Enlace Judío México.- El camión como arma asesina llega a la Ciudad de New York.

THE WALL STREET JOURNAL

El terror regresó el martes a la Ciudad de New York. Después de matar a al menos ocho personas y herir a cerca de una decena con un camión, un hombre saltó gritando, como siempre, “Alau Akbar (Dios es grande).”

Lo que este ataque tuvo en común con asesinatos similares con camiones en Europa es que ocurrió en un lugar normalmente lleno de vida diaria.

Casi una milla al norte del World Trade Center, la ciclovía está generalmente llena de caminantes, ciclistas, corredores y gente en patines.

Repentinamente quedó sembrada de cuerpos rotos, como este año en Las Ramblas en Barcelona, el Puente de Londres y Estocolmo, y en el 2016 en el Día de la Bastilla en Niza y en el mercado de Navidad en Berlín. La historia recordará al Estado Islámico y a sus vástagos y reclutas a larga distancia principalmente por su cobardía homicida.

Cualquier gran ciudad, sus calles y aceras llenas de gente, es vulnerable, y especialmente la Ciudad de New York. Los turistas llegan por millones a la ciudad en gran parte debido a que todo rincón de la ciudad está lleno de vida a toda hora. Sus barrios eternamente distintos son su mejor espectáculo. Tribeca, adonde sucedió este ataque, es uno de ellos.

La mayoría de los neoyorquinos ven como un pequeño milagro que el éxito del terrorismo en la ciudad haya sido mínimo. Por supuesto, no es un milagro. Proteger el extenso cuadro recae sobre el Departamento de Policía de New York (NYPD), y debe destacarse que su historial en los años que siguieron al 11/9 ha sido estelar.

La unidad antiterrorismo del NYPD es un modelo de vigilancia implacable y cooperación con las agencias de seguridad en Estados Unidos y en Europa. La vigilancia y cooperación son las dos herramientas indispensables en asegurar que el mundo del terrorista siga siendo anormal.

 

 

Fuente: The Wall Street Journal

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.

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