Enlace Judío México – El rey Felipe VI encabezó en Barcelona la manifestación contra el terrorismo, a la que acudieron medio millón de personas, bajo el grito: “No tengo miedo” (No tinc por, en catalán), después de los atentados del pasado jueves 17 de agosto, que dejaron 15 muertos y más de 120 heridos en Cataluña.

Ésta fue la primera vez que un rey participa en una manifestación en la historia de la democracia española, si bien Felipe VI encabezó la de Madrid de 2004, cuando era príncipe, tras los atentados del 11 de marzo de ese año en la capital, que causaron 193 muertos y más de mil 700 heridos.

Antes de comenzar, Felipe VI aplaudió a los miembros de la policía catalana para agradecer su actuación, así como la de los servicios de emergencias y los cuerpos de seguridad del Estado (Policía Nacional y Guardia Civil).

Al monarca le acompañó el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, el presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, entre otros numerosos altos cargos y líderes de partidos políticos.

Tras la cabecera desfilaron familiares de víctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils (noreste), y una delegación de organizaciones que trabajan a favor de la paz, contra el racismo y en defensa de los derechos humanos.

El eslogan de la manifestación, gritado repetidamente, los centenares de rosas rojas, amarillas y blancas –colores de la bandera de Barcelona–, repartidas durante la marcha y los aplausos a los cuerpos de seguridad y emergencias se convirtieron en el símbolo de esta movilización ciudadana contra el terrorismo.

“Estamos aquí para mostrar nuestro pésame a quienes han perdido a familiares o seres queridos y también para demostrar que no tenemos miedo, que saldremos adelante y que no podrán con nosotros”, explicó a la prensa Montserrat, una de las manifestantes”.

La marcha terminó en la emblemática Plaza de Cataluña, justo al lado de donde uno de los terroristas mató con una furgoneta a trece personas e hirió a más de un centenar.

Se interpretó el famoso El cant dels ocells (El canto de los pájaros), una canción tradicional internacionalizada por el difunto violonchelista catalán Pau Casals como un himno de paz y libertad durante la dictadura de Francisco Franco (1939-1975).

Además, se leyeron textos de los escritores españoles Federico García Lorca y Josep Maria de Sagarra.

“No consentiremos que nos humille ni venza el terrorismo”, rezó el manifiesto leído por la actriz catalana Rosa Maria Sardá y la portavoz de la fundación Ibn Battuta, Míriam Hatibi”.

“Porque cuando ellos golpean –prosiguió el manifiesto–, en lugar de dividirnos nos encuentran más unidos que nunca en la defensa insobornable de la libertad y la democracia desde nuestra diversidad de culturas y creencias”.

“CINISMO”

No obstante, grupos favorables a la independencia de Cataluña recibieron con algunos abucheos tanto al rey como al presidente Mariano Rajoy. Podían verse, de hecho, banderas independentistas, aparte de las de España, y algunos carteles críticos con la monarquía y el gobierno español. “¡Vuestras políticas, nuestras muertes!”, coreaban los manifestantes independentistas.

Me parece un acto de cinismo supremo que vengan”, decía Josep-Anton Monfort, de 64 años, traductor jubilado, denunciando las relaciones diplomáticas y comerciales del Estado español con países como Arabia Saudita.

España espera vender próximamente cinco buques de guerra a Riad por más de dos mil millones de euros.

Arabia Saudita, de donde procedían 15 de los 19 autores de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, combate a los yihadistas en su propio suelo, pero es acusada regularmente de vínculos con radicales religiosos. Los separatistas, que dirigen el gobierno regional catalán, están profundamente enfrentados con el gobierno de Rajoy por su deseo de celebrar el 1 de octubre un referéndum sobre la independencia, que según Madrid es ilegal y no tendrá lugar.

UN JUEVES DE HORROR

Al volante de una camioneta blanca, el jueves 17 de agosto un joven marroquí embistió el paseo peatonal de las turísticas Ramblas y arrolló a cientos de personas matando a 13 e hiriendo a 120 de 35 nacionalidades.

Después mató a puñaladas a un automovilista para escapar en su vehículo. La policía lo localizó y abatió el lunes a unos 50 km de la ciudad.

Mientras tanto, sus compañeros, cinco muchachos marroquíes de 17 a 24 años que crecieron en Ripoll, un apacible pueblo de los Pirineos, intentaron otro atropellamiento masivo en una pequeña localidad costera, Cambrils, matando a una mujer antes de ser abatidos por la policía.

El Estado Islámico (EI) reivindicó los atentados de Barcelona y Cambrils, organizados por una célula de una decena de hombres, al parecer, adoctrinados por el imán de Ripoll, quien murió junto a otro integrante cuando explotaron por accidente las bombas que estaban preparando.

Con ellas, determinó la investigación, pretendían cometer atentados mucho más mortíferos contra grandes monumentos como la emblemática Sagrada Familia.

“Hay que saber distinguir entre el islam y los yihadistas”, afirmó Saray Goméz, de 18 años, quien vende flores frente al lugar donde la camioneta terminó su macabro recorrido. “Hay que mandar un mensaje de unidad y paz porque los terroristas lo que quieren es que odiemos, como ellos nos odian”, agregó.

Fuente: Excelsior