Enlace Judío México – Estamos acostumbrados a pensar que ser bueno implica ser dejado; que debemos poner siempre la otra mejilla sin importar cuántas veces recibamos los golpes, y se nos dice que nunca debemos contestar a los ataques. Sin embargo, no es así, la Torá nos obliga a defendernos, a cuidar lo que es nuestro y responder con orgullo. Está tan equivocado aquel que abusa de las personas como aquel que se deja abusar. Ya que, el Talmud señala que una persona que no se ama no puede amar a los demás, permitir las agresiones es una muestra de falta de amor.

En la perashá de esta semana vemos que Jacobo se encuentra con Labán, el charlatan por excelencia. Desde un inicio Jacobo marca la línea que seguirá en cuanto al trato que recibe de Labán. Rab. Mordechai Kamenetzki nos habla de este pasaje. Esperamos les guste.

Hermanos en el escarnio. Rab Mordechai Kamenetzki

El primer encuentro de Jacobo con su futura esposa Raquel fue muy significativo, abarcó una variedad extensa de emociones, las cuales podrían ser explicadas una por una. Al saludarla, Jacobo alimenta a su ganado, la besa, llora y después se presenta como el hermano de su padre (Génesis 29:11-12). Y eso es lo curioso, Jacobo, no era el hermano de Labán, el padre de Raquel: era su sobrino, el hijo de Rebeca, la hermana de Labán.

Entonces, ¿por qué se refiere a sí mismo como hermano de Labán? El Talmud, en el tratado de Meguila, explica que la mala reputación de Labán lo precedía. Era apodado Labán HaArami; es decir Labán el charlatán. Era conocido no sólo por su avaricia, sino también por su cinismo irremediable. Jacobo quería marcar las reglas desde un inicio con su futura novia.

“Si tu padre actúa engañosamente conmigo, entonces seré su hermano [es decir, actuare contigo con engaños]. Sin embargo, si actúas honrosamente responderé de la misma forma.”

Aun así, lo que queda por explicarse es ¿por qué iniciar una relación marital de esta forma? ¿Qué precedente está asentando Jacobo con una declaración tan fuerte?

Rab. Meir Shapiro (1887 – 1933) era el líder de la comunidad judía en Polonia antes de la Segunda Guerra Mundial. Aparte de haber sido el rabino principal de la ciudad de Lublin, de haber mantenido y formado una de las yeshivot (casas de estudio) más grandes e importantes del mundo, Yeshivas Jajmei Lublin, también fue uno de los primeros integrantes judíos del Parlamento polaco en Sejm. Era un líder valiente cuyo compromiso incorruptible a los principios de la Torá le ganó el respeto de judíos y gentiles por igual.

Durante su primer semana como líder de la delegación judía ortodoxa, rab. Shapiro fue abordado por un parlamentario polaco, profesor Lutoslawski, un antisemita conocido cuyo manejo vicioso de la ley constantemente privaba a distintos grupos sociales de derechos civiles y económicos.

Estando ambos frente a un grupo de parlamentarios en los salones de Sejm, el diputado depravado empezó su ataque: “Rabino” gritó, mientras una sonrisa maliciosa recorría su cara. “Tengo una idea increíble para proporcionar sustento a los judíos – pueden desollar perros muertos.”

Sin perder un solo detalle rab Shapiro contestó rápidamente: “Imposible, sus representantes jamás lo permitirán.”

“¿Cuáles representantes? ¿los judíos?” preguntó el professor extrañado.

“No,” sonrío rab. Meir “los diputados de los perros.”

Frustrado, en otra ocasión el hombre vicioso lo intento una vez más. “Bueno, mi querido rabino,” dijo sarcásticamente. “¿Sabías que en las puertas que abren la entrada a la ciudad de Schlesien, hay una inscripción que dice ‘prohibida la entrada a perros y judíos’?”

Rab. Meir simplemente se encogió de hombros “Si es así, Imagino que nunca podremos visitar la ciudad juntos”

No es necesario indicar que rab Mair no fue el primero en enfrentarse a un mundo antisemita.

Jacobo sabía que para empezar su camino en un ambiente hostil debía proclamar las reglas fuerte y claro. No iba a permitirle ni siquiera al maestro del engaño que lo manipulará, lo engañará o lo ridiculizará. Para formar la familia que después sería el orgullo del pueblo judío y la eternidad, Jacobo necesitaba dejar en claro a su futura novia que él también se sabía defender. Fue una advertencia para sus descendientes.

El judío que recién entraba a su tienda, con muestras de cariño y amor fraterno, también se puede convertir en un hermano de escarnio si se le empuja a ello.

Fuente: torah.org