Enlace Judío México – El proyecto del campamento “Fútbol para la paz” que se realiza en una zona árabe del norte de Israel trata de unir año a año la población judía y árabe de Israel.

El proyecto nació gracias a Ori Winitzer, quien comenzó la misma idea en los EE.UU. y lo llevó a Israel hace tres años. Desde entonces el campamento ha estado creciendo y popularizándose entre los niños.

Este mes llegaron 75 niños judíos y árabes a Givat Haviva en el área norteña de Wadi Ara, donde pasaron 3 días en un campamento de verano enfocado al fútbol.

Entre los diversos partidos amistosos y entrenamientos que se realizaron, el personal del campamento les ofreció charlas sobre la amistad, el amor y la solidaridad posible entre ambas sociedades, la judía y la árabe musulmana.

De la misma manera aprendieron sobre la religión y la cultura del otro a través de talleres con temática deportiva.

En el último día del campamento, se realizó un convivio entre los padres de los niños judíos y árabes y con representantes de las embajadas de Alemania, EE.UU., Canadá y Argentina, a quienes los niños representaron en el mini torneo que se realizó en el campamento.

La mayoría de los niños árabes, que en su mayoría estaban en su etapa final de primaria, provinieron de las localidades árabes de Baqa Al-Garbiyeh, Barta’a, Iksal y Kafr Qara. Lo niños judíos provenían principalmente de las localidades de Pardes HannaKarkur y de Gan Hashomron. Todas localizadas al norte de Israel.

“El fútbol es una herramienta que usamos reunir a dos grupos más cerca. Cuando juegas un deporte y divides a los niños en equipos mixtos, los niños olvidan que hay una diferencia entre judíos y árabes, y solamente quieren vencer al otro rival.

“Toma algún tiempo reunirlos, ya que provienen de hogares con sentimientos sospechosos y de incomodidad, pero esto tiene sentido.

“Para la mayoría de ellos, esta es la primera vez que conocen a niños de la otra sociedad. Y muchos no entienden por qué tendrían que tener una conexión con esos niños, a quienes sienten alejados ya que no tienen nada en común.

“Pero después de unas horas de presentaciones y de actividades, se dan cuenta de que tienen mucho en común, y para el final del día terminan intercambiando sus números celulares” comenta Zakaria Mahameed, director del campamento.

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