Enlace Judío México.- Barcelona no es cualquier otra ciudad de Europa. No es Londres, París o Berlín, donde los terroristas de ISIS, ese monstruo de mil cabezas, ya han llevado a cabo ataques de masas que reclaman la vida de decenas de civiles inocentes. Barcelona es parte de España, que tiene un estatus especial a los ojos del grupo islámico.

PROFESOR EYAL ZISSER

Hace tres años, cuando la organización terrorista estaba a la altura de su poder y controlaba amplias zonas de Siria e Irak, publicó un mapa del mundo futuro tal como lo imaginaban. Grandes porciones de África, Asia e incluso Europa fueron incluidas en el deseado califato del Estado Islámico. España, o Andalus en árabe, también fue incluido.

Después de todo, los árabes gobernaron sobre España durante casi 700 años (del siglo VIII al XV), lo que explica la demanda de los extremistas musulmanes de reconquistar ese territorio. Al igual que la tierra de Israel y otras partes del mundo antes bajo el dominio del Islam, es imperativo para los extremistas islámicos recuperar España a manos islámicas. A propósito, es curioso que algunas personas todavía se sorprendan de que estos fanáticos musulmanes crean verdaderamente en estas ideologías e ideas de hace más de 1.000 años, y que estén dispuestos a luchar y matar para hacerlo.

España conecta físicamente Europa y África del Norte, convirtiéndola en una vía ideal para los inmigrantes que viajan entre los dos continentes. Los españoles también controlan dos fortalezas históricas en África, las ciudades de Ceuta y Melilla, situadas en la costa norteafricana. Estas ciudades han servido de puerta de entrada a la multitud de inmigrantes que intentan entrar ilegalmente en España, hasta que los españoles erigieron un muro, lo que algunos llaman una valla de separación, para frenar la afluencia de migrantes. No hace falta decir que España fue una de las más fuertes en condenar el muro de seguridad de Israel, construido para frenar el terrorismo palestino durante la Segunda Intifada.

Hace unos 30 años, unos 200.000 musulmanes vivían en España. Hoy el número supera ya un millón, y pronto alcanzará los 2 millones. Estos inmigrantes musulmanes viven al margen de la sociedad española y luchan por integrarse. La crisis de identidad de la generación más joven genera frustración y ha empujado a muchos hacia el radicalismo musulmán. Por toda Europa, este mismo proceso exacto ha tenido lugar en otras comunidades musulmanas, resultando en partidarios de ISIS y terroristas que toman las armas.

En Siria e Irak la organización está en retirada, y pronto se destruirá el “estado” que pretendía crearse alrededor de las ciudades de Mosul y Raqqa. Pero eso no ha impedido que las masas de fans de ISIS sigan matando en su nombre. De hecho, los ataques suicidas como el que vimos en Barcelona la semana pasada no requieren una planificación meticulosa, grandes presupuestos o capacidades organizativas. Todo lo que se necesita es un puñado de terroristas que se despiertan por la mañana y decidan llevar a cabo un ataque.

La erradicación de la capacidad organizativa del Estado islámico para incitar, dirigir o asistir logísticamente a estos asaltos dificultará la realización de sofisticados ataques, pero la lucha contra pequeños grupos de terroristas solitarios requerirá tiempo y paciencia. En general, cuanto más golpes soporta ISIS, más razón tiene para cometer tantos ataques como sea posible, tanto como venganza como para demostrar que su ideología sigue siendo fuerte a pesar del ruinoso estado físico del grupo.

Europa debe apretarse los dientes y continuar luchando aún más contra el terror y el extremismo que lo nutre. Al mismo tiempo, sin embargo, tiene que encontrar una manera de lidiar con la desesperación económica y social entre las poblaciones inmigrantes que inunda sus ciudades.

Fuente: Israel Hayom – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico