Enlace Judío México – El 22 de noviembre se presentó en el Auditorio Carlos y Tere Metta del Centro Comunitario Monte Sinaí el físico Hanoch Gutfreund con el tema “Einstein y Diego Rivera”. En este evento, se habló del judaísmo de Einstein, y de la admiración del físico más famoso de todos los tiempos por el muralista mexicano por excelencia. 

 

El Profesor Hanoch Gutfreund es Doctor en Física. Ha ocupado la Cátedra Andre Aisentadt de Física Teórica desde 1985 en la Universidad hebrea de Jerusalem. Fue uno de los iniciadores y fundadores del Centro de Computación Neural, donde enseñó por más de veinte años.

Durante los últimos quince años su principal actividad académica y administrativa en la UHJ ha sido preservar el legado de Albert Einstein y en este contexto ha promovido, organizado y participado en conferencias, exhibiciones y eventos públicos en todo el mundo; en ellos hace conciencia del significado de Einstein en la humanidad.

Con un auditorio lleno de jóvenes y adultos interesados en Einstein, Gutfreund habló acerca del judaísmo y la vida diaria de Alfred Einstein: “Antes que nada quiero decirles que no hubo otro Einstein. Einstein consideraba que todo científico debía de desarrollar una forma de comprensión como un ser humano”.

Para él la vida no era solamente ciencia, lo era todo. En 1930 escribió una hermosa carta de tres páginas a la que tituló “El mundo como lo veo”, parte de este documento dice que su ideal político era la democracia. Creíua fuertemente que un sistema autocrático de opresión, rápidamente se degenera en un sistema opresivo. Por esta razón él se oponía a los sistemas políticos como los de Rusia, o Italia, con Mussolini, y por esta razón estaba de acuerdo con la política de Alemania. Esto fue apenas tres años antes que subiera al poder Hitler; aun así durante un tiempo esta forma de gobernar fue buena para el país. Se oponía a los sistemas militares. Apoyaba fuertemente la justicia social, ideales de caridad y responsabilidad social. Creía que una vida simple era suficientemente buena mental y físicamente para la humanidad. Estaba de acuerdo con el derecho a tener posesiones lujosas y éxitos externos gracias a los esfuerzos humanos, y opinaba que “La más hermosa experiencia es el misterio que enfrentamos entre el arte y la ciencia”.

“Einstein no creía en la fe de la humanidad de forma filosófica. Las personas actúan por compasión externa al mismo tiempo que por una necesidad interna llamada “Libre Albedrío”. Estos son los principios que lo guiaron durante toda su vida”, comentó.

En 1915 se opuso a la guerra, lo que provocó un gran antisemitismo hacia su persona. Es durante estos años que es más productivo y creativo. En este año produce la Teoría de la Relatividad. Entre los años 20s y 30s se convierte en un defensor de la paz. Se opone al nacionalismo y lucha en favor de la paz. En una plática con Freud le pide que le explique por qué la gente va a la guerra.

Por las amenazas que tiene contra su vida huye hacia Japón, se escriben varios libros en su contra. Al mismo tiempo en un solo día queman en Alemania todos los libros escritos por Einstein.

En 1939 le escribe su famosa carta al Presidente Roosevelt de los Estados Unidos en la que dice que el ejército alemán está desarrollando armas nucleares.

Al final de la guerra sirve como presidente del Comité de Emergencia de científicos en armas atómicas y llama a un control de energía nuclear, y en 1948 apoyó el establecimiento del estado de Israel. En 1952 le ofrecen la presidencia del estado de Israel, la que él no acepta diciendo. “Me siento muy conmovido por la oferta de nuestro estado de Israel, me siento avergonzado por no poder aceptarla. Mi relación con el pueblo judío se ha convertido en mi más fuerte vínculo desde que me di cuenta de la precaria situación de nuestro pueblo con las naciones del mundo”. Y dijo que sabía muy poco de la naturaleza y nada de la humanidad.

En 1934 Diego Rivera fue invitado a Nueva York para pintar un mural monumental en Rockefeller Center, en Philadelphia y en una escuela para trabajadores en Nueva York vinculada con el partido comunista. Einstein recibió de regalo un libro elaborado con los murales de Rivera llamado Portrait of America. Uno de los murales es muy profético. Lo hace un año de que subiera al poder Hitler, es este mural ya se ve en grande la suástica, además de varios integrantes del gobierno de Hitler, bajo ellos una mujer con la cabeza rasurada, Einstein y más judíos víctimas de la persecución. Es uno de los murales más fuertes. Al recibir el libro, Einstein le escribe a Rivera diciéndole lo mucho que lo admira como persona y como artista.

En una carta, el científico declara su admiración por el artista: “No sería capaz de nombrar a otro artista contemporáneo cuyo trabajo haya sido capaz de ejercer un poderoso efecto similar en mí”.