Enlace Judío México.- El polémico conferencista fue denunciado dos veces por abuso.

GEORGE CHAYA

“El islam no tiene problemas con las mujeres”, dice en sus conferencias Tariq Ramadan. Sin embargo, pareciera que como muchos otros de sus fieles, él claramente tiene serios problemas con ellas.

La prensa árabe se escandalizó días atrás por las acusaciones que apuntan al polémico conferencista y pensador que se ha visto envuelto en un escándalo derivado de las denuncias de dos mujeres francesas por abuso sexual. Pero para sumar mayores problemas, la investigación podría indicar que no serían solamente dos los casos, podría haber otros incidentes más, según publicó la cadena Al Arabiya.

En una de las denuncias, Ramadan supuestamente abusó de una colaboradora golpeándola y manteniéndola encerrada en su habitación de hotel durante una noche en la que la sometió a “distintos tipos de humillaciones”.

“Mientras más gritaba, más me golpeaba”, dijo la denunciante. Las acusaciones trascendieron pocos días después de que la activista musulmana Henda Ayari, una mujer francesa convertida al islam, presentó una denuncia acusando a Ramadan de atacarla en un congreso de la Unión de Organizaciones Islámicas de Francia (UOIF) en 2014. Henda es muy conocida en los círculos franceses como una ex salafista que ahora trabaja para empoderar a las mujeres musulmanas contra el fundamentalismo promoviendo ideales seculares.

Ayari había escrito sobre el incidente en 2016, cuando publicó su libro J’ai Choisi d’Etre Libre (Yo elegí ser libre), y en ese momento le dio a su victimario el nombre de “Zoubeyr”. Pero las preocupaciones por su seguridad, particularmente cuando Ramadan amenazó la vida de sus hijos, provocaron que la mujer hiciera pública la denuncia. “Había mantenido en silencio el nombre de mi agresor por vergüenza ante mi familia” dijo a la prensa francesa.

Sin embargo, Ayari sintió más valor para denunciar el hecho luego de que las acusaciones contra Harvey Weinstein se transformaran en un movimiento en las redes sociales con el hashtag #metoo. Fue entonces que ella reveló la verdadera identidad de Zoubeyr en su página de Facebook y anunció que había presentado una denuncia ante la fiscalía de Rouen.

Los detalles de lo que Ayari sufrió a manos de Ramadan se parecen mucho a los de la otra denunciante y similares a las historias que Ayari afirma haber escuchado de varias mujeres más: “Insultos, palizas y humillaciones reiteradas no constituyen una buena conducta para un especialista en ética del islam”, escribió en J’ai Choisi d’Etre Libre. “Sin embargo, Ramadan continúa dando lecciones de moralidad islámica y posando como filósofo ilustrado, defensor de un islam moderado”, declaró Ayari ante la Fiscalía.

La palabra “pose” es la definición apta para Ramadan, quien es nieto de Hassan al Banna, fundador del grupo terrorista egipcio Hermandad Musulmana e hijo de Said Ramadan, líder de la Hermandad.

Tariq creció en Suiza, donde se radicó su padre después de haber sido expulsado de su Egipto natal. Habla con fluidez varios idiomas, es profesor en Oxford y en 2004, se le ofreció otro cargo docente en la Universidad de Notre Dame. No obstante, su imagen se deterioró y se generaron grandes dudas sobre su persona cuando salieron a la luz informaciones de agencias de seguridad estadounidenses sobre donaciones que efectuó a organizaciones benéficas que apoyan al grupo terrorista palestino Hamás, por lo que días antes de que Ramadan y su familia se mudaran a Indiana, su visa estadounidense fue revocada.

En 2007, el Gobierno holandés invitó a Ramadan a asesorar sobre los “esfuerzos de construcción de diálogo con el islam”, todo ello inspirado por sus discursos que abogaban por la integración de los musulmanes en Occidente. Pero dos años y un millón setecientos mil euros después, el gobierno de Holanda lo despidió por sus declaraciones contra la homosexualidad y sus entrevistas y apariciones regulares para Press TV, el brazo de propaganda mediática del régimen iraní.

La “pose” de Ramadan le ha dado una reputación, expresó la periodista francesa Caroline Fourest. Sin embargo, Tariq Ramadan tiene una “doble vida”. Y lo demostró en sus charlas sobre la integración de los musulmanes en la cultura occidental cuando se negó a denunciar la lapidación en un debate con el ex presidente francés Nicolas Sarkozy en el año 2003, cuando calificó a los homosexuales de “enfermos y desviados”.

Sobre las mujeres, Ramadan escribió: “Cuando se camina por las calles, la austeridad requiere que siempre bajen la mirada y la fijen en el piso”. Y sobre el islam en la cultura occidental, ha declarado: “Estamos a favor de la integración, pero nos corresponde a nosotros decidir qué significa eso; en lo personal cumpliré las leyes, pero solo en la medida en que las leyes no me obliguen a hacer algo en contra de mi religión”.

 

 

Fuente:infobae.com