Enlace Judío México.- La primera ministra británica Theresa May dice que no se disculpará ‘en absoluto’ por un documento histórico; critica el movimiento BDS y los esfuerzos para arrojar dudas sobre el derecho de Israel a existir

Este es el texto del discurso de la Primera Ministra británica Theresa May en una cena celebrada el 2 de noviembre de 2107 en Londres que conmemora el 100 aniversario de la Declaración Balfour.

Lord Rothschild, Primer Ministro Netanyahu, Gran Rabino, distinguidos invitados, Lords, Señoras y Señores, estoy muy contenta de estar aquí con ustedes esta noche, y de estar con usted, Lord Balfour en esta noche especial, mientras celebramos el centenario de la carta escrita por su tío abuelo: que creo que es una de las cartas más significativas de la historia.

Una carta que dio a luz a un país extraordinario.

Y una carta que finalmente abrió la puerta para ayudar a hacer realidad una patria judía.

Fue una carta que es aún más notable cuando se considera su longitud, su contexto y su sensibilidad.

Primero, fue excepcionalmente concisa, solo 67 palabras y una sola oración.

¡En mi experiencia, tal brevedad no suele ser una característica de las cartas del Foreign Office!

En segundo lugar, debemos considerar el contexto en el que se escribió esta carta.

Retrocedamos mentalmente a 1917. En una era de potencias imperiales rivales y con Gran Bretaña todavía enredada en medio de la Primera Guerra Mundial, la idea de establecer una patria para el pueblo judío habría parecido un sueño lejano para muchos; y ferozmente objetado por otros.

Sin embargo, fue en este momento que Lord Balfour tuvo la visión y el liderazgo para hacer esta declaración profunda sobre la restauración de un pueblo perseguido en una tierra segura.

En tercer lugar, fue una carta que sigue siendo muy sensible para muchas personas hoy en día, pero sin ignorar esas sensibilidades.

De hecho, Balfour escribió explícitamente que “no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina, o los derechos y el estatus político que disfrutan los judíos en cualquier otro país”.

Así pues, cuando algunas personas sugieren que debemos disculparnos por esta carta, digo absolutamente que no.

Estamos orgullosos de nuestro papel pionero en la creación del Estado de Israel.

Nos enorgullece estar aquí hoy junto con el primer ministro Netanyahu y declarar nuestro apoyo a Israel. Y estamos orgullosos de la relación que hemos construido con Israel.

Y mientras marcamos cien años desde Balfour, esperamos llevar esa relación aún más lejos.

Como el Primer Ministro Netanyahu y yo discutimos en Downing Street hoy, queremos profundizar nuestros vínculos en áreas donde Israel lidera el mundo, en áreas como la agricultura, la salud, la ciencia, la tecnología y la innovación.

Israel es la verdadera nación startup y estamos orgullosos de ser su socio.

También seguimos absolutamente comprometidos con la seguridad de Israel.

Porque solo cuando presencias la vulnerabilidad de Israel es que realmente entiendes el peligro constante que enfrentan los israelíes, como vi en mi visita en 2014, cuando se descubrieron los cuerpos de los adolescentes asesinados Naftali Frenkel, Gilad Shaer y Eyal Yifrah.

Por lo tanto, tengo claro que siempre respaldaremos el derecho de Israel a defenderse.

Y en un mundo en el que Gran Bretaña e Israel se enfrentan cada vez más a los mismos retos y amenazas compartidos, tengo la clara idea de que nuestros servicios de seguridad continuarán profundizando su ya excelente cooperación para mantener a toda nuestra gente a salvo.

Así que creo que deberíamos reunirnos aquí esta noche con un gran orgullo por todo lo que hemos logrado, y todo lo que Israel representa como símbolo de apertura, como una democracia próspera; y un faro para el mundo en la defensa de los derechos de las mujeres y los miembros de la comunidad LGBT.

Pero marcar este centenario no es solo acerca de lo que se ha logrado.

Debemos reconocer cuán difícil a veces ha sido este viaje -desde los judíos expulsados de sus hogares en los países árabes en 1948 hasta el sufrimiento de los palestinos afectados y desalojados por el nacimiento de Israel- completamente contrarios a la intención de Balfour de salvaguardar todas estos comunidades.

Y debemos, creo, aprovechar esta oportunidad para renovar nuestra determinación sobre lo que aún debe lograrse.

Por desgracia, Balfour sigue siendo un asunto pendiente, ya que su visión fundamental de la coexistencia pacífica aún no se ha cumplido.

Y creo que hoy nos exige una resolución renovada para apoyar una paz duradera que beneficie tanto a los israelíes como a los palestinos, y en interés de todos nosotros.

