embargo, los generales confederados estaban siendo vencidos uno a uno por los ejércitos de Lincoln. Con un ejército dos y media veces inferior, el General Lee logró la victoria de Antietam, la primera incursión en territorio del Norte que el General Lee agradeció en una carta a los esfuerzos de Benjamin. Lincoln entonces, desesperado por la cercanía del conflicto a Washington, declaró la emancipación de todos los esclavos.

De ahí en adelante, las derrotas de Gettysburg y Vicksburg siguieron, así como al año siguiente la marcha al mar del general Sherman, en la que saqueó y quemó Atlanta así como todos los pueblos y haciendas hasta llegar al mar, destruyendo el corazón productivo de la Confederación así como segando miles de vidas.
Con la caída de la Confederación y el régimen militar en los Estados del Sur, Benjamin debió exiliarse como tantos otros confederados y se convirtió en un importante abogado londinense.