Enlace Judío México – Mientras que los palestinos siguen diciendo que el actual gobierno estadounidense ya no puede ser un mediador honesto en el proceso de paz con Israel, Japón y China intentan entrar al campo diplomático.

HERB KEINON

El ministro de Relaciones Exteriores japonés, Taro Kono, invitó ayer al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, a una cumbre en Tokio. La semana pasada, China recibió a delegaciones de ambos lados para un diálogo sobre cómo reiniciar el proceso.

Un funcionario israelí dijo el martes que Netanyahu aceptaría la propuesta de Tokio sólo si se invita a Estados Unidos.

Mientras tanto, en Pekín, delegaciones de israelíes y palestinos, con la activa ayuda de China, elaboraron un documento político llamado “Avanzando hacia una resolución del conflicto palestino-israelí” que se basa en una solución de dos Estados.

La delegación israelí estuvo encabezada por el diputado Hilik Bar (Unión Sionista), vicepresidente de la Knéset y jefe del Comité de la Knéset para la Solución de dos Estados con la participación del director de la Iniciativa de Ginebra, Gadi Baltiansky.

El equipo palestino incluyó a Nabil Sha’ath y Ahmad Majdalani, dos altos funcionarios de la Autoridad Palestina.

El hecho de que esta reunión haya tenido lugar en China, y no en Suiza, es una “gran diferencia”, afirma Bar. “China es una superpotencia que entra al juego y podría marcar la diferencia con los palestinos”.

La reunión se realizó a raíz de una propuesta de cuatro puntos para la paz en Oriente Medio presentada durante el verano por el presidente chino, Xi Jinping.

El plan pide una solución de dos Estados basada en las líneas anteriores a 1967, con Jerusalén Este como la capital de un futuro Estado palestino; poner fin a la actividad de asentamientos y tomar medidas para impedir la violencia contra civiles; coordinar esfuerzos con la comunidad internacional para presentar medidas que promuevan la paz; y fomentar la paz a través del desarrollo y la cooperación entre los palestinos e Israel.

Bar señaló que el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, estuvo íntimamente involucrado en el diálogo de más de dos días.

“Los chinos intentan involucrarse en el Medio Oriente en general y en el conflicto israelí-palestino en particular, en el contexto de los cuatro puntos presentados por el presidente”, explicó.

Además, están demostrando que pueden unir a delegaciones de palestinos e israelíes en un momento de grandes tensiones tras el movimiento de Trump sobre Jerusalén, y el reciente voto de la ONU contra la decisión estadounidense.

Cuando se le preguntó si realmente quería que China interviniera como intermediario principal en el proceso de paz de Oriente Medio, Bar respondió que en sus reuniones dejó en claro que la delegación no ve a los chinos como un reemplazo a los estadounidenses, y que ellos lo entienden.

“Ellos dijeron que no quieren reemplazar a EE.UU., sino ayudar. Todo el que pueda hacer que cualquiera de las partes haga los compromisos necesarios en las negociaciones es bienvenido. Si los norteamericanos pueden lograr que Israel haga las “concesiones necesarias”, entonces los chinos, junto con otros,tal vez puedan presionar a los palestinos a que hagan lo mismo”.

“Tal vez eso es lo que ha faltado en el pasado, que los palestinos se sientan más presionados para dar ciertos pasos si tienen que rendir cuentas a otros, además de los estadounidenses”.

Además de su posición como potencia mundial, China también está invirtiendo en la Autoridad Palestina y ha desarrollado una influencia económica, agregó.

El viaje de la delegación israelí fue coordinado con el Ministerio de Relaciones Exteriores únicamente. Por lo tanto, Bar hizo hincapié en que el grupo no representaba al gobierno y que no podía tomar ninguna decisión en nombre de Israel.

Bar explica que el creciente interés de China en participar en el proceso diplomático ahora está vinculado con un gigantesco proyecto de infraestructura llamado “One Belt-One Road” (“Un cinturón-Una Ruta”) para desarrollar rutas de transporte, puertos, ferrocarriles y carreteras con el fin de expandir el comercio en países de Asia, África y Europa.

“También existe el deseo de demostrar que son una verdadera potencia mundial y como tal, lo que sucede en otros lugares es importante para ellos”.

Fuente: The Jerusalem Post / Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico