Enlace Judío México – La Corte Suprema de Justicia ordenó a Beit Shemesh que eliminara los avisos que indican a mujeres cómo vestirse y dónde caminar.

JUDY MALTZ

Una delegación de la Knéset visitó este domingo la ciudad de Beit Shemesh, que ha llegado a ser el epítome de la lucha por la radicalización religiosa en el país, y acusó a los líderes municipales de complicidad en la violación de los derechos de las mujeres de la ciudad.

Miembros del Comité de la Knéset sobre el Estatus de la Mujer recorrieron la ciudad a fin de determinar por qué el municipio no ha cumplido con los recientes fallos judiciales que prohíben la exclusión de mujeres de espacios públicos.

Durante los últimos cinco años, se han librado batallas en la ciudad central de Israel entre residentes ultraortodoxos y ortodoxos modernos por los llamados “avisos de modestia” que residentes ultraortodoxos colocaron en la ciudad.

Algunos avisos controvertidos ordenan a las mujeres cómo vestirse, exigiéndoles que lleven mangas y faldas largas y prohíben la ropa ajustada. Otros les advierten que eviten pasar cerca de sinagogas y yeshivas, donde los hombres tienden a reunirse.

Los ultraortodoxos representan aproximadamente la mitad de una población de 110.000 habitantes de Beit Shemesh, que ha crecido rápidamente en los últimos años.

A principios de este mes, la Corte Suprema de Justicia ordenó a la ciudad que retirara todos los avisos de modestia de los barrios ultraortodoxos hasta el 18 de diciembre y determinó que policía debía vigilar que no se colocaran nuevos carteles.

La semana pasada, el alcalde Moshe Abutbul notificó a la corte que tan pronto como se eliminaran los carteles, serían reemplazados por nuevos y alegó que no podía evitarlo.

Tras su visita del domingo, los miembros del Comité de la Knéset acusaron al municipio de no hacer cumplir la ley con suficiente vigilancia. El municipio no se había molestado en colocar una cámara de vigilancia en una intersección donde aparecían muchos avisos nuevos, dijeron. Además, señalaron que las autoridades había sido poco estrictas para cobrar multas a los infractores.

“No he visto a ningún policía por aquí hoy, y no creo que se acate la ley”, dijo Aida Touma-Suliman, presidenta del Comité de la Knéset y miembro de la Lista Árabe Conjunta, durante una sesión al final de la visita.

“Lo que veo es un Estado dentro de un Estado sin leyes, donde las mujeres están oprimidas”.

Aida Touma-Suliman, quien como legisladora árabe, se encontró en la posición inusual, al tratar de resolver un conflicto entre diferentes denominaciones de judíos, visitaba la ciudad de Beit Shemesh por primera vez. “Puedo decir que sentí mucha tensión en el aire, así como un intento descarado de intimidarnos”. Si esto es lo que sentí después de unas pocas horas, sólo puedo imaginar lo que las mujeres que viven aquí deben sentir”, comentó.

La campaña para eliminar los controvertidos avisos de modestia ha sido dirigida por un grupo de mujeres ortodoxas modernas, la mayoría inmigrantes de países de habla inglesa. Nili Philipp, una de las líderes, dijo que desde el fallo de la Corte Suprema a principios de este mes ella y sus familiares han recibido amenazas de muerte.

Philipp y sus compañeros activistas se unieron a la delegación de la Knéset compuesta de representantes de los partidos de la oposición, entre ellos un solo hombre. La visita fue iniciativa del Centro de Acción Religiosa de Israel, el brazo de defensa local del Movimiento Reformista, que ha estado representando a Philipp y los activistas en los tribunales.

Las tensiones estallaron cuando las legisladoras decidieron bajarse del autobús que las llevaba por la ciudad para observar de cerca algunos de los avisos controvertidos. Durante su recorrido por el barrio ultraortodoxo de Ramat Beit Shemesh Bet, la delegación se enfrentó a residentes enojados que exigían que abandonaran la ciudad porque no estaban vestidos modestamente.

