Enlace Judío México.- El periodista culinario Gil Hovav habló sobre la gastronomía de su país en su visita a Uruguay.

I.GUIMARAENS

“Las personas creen equívocamente que la religión en Israel es el judaísmo pero no, es el hummus“, dijo el periodista y crítico gastronómico Gil Hovav (55) durante su visita a Uruguay, en una declaración que resume parte del humor y encanto que lo han convertido en un foodie –un aficionado a la comida– popular de Israel. “Creemos en el hummus, vivimos por él y peleamos por él”, aclaró al referirse a este puré de garbanzos, un plato típico de Medio Oriente.

Hovav se posicionó como una personalidad de Israel gracias a su carrera en los medios de comunicación. Trabajó como crítico gastronómico, escribió libros de recetas y hoy está al frente de la compañía editorial y productora audiovisual Toad Communications, que produce programas de radio y televisión.

En su pasaje por Montevideo, Hovav cocinó en vivo –pese a que aclaró que no se considera un cocinero experiente–, brindó conferencias y conversó con El Observador sobre la cocina israelí, el rol actual de los críticos culinarios y su otra militancia: el activismo por los derechos de gays, lesbianas, bisexuales y trans.

¿Qué comió en su estadía en Uruguay?

Hoy me desperté, tuve un desayuno precioso, una amiga y su pareja me llevaron por un tour y querían que comiese asado. Desafortunadamente no me gusta en verdad la carne a la parrilla. La como, pero prefiero algo que haya sido cocinado en una cacerola con salsa. Así que comí goulash y fue de lo más impresionante. Luego comeré chivito y el resto durante mi visita.

Alguien que dedica su vida y profesión a la gastronomía, ¿se cansa de estar rodeado de comida?

Lo amo. De verdad. Una vez un amigo que ya falleció y era un viejo crítico de restaurante en Israel me dio un consejo. Cuando sos un crítico vas a restaurantes seis, siete veces por semana. Le pregunté: “¿No te aburrís?”. Y me dijo: “Cuando voy a un restaurante, ya sea el más elegante o el más pobre, abro la puerta y me digo: ‘esta va a ser la mejor comida de tu vida'”. Después de eso, todo es interesante. No me aburro en absoluto. Es una forma de conocer personas y culturas. Y divertirse. Hay peores trabajos (risas).

¿El trabajo de un crítico gastronómico ha cambiado?

En muchos casos podríamos decir que ya no necesitamos a los críticos gastronómicos. Cuando los medios eran diferentes las personas abrían el diario y decían: “Capaz que una persona sabia y con experiencia me dirá adónde ir (a comer)”. Hoy en día, lo encontrás en internet, Instagram, Facebook. Todos son críticos gastronómicos. Y es bueno, es muy democrático. No es que tenga la receta de la sabiduría conmigo y solo yo sepa de restaurantes. Todos saben. Por otro lado, la comida es más popular hoy en día. Todo es sobre ella. Los chefs son las nuevas estrellas de rock. Es algo muy sexy e interesante y hay mucho con lo que lidiar, pero la propia naturaleza democrática de las redes sociales y el hecho de que cada joven adolescente puede escribir lo que quiere es algo muy bueno y sano.

¿En qué momento se encuentra la cocina israelí?

En primer lugar, la situación de la cocina israelí en el mundo es impresionante. Es el hit. En Nueva York, en Londres, Berlín. Es la cosa más grande, más nueva. A las personas les gusta la cocina mediterránea y luego buscan lo siguiente. La comida israelí es mediterránea pero no solo eso. Es más caliente, fuerte, fresca que la cocina mediterránea con sabores claros y colores fuertes. Es muy buena para Instagram. Es roja, amarilla, anarajada, los colores que le gustan a la tele. Es muy saludable porque la comida es extremadamente light. Usamos menos manteca y crema. Es en base a aceite de oliva, limón, y más cosas saludables. Pero la pregunta es: “¿Tenemos nuestra propia cocina?”. No, no tenemos.

¿Por qué no?

Estamos llegando ahí. Israel es muy joven (como nación), tiene 70 años. Es una sociedad y cultura que todavía está creciendo, buscando su camino. Lo que tenemos es una combinación de una falta de respeto a las reglas y una diversidad en su sociedad. Encontrás platos que son combinaciones de todo, con sabores de Etiopía, Rusia, Sudamérica, Alemania, Estados Unidos y cocina árabe, todo en el mismo plato. De alguna forma, funciona.

¿Por qué decidió difundir la cocina israelí y el activismo LGBT?

Cuando viajo hablo de tres temas: los derechos de la comunidad LGBT, el hebreo y la comida. Cuando las personas leen sobre Israel en las noticias siempre es sobre el conflicto político en el que se encuentra y todavía tiene muchos temas por tratar. Por otro lado, Israel tiene muchas cosas por las que enorgullecerse. En los derechos de homosexuales, Israel es un faro y especialmente en el barrio en el que está, en Medio Oriente. También, cuando lo comparas con Estados Unidos, Europa o Uruguay, Israel es realmente progresivo. No diría que todo es color de rosa. Todavía queda trabajo por hacer incluso en los temas LGBT, y ciertamente en los derechos de los palestinos. Pero por una vez me siento afortunado de vivir en el lugar y en el momento correcto.

 

 

 

Fuente:elobservador.com.uy