Enlace Judío México.- Hezbola, la milicia y partido político libanés, es ahora el actor más poderoso en Líbano. Desde el 2006, el último conflicto declarado de Hezbola con Israel, el grupo ha acumulado equipo militar para rivalizar con el de un ejército formal permanente y evolucionó en el corredor de poder político más importante de Líbano. Para los que ven a Hezbola como una fuerza desestabilizadora, con vínculos tanto con el terrorismo como con Irán, la pregunta es como contrarrestar mejor este ascenso.

JONATHAN SCHANZER, ORDE KITTRIE y ALEX ENTZ

En los Estados Unidos, el Congreso ha tomado en serio el debate. Hay quienes se preguntan si es todavía del interés de EEUU financiar a las Fuerzas Armadas Libanesas (FAL), vistas tradicionalmente como un control sobre Hezbola, dado el dominio del último de los asuntos financieros, militares y políticos de Líbano. Pero cortar a Líbano significa cederlo a Irán, un grave error diplomático y táctico. En su lugar, el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara pronto marcará la Ley de Enmiendas a la Prevención de Financiación Internacional de Hezbola (HIFPAA). Este proyecto de ley incluirá un rango de nuevas sanciones diseñadas para castigar a Hezbola por vínculos con el terrorismo internacional y atacar la actividad financiera local del grupo. Sin embargo, la HIFPAA puede no ir lo suficientemente lejos. Para recortar el ascenso de Hezbola y fortalecer en Líbano a los alineados con los intereses de EEUU, el Congreso debe instar a la Casa Blanca a designar a las regiones controladas por Hezbola como áreas de “preocupación principal por lavado de dinero” en virtud de la Sección 311 del Acta Patriota de Estados Unidos de América.

Esta medida novedosa y decisiva aislaría a las entidades financieras que operan en territorios que caen bajo el control de Hezbola, incluidos sur de Líbano, Valle de Beqaa y el suburbio Dahiyeh de Beirut, prohibiendo las relaciones de corresponsalía entre ellas y cualquier institución que usa el sistema financiero de EEUU. La naturaleza de base amplia de una designación de la Sección 311 la hace más potente que las sanciones selectivas incluidas en el actual proyecto de ley HIFPAA. Aparte, al aplicar específicamente y exclusivamente la Sección 311 a áreas de Líbano bajo control de Hezbola, Estados Unidos señalaría su apoyo a elementos en el estado que han resistido los intentos de Hezbola por asumir el control.

La idea de usar la Sección 311 para sancionar a un área geográfica subestatal es nueva, pero es enteramente defendible. La Sección 311 ha sido usada para sancionar a estados en cinco ocasiones: Nauru y Ucrania en el 2002, Burma en el 2003, Irán en el 2011 y Corea del Norte en el 2016. Aunque no ha sido usada para sancionar a geografías subestatales, el léxico de su redacción autoriza al Tesoro a seleccionar una “jurisdicción” para tomar como blanco. El Acta Patriota deja abierta la definición de ese término. En forma alternativa, la Sección 311 autoriza la sanción de instituciones financieras especificadas, clases de transacciones, o tipos de cuentas, incluidas presuntamente todas las localizadas dentro de un área geográfica especificada. Usar la Sección 311 para tomar como blanco para sanciones áreas controladas por Hezbola no viola por lo tanto la letra ni el espíritu del Acta Patriota.

Algunos argumentarán, con razón, que la repercusión económica y política asociada con esta acción podría ser enorme. Por ejemplo, tanto el primer ministro como el presidente libanés han expresado escepticismo acerca de la necesidad de nuevas sanciones, con el presidente declarando que sanciones nuevas pueden causar “gran daño a Líbano y su gente.” Sin dudas, aplicar la Sección 311 a áreas controladas por Hezbola pondrá en la lista negra a gran cantidad de empresas y bancos, en áreas principalmente chiíes. Eso podría provocar pánico entre la población libanesa, las FAL, y la comunidad bancaria. Pero puede contenerse la repercusión y mitigarse las consecuencias. El Tesoro debe trabajar con el banco central libanés para aislar a filiales bancarias en áreas controladas por Hezbola, protegiendo así la integridad del sistema bancario libanés convencional mientras paraliza las capacidades financieras de Hezbola. El banco central libanés ya prioriza el acceso al sistema financiero internacional, y ha cerrado cuentas vinculadas a Hezbola en el pasado. Con la cooperación del Tesoro de Estados Unidos, la Sección 311 podría de hecho ser dirigida a Hezbola, no a la economía libanesa más generalmente.

Estados Unidos debe tomar medidas urgentes y fuertes si va a apuntalar a esos elementos en Líbano que han resistido el ascenso de Hezbola, un grupo violento con vínculos terroristas y vínculos estrechos con Irán, el más resuelto antagonista de Estados Unidos en la región. De lo contrario, Hezbola y sus partidarios pueden continuar su ascenso constante sin control. La batalla por el futuro de Líbano está en marcha; ahora depende del Congreso unirse efectivamente.

Fuente: Foreign Affairs
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México