“Si no quieren respetarnos, entonces no pueden estar aquí”, dijo una mujer ultraortodoxa a Touma-Suliman.

“¿Cómo se sentiría si le dijera que no puede entrar a mi casa si no se quita la cabeza manta de la cabeza porque me parece ofensivo?” preguntó la legisladora.

Los miembros de la delegación de la Knéset se sorprendieron al descubrir un cruce de peatones en el barrio marcado con las siguientes palabras: “Cruce con ropa modesta”.

Los visitantes encontraron otro letrero cerca de una sinagoga que dirigía a los hombres hacia la derecha y a las mujeres hacia la izquierda. Touma-Suliman tomó el letrero y caminó por la calle con él. “Lo colocaré en nuestra sala del Comité de la Knéset”, dijo.

Philipp y otro activista, retiraron algunas señales ofensivas con sus propias manos.

El grupo también descubrió graffiti en la pared de una sinagoga que decía: “Se prohíbe la entrada a judíos reformistas”.

Philipp explicó a los legisladores que los residentes de Beit Shemesh tenían que pasar por este barrio para llegar a otras secciones de la ciudad y que a ella y a sus hijas les escupían cuando lo hacían.

La semana pasada, el diputado Israel Eichler, del partido ultraortodoxo Judaísmo de la Torá, pidió al presidente de la Knéset, Yuli Edelstein, que cancelara el viaje planeado por el comité, calificándolo como una “provocación”. Permitir a mujeres reformistas caminar por un vecindario ultraortodoxo es igual a permitir a judíos radicales de derecha pasar por una ciudad árabe.

“El único propósito de este viaje es provocar a los medios de comunicación”, afirmó. “Este viaje sólo beneficiará a las organizaciones de mujeres de reformistas”.

IRAC presentó una demanda contra el municipio de Beit Shemesh y su alcalde hace cuatro años, exigiéndoles que eliminen los avisos de modestia.

El Tribunal de Beit Shemesh falló a favor de los demandantes en enero de 2015 y ordenó al municipio pagar una indemnización a las mujeres por su manejo del asunto. A pesar de esa decisión, los avisos no fueron retirados, y los demandantes se vieron obligados a acudir a la Corte Suprema.

En junio de 2016, el Tribunal de Distrito de Jerusalén le dio a Abutbul tres semanas para eliminar los avisos ilegales y ordenó actuar contra los delincuentes. Luego de que el alcalde tampoco cumplió con ese fallo, el pasado junio, el Tribunal de Distrito de Jerusalén respondió a una solicitud de IRAC y ordenó al municipio pagar 10.000 shekels (2,860 dólares) diarios en multas hasta que se eliminaran todos los letreros.

Abutbul intentó que la Corte Suprema revocara esta decisión pero fracasó, y los jueces determinaron a principios de este mes, que la exclusión de mujeres no se tolerará en ninguna ciudad de Israel.

Touma-Suliman dijo que ella y los miembros de su comité no tenían intención de crear provocaciones. “Llegamos a lugares donde las mujeres se sienten amenazadas, excluidas y victimizadas, ese es nuestro trabajo”, dijo.

En su defensa, Chotem, director general del municipio, señaló que había planes de instalar cámaras de vigilancia en el vecindario donde aparecieron los nuevos carteles y agregó que una cámara colocada en otra parte de la ciudad ya había sido saboteada.

Por otra parte, dijo que también era importante respetar el estilo de vida de los judíos ultraortodoxos.

“No quiero escuchar sobre ‘sensibilidad cultural'”, respondió Touma-Sliman. “Cada vez que se habla de ‘sensibilidad cultural’, es porque se quiere legitimar la opresión de las mujeres. De pronto, son “sensibles”.

Touma-Sliman dijo que pretende reunirse con el ministro de Seguridad Pública Guilad Erdan y discutir con él las formas de hacer cumplir las decisiones judiciales.

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