Enlace Judío México – En el marco de la Primera Feria Internacional del Libro Judío, que se realizó en el Centro Cultural Bella Época de la Colonia Condesa se realizó un homenaje a Primo Levi, en el cual participó la escritora mexicana Myriam Moscona.

Su trabajo ha sido incluido en más de cuarenta antologías de México y de otros países, su poesía se ha traducido al inglés, portugués, francés, italiano, búlgaro, ruso, alemán, hebreo, sueco, holandés y árabe. Una colección de su poesía visual forma parte de los archivos especiales de la Universidad de California en Irvine.

Ha tenido a su cargo diversas columnas periodísticas, tanto en diarios como en revistas especializadas. Fue conductora del noticiario cultural de la televisión pública mexicana Nueve Treinta, ahora Siete en Punto (Canal 22), y encargada del programa de radio del Instituto Nacional de Bellas Artes. Además es integrante del Sistema Nacional de Creadores de México. Durante la presentación, su forma de narrar, su entonación, nos transportaba a todos a la época de la que hablaba. En varias ocasiones pudimos escuchar el quebranto de su voz ante la emoción de lo relatado. La autora narró de forma emocionante la historia, vida y vivencias de Primo Levi. Nacido en Turin, Italia. Era químico. Fue apresado por los nazis y transportado a Auschwitz, de donde salió vivo.

Durante más de cincuenta minutos Moscona nos emocionó con su narrativa, al terminar, muchos además de aplaudirle nos quedamos sentados sin saber qué decirnos unos a otros.

Les presentamos un capítulo de la excelente presentación de Moscona.

AUSCHWITZ
Si esto es un hombre, escrito a su vuelta en Turín, tras la liberación. La enorme necesidad. El libro nace a partir del material recopilado para un informe técnico encargado por los aliados tras la liberación del campo: la obra vio la luz pública con dificultades en Italia en 1947. Es allí donde había llevado su manuscrito con grapas en el costado izquierdo. ¿Recuerdas que te lo dije, no? Y ya lo sabes, Primo Levi, era joven cuando cayó prisionero, doctor en química. Ahora había vuelto a su ciudad y siempre, no como un buscador de salario, sino como un hombre que ejerce una pasión, volvió a su misma especialidad (…) Era una profesión elegida, amada, y también la que lo salvó de la selección en los campos, la que le permitió trabajar en Auschwitz III (Monowitz), en el complejo químico más importante no sólo de Alemania, también del mundo, durante la época de la Segunda Guerra Mundial. Sus conocimientos de química lo mantuvieron fuera de las cámaras de gas tras un tenso y sádico examen aprobado, finalmente, aprobado, mientras sus compañeros de barraca, uno a uno iban desapareciendo. Habla Levi:
Poco a poco, prevalece el silencio, y entonces, desde mi litera que está en el tercer piso, se ve y se oye que el viejo Kuhn reza, reza en voz alta, con la gorra en la cabeza (…) Kuhn da gracias a Dios porque no ha sido elegido.
Kuhn es un insensato. ¿No ve, en la litera de al lado, a Beppo el griego que tiene veinte años y pasado mañana irá al gas, y lo sabe, y está acostado y mira fijamente a la bombilla sin decir nada y sin pensar en nada? ¿No sabe Kuhn que la próxima vez será la suya? ¿No comprende Kuhn que hoy ha sucedido una abominación que ninguna oración propiciatoria, ningún perdón, ninguna expiación de los culpables, nada, en fin, que esté en poder del hombre hacer, podrá remediar ya nunca? Si yo fuese Dios, escupiría al suelo la oración de Kuhn.”