Así que estoy encantada de ver al Secretario de Comercio de Estados Unidos Wilbur Ross aquí con nosotros esta noche y, Wilbur, usted puede estar seguro del apoyo incondicional del Reino Unido por los esfuerzos que la administración Trump está haciendo para unir a las partes a fin de alcanzar ese acuerdo de paz.

Un acuerdo de paz que debe basarse en una solución de dos estados, con un Israel seguro y protegido junto con un Estado palestino viable y soberano.

Y seamos honestos: habrá que llegar a compromisos de cada lado si queremos tener una posibilidad realista de lograr este objetivo, incluido el fin de la construcción de nuevos asentamientos y el fin de la incitación palestina también.

Pero mientras trabajamos juntos hacia la visión de Balfour de una coexistencia pacífica debemos ser igualmente claros en que nunca puede haber excusas para boicots, desinversiones o sanciones: son inaceptables y este gobierno no tendrá nada que ver con quienes se suscriban a ellos.

Tampoco puede haber ninguna excusa para el antisemitismo en ninguna forma. Así como no hay excusa para el odio contra musulmanes, cristianos o cualquier persona basado en las religiones pacíficas que eligen seguir, el lugar de nacimiento o el color de su piel.

Y sí, esto significa reconocer que existe hoy una nueva y perniciosa forma de antisemitismo que usa la crítica a las acciones del gobierno israelí como una despreciable justificación para cuestionar el derecho mismo de Israel a existir.

Esto es abominable y no lo defenderemos.

Es por eso que el Reino Unido ha estado a la vanguardia de un esfuerzo internacional para crear una nueva definición de antisemitismo que explícitamente proclama este intento inexcusable de justificar el odio.

Así que permítanme ser clara. Criticar las acciones de Israel nunca es, ni puede ser, una excusa para cuestionar el derecho de Israel a existir, tal como criticar las acciones de Gran Bretaña no podría ser una excusa para cuestionar nuestro derecho a existir.

Y criticar al gobierno de Israel nunca es -y nunca puede ser- una excusa para el odio contra el pueblo judío, yal como criticar al gobierno británico no sería una excusa para el odio contra el pueblo británico.

En pocas palabras, no puede haber excusas para ningún tipo de odio hacia el pueblo judío.

Nunca ha habido, y nunca la habrá.

Y permítanme decir esto también. Nunca olvidaremos a dónde puede llevar ese odio y prejuicio.

Es por eso que es correcto que el Reino Unido cuente con un Monumento Nacional permanente y apropiado para el Holocausto junto al Parlamento junto con un centro de aprendizaje que enseñará las lecciones del Holocausto para la sociedad actual y actuará como una voz contra el odio en el mundo moderno.

Y estoy encantada de que justo la semana pasada, la Fundación Memorial del Holocausto del Reino Unido haya anunciado que Sir David Adjaye, Ron Arad y los arquitectos paisajistas Gustafson Porter y Bowman hayan ganado el concurso internacional de diseño para el centro memorial y de aprendizaje con su concepto evocador de diseño para este nuevo hito nacional en el corazón de nuestra democracia.

Al decir todo esto, no subestimo la escala de los desafíos que enfrentamos juntos.

El desafío de luchar contra el odio en todas sus formas.

El desafío de unir a los pueblos

El desafío de cumplir la visión de Balfour de coexistencia pacífica.

Pero tampoco subestimo la escala del premio que está en juego.

Vi un vistazo de ese premio el sábado pasado cuando asistí a un concierto benéfico con la West-Eastern Divan Orchestra en el South Bank de Londres, una orquesta que reúne a jóvenes músicos israelíes y palestinos, así como a los de otros países árabes para promover la co-existencia y el diálogo intercultural.

Actuaban juntos para recaudar dinero para el Fondo de homenaje Jacqueline du Pre, que ayuda a financiar la investigación de EM.

Y a través de su amor compartido por la música escaparon de las divisorias de su historia para unirse por una causa unida.

En sus acciones, y en muchos otros similares, el espíritu de Balfour sigue vivo.

Así que esta noche debemos inspirarnos en ese espíritu.

Reconozcamos la contribución de Balfour en el cumplimiento de lo que una vez fue un sueño de más de dos mil años para un pueblo perseguido.

Tomemos inspiración de la visión que mostró mientras trabajamos juntos por ese futuro donde árabes y judíos pueden vivir en coexistencia pacífica.

Y al mirar hacia ese futuro, marquemos con orgullo lo que se ha logrado con la creación del Estado de Israel y, en palabras del propio Balfour, “un hogar nacional para el pueblo judío”.

Fuente: The Times of Israel – Traducción: Silvia Schnessel – Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico