Enlace Judío México.- Hace cien años un documento cambiaba la historia de Medio Oriente.

El 2 de noviembre de 1917, durante la Primera Guerra Mundial, a través de la Declaración de Balfour el gobierno británico apoyó de manera pública la propuesta de establecer un territorio judío en Palestina. Sin embargo esta idea no era del todo viable, ya que por aquel entonces esa zona estaba en manos del Imperio Otomano.

La idea de establecer un hogar para el pueblo judío partió del Primer Congreso Sionista celebrado en Basilea en 1897. Si bien muchos pensadores judíos defendieron la idea de establecerse en Palestina desde un comienzo, otros contemplaron la idea de establecer el futuro Estado en otros países.

“El Plan Uganda fue el único plan oficial y serio para establecer un Estado Judío fuera de Palestina”. Explica la profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, Carmen López Alonso. Fue oficial porque el gobierno de Reino Unido en 1903 le ofreció al pueblo una parte del territorio británico en África Oriental. Además de Uganda, el proyecto incluía una parte de Kenia.

Fue ofrecido por el propio Balfour a Jaim Weizmann, quien se convertiría después en el presidente de Israel y en ese entonces era presidente de la Agencia Judía, y al padre de la teoría sionista, Theodor Herzl.

Para otros estudiosos y pensadores, el antecedente del actual Estado de Israel hay que buscarlo en Siberia. Puesto que en 1934 -y gracias a que los dirigentes de ex URSS le dieron un territorio con autonomía cultural a cada una de las naciones que la conformaban- se creó la Región Judía Autónoma de Birobidzhan, en el límite de Rusia con china. A fines de la década del ’30, sus líderes sufrieron las purgas del stalinismo.

Incluso Argentina fue una de las opciones. El propio Theodore Herzl, fundador del sionismo político moderno, consideró la posibilidad de un asentamiento masivo en ese país.

En su libro, “Der Judenstaat”, bajo el título “¿Palestina o Argentina?” Herzl menciona las ventajas de una supuesta elección de Argentina. Allí aclara que “era un vasto territorio vacío en el que no había que expulsar a ningún pueblo ya establecido”. Y ese era precisamente uno de los principales inconvenientes de la opción Palestina: que ya había una población árabe establecida.

Por su parte Joseph Otmar Hefter, un territorialista judío, creador de Nai Judá (Nueva Judea), fue defensor de crear un hogar en forma de Estado para el pueblo judío en el continente americano. Hefter manifestaba su rechazo al movimiento sionista y defendía la creación de un Estado judío en el continente americano, incluso publicó un mapa con 10 propuestas de “hogar” para el pueblo judío, entre ellas una opción en un territorio entre la Guyana Británica, Venezuela y Brasil y otra entre Brasil y Paraguay.

También propuso Birobidzhan, Australia, Alaska, Canadá, una parte de Egipto, parte de la África Oriental o el sudeste de Asia como un posible Estado para el pueblo judío.

El 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General aprobó un plan para la partición de Palestina, que recomendaba la creación de un Estado árabe independiente y uno judío y un régimen especial para la ciudad de Jerusalén.

 

 

Con información de: bbc.com