Enlace Judío México.- Corría el mes de enero de 1944, los Aliados, dispuestos a poner fin a la ocupación nazi de Europa, buscan la manera de debilitar a las tropas de Hitler, que desde el inicio de la contienda endurecen sus armas con un mineral extraído directamente de las cuencas del norte de España, el wolframio.

ADRIÁN ARIAS

Exactamente seis meses antes de poner en marcha lo que el mundo conoce ahora como “el día D”, el desembarco en Normandía el 6 de junio de 1944, los líderes aliados mandan un ultimátum al dictador Francisco Franco, o deja de vender wolframio a los nazis o a partir de entonces sería considerado un enemigo de guerra más.

Es esta disputa, tan desconocida en la historia de España, la que ha llevado a la gran pantalla en forma de documental la cineasta gallega Paula Cons en su obra “La batalla desconocida”, proyectada hoy en la sección Doc. España de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) y de la que habla en una entrevista a Efe.

“Si llega a ser por el presidente estadounidense Franklin D. Roosvelt, las tropas aliadas habrían invadido España“, manifiesta tajante la directora del documental, quien explica que fue gracias a la postura más “moderada” del primer ministro británico, Wiston Churchill, lo que impidió que el régimen totalitario de Franco fuese considerado un enemigo más en la Segunda Guerra Mundial y que la disputa finalizara con el cierre de las exportaciones del mineral.

Antes del interés militar nazi por el wolframio, este mineral escaso en la corteza terrestre y con el punto de fusión más elevado de todos los metales, los habitantes de las zonas rurales de Galicia lo utilizaban para “levantar muretes entre las huertas, no valía nada para ellos”.

Pero fueron sus propiedades de endurecimiento de los materiales bélicos las que llamaron la atención a los nazis quienes, obligados a buscar otras explotaciones debido al cierre de los mercados chinos, destaparon en las cuencas mineras del norte peninsular una verdadera “fiebre del wolframio”.

El dinero llegaba rápido, entre las historias que aún perviven en estas zonas aisladas gallegas y recogidas en el documental está la de “aquel señorino que se prendía los cigarros con billetes de mil pesetas” o “las colas que montaban los lugareños para acceder a los hórreos llenos de prostitutas”.

Pero la historia, en muchas ocasiones “no es lo que se cuenta, sino lo que se deja sin contar” y el único régimen filonazi durante la contienda que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial y estuvo en poder hasta 1975 tenía que “lavarse la cara” y “ocultar como fuera” que había mantenido aquellas relaciones comerciales “tan intensas” con el régimen totalitario del Tercer Reich.

“Está totalmente demostrado que el Gobierno de Franco se gastó millones de pesetas en bufetes de abogados y en lobbies estadounidenses para ocultar sus relaciones con los nazis en la Segunda Guerra Mundial”, manifiesta la directora del documental, quien también es partidaria de que se revise la implicación de España durante la Segunda Guerra Mundial.

Históricamente, se ha aceptado que España mantuvo una “neutralidad” en la contienda, cuando es más “apropiado” hablar de “no beligerancia”, aunque ese término puede quedar hasta “desfasado”, pues sucesos como esta venta activa de materias primas para la guerra a los nazis evidencia que la implicación de España en la guerra fue “mayor de la que hasta ahora sabíamos”.

Según la teoría de los ‘Seis grados de separación’, cualquier persona de la Tierra está conectada con cualquier otra persona del Globo a través de una cadena de conocidos, en este caso, los pasos que separaban a los mineros gallegos de los líderes mundiales que se disputaban el mundo era incluso bastantes menos.

Pero el dinero que “llegó rápido… rápido se fue” y con esta ‘Batalla desconocida’, Cons ha tratado de mostrar que “no todo sucedió tal y como nos han contado” y que siempre hay espacios, como esta Semana Internacional de Cine para “reescribir nuestra historia”, sentencia la “ilusionada” directora.

 

 

Fuente:lavanguardia.com