Enlace Judío México – Después de haber perdido un bastión tras otro en Siria e Irak, el grupo Estado Islámico ha encontrado un lugar donde puede alcanzar logros y meter en problemas a Hamas frente a Israel. Por otro lado, mientras decide si responder al fuego estratégico de cohetes de ISIS, Israel hace la vista gorda a las enormes cantidades de armas y fuerzas que el ejército egipcio está introduciendo en la península.

RON BEN-YISHAI

El Estado Islámico realizó un doble movimiento estratégico en la zona del Sinaí esta semana. Primero disparó cohetes contra una zona poblada de Israel cerca de Gaza, y varias horas después lanzó un gran ataque contra el ejército egipcio en el área de Sheikh Zuweid, cerca de El-Arish.

Estas dos operaciones, que el grupo ha reivindicado, tienen dos propósitos: uno, demostrar que a pesar de haber sido golpeado y expulsado de sus bastiones en Siria e Irak, el Estado Islámico sigue vivo y coleando; dos, perturbar el acuerdo de reconciliación de Hamas con Fatah y sus estrechas relaciones con Egipto.

Tanto el acuerdo de reconciliación entre ambas facciones palestinas, como el pacto de cooperación con Egipto, contradicen los intereses de ISIS. Por lo tanto, el lanzamiento de cohetes contra Israel, cerca de Gaza, tiene por objeto aumentar las tensiones y quizás provocar una escalada y un conflicto militar activo entre la organización terrorista en el enclave costero e Israel.

Otro propósito de la estrategia de ISIS es atraer a activistas que huyen de Siria e Irak y buscan una nueva área de actividad en nombre del Estado Islámico y su ideología salafista.

ISIS se ha visto forzado a abandonar dolorosamente una parte clave de su ideología religiosa, que lo separa de al-Qaeda y otros grupos salafistas: la idea del califato. Ha perdido el territorio que capturó en Siria e Irak, en el que su líder declaró el “califato”. En Iraq, el área fue conquistada por las fuerzas del gobierno con el apoyo de los estadounidense, los kurdos y las milicias chiítas enviadas por Irán. En Siria, el territorio fue capturado principalmente por una milicia árabe kurda respaldada por Estados Unidos.

La idea del califato fue uno de los elementos que le permitió a ISIS formar un gran capital como resultado de esclavizar a la población local, vender el petróleo de los pozos que capturó, exigir rescate por rehenes e imponer impuestos a la población. Ahora todo esto se le escapa de las manos y amenaza con desaparecer. ISIS está perdiendo un bastión tras otro en el área que había definido como su califato, y estos lugares también están siendo ocupados por el ejército sirio con el apoyo de Rusia e Irán.

Canales alternativos

La Dirección de Inteligencia de las FDI ha estimado desde hace mucho tiempo que, bajo estas circunstancias, ISIS buscará dos canales alternativos. El primero son ataques masivos en Europa Occidental, Norteamérica y África, que son llevados a cabo no sólo por miembros del Estado Islámico que han vuelto o han huido de Siria e Irak, sino también por ciudadanos locales inspirados por la actividad en la redes sociales de la organización. Estos “ataques inspirados”, como se les llama en occidente, permiten a ISIS seguir ganando prestigio y simpatizantes a pesar de los golpes que ha sufrido en Medio Oriente.

El segundo canal es la descentralización de la actividad de ISIS fuera de Siria e Irak. El intento de convertir a Libia en un centro del Estado Islámico ha fracasado, y ahora los miembros de la organización se han quedado principalmente con el área de actividad en el Sinaí y Boko Haram en África.

A pesar de ser una zona limitada en la que el gobierno egipcio está constantemente luchando contra la organización islamista, la península del Sinaí sigue siendo un lugar atractivo donde el Estado Islámico ocasionalmente tiene logros. La organización también amenaza al Canal de Suez y los barcos que lo atraviesan y desde ahí, puede ampliar su actividad hacia Egipto.

Varios líderes beduinos en el Sinaí, principalmente en el sur y el centro de la península, protestaron recientemente por la actividad de ISIS luego de las promesas que han recibido del gobierno egipcio y porque ISIS está amenazando la estructura tribal tradicional de la familia que ha caracterizado a las tribus beduinas en el Sinaí hasta ahora. Los líderes de las tribus lograron restringir la actividad del Estado Islámico en el sur y el centro del Sinaí, pero la organización sigue activa en el norte, perpetrando atentados suicidas y ataques exitosos contra el ejército egipcio y la policía local. Estos ataques no sólo son asesinos sino también sofisticados, y debido a que se llevan a cabo en varios lugares simultáneamente, han provocado varias bajas a las fuerzas de seguridad egipcias.

Egipto está operando su fuerza aérea y sus fuerzas armadas en el Sinaí de manera ilimitada, mientras Israel hace la vista gorda ante las enormes cantidades de armas y fuerzas que Egipto está introduciendo en el Sinaí, en contradicción con el apéndice de seguridad del acuerdo de paz entre ambos países. Recientemente, Egipto también logró llegar a un acuerdo con Hamas, desconectando a ISIS de su respaldo logístico ideológico y de la ruta que solía tener para evacuar a los activistas heridos en la Franja de Gaza.

Bajo su nuevo líder Yahya Sinwar, Hamas prefiere aliviar la angustia de los habitantes de Gaza, llegar a un acuerdo con Egipto y firmar un pacto de reconciliación con el presidente palestino Mahmoud Abbas en lugar de continuar la alianza y la ayuda brindada a la organización. Esa es la razón por la que ha intensificado las medidas de seguridad en la ruta de Filadelfia y está evitando que miembros del Estado Islámico se muevan dentro y fuera de la Franja de Gaza. También ha optado por incrementar las detenciones de activistas de las organizaciones salafistas afiliadas a ISIS dentro de la franja.

Como resultado, ISIS siente la necesidad de actuar contra los enemigos de su rama en el Sinaí – Egipto, que está luchando contra la organización sin mucho éxito, y Hamas, que actualmente coopera con Egipto en un intento por mejorar la vida de los habitantes de Gaza.

La operación del domingo por la noche trajo a ISIS lo que esperaba, al menos a corto plazo. El cruce de Rafah, que había estado cerrado por cuatro meses, no se abrió el lunes por la mañana, y los residentes de la franja no pudieron cruzar a Egipto o regresar a Gaza. El segundo logro es el lanzamiento de cohetes contra Israel, que aumenta el prestigio de ISIS en el mundo musulmán y fortalece su imagen como una organización que lucha no sólo contra los musulmanes, sino también contra los judíos y otros herejes.

Israel enfrenta un dilema. La práctica actual es que, ante cualquier ataque o infiltración en territorio israelí, desde Siria o desde la Franja de Gaza, el gobernante en esa zona es declarado responsable y las FDI toman represalias. Por ejemplo, el fuego desde Siria como resultado de la guerra civil provoca ataques limitados a los puestos del ejército sirio, y el lanzamiento de cohetes desde Gaza, aunque no sea obra de Hamas, lleva a ataques limitados contra blancos del grupo terrorista.

En el Sinaí, es otra historia. La península es un área egipcia soberana, y los egipcios, especialmente el presidente Abdel Fattah al-Sisi y su gente, temen por la dignidad nacional de su país y no toleran la actividad militar israelí en su territorio, ni siquiera contra el ISIS.

Consciente de la sensibilidad de los egipcios, Israel generalmente evita atacar blancos en la península del Sinaí, siempre y cuando esto no supone un peligro concreto o inminente para israelíes, como en 2012, cuando frustró un ataque terrorista en el área de Kerem Shalom. En tal caso, Israel actúa sin pedir permiso, pero mantiene un perfil bajo para no irritar a los egipcios. Fuentes del Estado Islámico y la prensa extranjera afirman que Israel ataca secretamente a comandantes y centros de ISIS en el Sinaí cuando tiene la oportunidad y la información de inteligencia para hacerlo.

El lanzamiento de cohetes esta semana, que fue un movimiento estratégico por parte de ISIS, no cae en ninguna de las categorías en las que Israel se permite – a pesar de las buenas relaciones que busca mantener con Egipto – participar en actividades militares dentro del Sinaí. Ante ataques desde esta zona, Israel actúa con moderación y permite que los egipcios respondan, especialmente tras las bajas que sufrió el ejército egipcio en el ataque en Sheikh Zuweid el lunes por la mañana.

Lo que sucedió la noche del domingo posiblemente marca el comienzo de una reubicación de la principal actividad militar de ISIS desde Siria e Irak al Sinaí. El establecimiento de defensa israelí ya se está preparando para esta posibilidad.

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