El Hajj y la lucha por la hegemonía islámica

Enlace Judío México.- La disputa étnica entre suníes y chiíes se compara con la disputa política saudí-iraní, la disputa ideológica entre los wahabitas y la Hermandad Musulmana, y la disputa histórica entre Turquía y Arabia Saudita. Es probable que las tensiones por la hegemonía islámica que surgen de estas disputas lleguen a una ebullición en el Hajj 2017.

TTE. CNEL. (RES.) DR. MORDECHAI KEDAR

El miércoles 23 de agosto del 2017, es el primer día de Zhu–l-Hijjat, el mes musulmán en el cual tienen lugar dos eventos importantes: la peregrinación a La Meca, uno de los más centrales de los cinco mandamientos islámicos; y la Festividad del Sacrificio, Id al-Adha. Este mes es notable en el mundo musulmán como resultado de su contenido religioso, pero también debido a los aspectos políticos que acompañan ese contenido.
Es bien conocido que en el Islam no puede haber ninguna separación entre religión y estado, entre factores religiosos, cuestiones públicas, y política.

Las ceremonias del Hajj en La Meca y sus entornos duran nueve días, desde el primero al nueve del mes, con cada día teniendo sus propios rituales específicos. El décimo día marca el inicio de Id al-Adha, la festividad del sacrificio, la cual dura cuatro días, hasta el 130.

La Casa de Saud se nombró “guardián de los lugares santos” en 1925 cuando asumió el control del Hajj. Dirige el Hajj con mano dura, asegurando que todos los peregrinos observen los rituales en la forma tradicional islámica como es interpretada por la monarquía saudí. Este hecho es de gran importancia, porque prueba que el gobernante saudí, y ningún otro, es la figura más importante en el mundo islámico.

La decisión sobre cuándo comienza el mes de Hajj es un ejemplo de este poder. El primer día de cada uno de los meses que conforman el año islámico es establecido por la corte de Sharia en cada país, usando el testimonio de testigos que ven la luna nueva con sus propios ojos y atestiguan en la corte.

Eso naturalmente lleva a que los meses y el día de ayuno de 30 días de Ramadán comiencen en días diferentes en varios países, porque si está nublado y no se puede ver la luna en un país específico, el mes tiene 30 días, mientras que en algún otro lado podría ser de apenas 29 días de duración. Ese es el motivo por el cual el Ramadán, que inicia el primer día del noveno mes del Hajj, no comienza el mismo día en todas partes en el mundo islámico.

Además, hay ciudades, tales como Bagdad, donde hay residentes tanto suníes como chiíes con tribunales separados. A veces los suníes comienzan un nuevo mes el último día del mes anterior para los chiíes que viven en la misma ciudad o viceversa, dependiendo de las diferentes decisiones de sus respectivas cortes. Esto es más conspicuo durante el Ramadán, cuando una secta comienza a ayunar mientras las otras están todavía comiendo; entonces, a fines del mes, cuando comienza la festividad de Id al Fitr, el primer grupo celebra con comida y bebida mientras el segundo está aún ayunando.

El mes del Hajj difiere de otros meses porque el mundo islámico entero toma parte en la peregrinación y tiene que aceptar el calendario saudí a fin de participar en las ceremonias dependientes de la fecha. Esto incluye a los chiíes, quienes se rehúsan a reconocer la hegemonía saudí sobre los sitios santos islámicos pero no tienen más opción que aceptar el dictado saudí.

Los saudíes sacan ventaja de su poder y tensan la unión del Islam lograda durante el período de su control. Hubo años en que los chiíes, principalmente los iraníes, se negaron a aceptar el control saudí y llevaron a cabo rituales extraños a la tradición suní, llevando a alborotos y muertes de un gran número de peregrinos.

Las tensiones crecientes entre Irán y Arabia Saudita como resultado de sus grandes conflictos por Siria, Yemen, Irak y Líbano causaron que el Líder Supremo de Irán, Ayatola Khamenei, temiera un baño de sangre en el Hajj del 2016. Él, por consiguiente, mudó el sitio de peregrinaje a Karbala, Irak, donde en el año 680 D.C. fue decapitado Hussein ben Ali, el nieto de Mahoma, por el ejército del califa suní Yazid ben Mu’awiya. Un millón de peregrinos iraníes llegó a Karbala y celebró la festividad en memoria de Hussein ben Ali.

Los sabios suníes, incluido el jeque egipcio Alazar, dieron a conocer opiniones criticando la medida iraní, acusando a Khameini de profundizar el cisma en el Islam. Otros suníes, en su mayoría saudíes, dijeron que los chiíes habían seguido al diablo no a Alá, al mudar el Hajj de Meca
La importancia de este comentario es que da a entender que los chiíes no son parte del Islam y su sangre puede ser derramada con impunidad. La disputa del año pasado echó combustible sobre el incendio del odio intra-islámico y sobre las guerras entre Arabia Saudita, representando a los suníes, e Irán, representando a los chiíes.

¿Qué podemos esperar para este año cuando se acerca el Hajj a Meca? No sé, pero no me sorprenderé si la tensión política entre los saudíes e Irán, particularmente después de las derrotas del ISIS suní, las victorias del Hezbolá chií, y los movimientos de Irán dentro de Irak, Siria y Líbano, encuentra un punto de salida durante el Hajj. Podría ser en la forma de un boicot chií a La Meca o de violencia saudí contra los chiíes que intenten visitarla.

En junio, Jerusalén se volvió el sitio de la lucha (“ribat”) entre el Islam, la religión que espera tomar el lugar del Judaísmo y la Cristiandad, y el Judaísmo, el cual está en el medio de un retorno a su estatus anterior como una religión viviente y que vale la pena. El trasfondo de la lucha es la renovación de la soberanía judía sobre el Monte del Templo. Durante el corto período de las manifestaciones musulmanas por el derecho a ingresar a la Mezquita Al Aqsa sin los controles de seguridad “judíos”, la voz de Arabia Saudita estuvo conspicuamente ausente.

La razón para el silencio saudí fue el miedo que la Hermandad Musulmana y aquellos sobre quienes ellos tienen influencia elevarían la Mezquita Al Aqsa a un nivel de importancia que podría disputar la centralidad de Meca en el Islam.
Este plan ha sido escuchado en pronunciamientos mediáticos de la Hermandad Musulmana. En el 2012, por ejemplo, Safwat Higazi, el portavoz principal de la Hermandad Musulmana en Egipto, dijo que la capital del Califato Islámico que puede unir a todas las naciones árabes “no es Meca, ni Medina, ni Cairo, sino Jerusalén:”

Un pronunciamiento similar fue hecho en el 2014, en una manifestación en Jerusalén, por parte de Kamal Khatib, Jefe Adjunto de la Filial Norte del Movimiento Islámico en Israel, dirigido por el Jeque Raad Salah.

El mismo Jeque Raad Salah declaró que tiene intención de traer agua de la fuente Zamzam en La Meca para echar en la cisterna del Monte del Templo a fin de santificar la Mezquita Al Aqsa con la santidad de La Meca. Los saudíes ven esto como competencia inaceptable y no permitieron a Salah asistir al Hajj a Meca.

El desafío de Jerusalén a Meca es también evidente en el boicot que los saudíes han declarado a Qatar. Qatar apoya públicamente a vástagos de la Hermandad Musulmana, tales como Hamas, para quienes la lucha por Jerusalén y Falestin – a la cual ellos llaman Aknaf Bayt al-Maqdis, o “los sectores de Jerusalén” – es la razón de ser.

Qatar ha puesto incluso a un lado quinientos millones de dólares para el propósito de quitar a Jerusalén de adentro de las fronteras de Israel. Está usando esos fondos para comprar a los medios de comunicación, figuras políticas y a organizaciones como UNESCO.

Erdoğan de Turquía también está desempeñando un rol en la lucha por la hegemonía islámica trabajando en forma incesante para fortalecer su estatus como el Sultán todopoderoso trayendo a Turquía de regreso a su estatus previo a la Primera Guerra Mundial. Las aspiraciones hegemónicas de Erdoğan chocan con los saudíes en puntos de recuerdo musulmán. Ellos saben muy bien que por 400 años, Turquía gobernó el Hijaz – el territorio que incluía Meca y Medina – hasta que fue derrotada por los herejes cristianos (o sea, los ingleses). Los vencedores entregaron rápidamente el Hijaz (Irak y la Palestina histórica, la cual incluye a la Jordania de hoy día) a los árabes que habían cooperado con ellos, apuñalando a los turcos por la espalda. Hoy, no es sorprendente, Erdoğan apoya a Qatar, el país al que los saudíes están tratando de poner de rodillas.

La sensibilidad saudí por el Hijaz se deriva del hecho que la familia gobernante Al-Saud no es originalmente de la parte del Hijaz situada en el oeste de la Península Arábiga, sino de los Altos de Najd localizados en el centro. Ellos conquistaron el área en 1925 de los Notables de Sharif, quienes afirman ser descendientes directos de Mahoma. Esta historia echa una sombra sobre la legitimidad de la familia Saud, y es la razón por la que el rey saudí se llama a sí mismo “Protector de los sitios santos” – un título que se propone otorgarle estatus islámico “kosher.”

Sin embargo, mucha gente en el mundo suní no compra eso. Ellos no aceptan por completo el derecho de la familia Saud a gobernar y obligar que sus tradiciones wahabitas sean la norma en sitios que son santos para todos los musulmanes.

Los saudíes invierten grandes sumas para mantener los sitios como para obtener legitimidad para su control sobre Meca y Medina. Ellos construyen rutas, puentes, y ferrocarriles para asegurar la comodidad y seguridad de los dos millones de musulmanes. Arabia Saudita también importa cientos de miles de ovejas, principalmente de Australia, y las entrega a los peregrinos para la festividad celebrada el décimo día del mes de Hajj.

El mes próximo, es probable que el Hajj lleve a un punto de ebullición las tensiones por la hegemonía islámica, ya que la disputa étnica entre suníes y chiíes se corresponde con la disputa política entre saudíes e iraníes, la disputa ideológica entre wahabitas y la Hermandad Musulmana, y la disputa histórica entre Turquía y Arabia Saudita.

Esperemos que estas diferencias profundas no lleven una vez más a peregrinos muertos y heridos, la mayoría de quienes llegan sólo a fin de estar cerca de Ala, cuidar los mandamientos fundamentales conectados con el Hajj, y obtener perdón por sus transgresiones. Ellos no están interesados en las consideraciones étnicas, políticas, ideológicas e históricas; todo lo que desean es acercarse más a los cielos, cuidar los mandamientos de Alá, y hacer su voluntad.

Deseo a los peregrinos a Meca Haj mabroor wa-saiy mashkoor wa-dhanb maghfoor – una fiesta pura, corazones llenos de gratitud, y pecados perdonados. Que retornen a salvo a sus hogares.

*El Teniente Coronel (res.) Dr. Mordechai Kedar es un investigador principal asociado en el Begin-Sadat Center for Strategic Studies. Se desempeñó por 25 años en la inteligencia militar de las FDI especializándose en Siria, discurso político árabe, medios de comunicación masivos árabes, grupos islámicos, y árabes israelíes, y es un experto en la Hermandad Musulmana y otros grupos islámicos.

 

Fuente: The Begin-Sadat Center for Strategic Studies
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México

 

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