Enlace Judío México.- Ante el panorama electoral que enfrentan 6 países de América Latina este año, las iglesias evangélicas se preparan para buscar un giro de la fuerza política hacia la derecha.

LAURA SANTOS

Brasil, México y Colombia, donde se esperan victorias con márgenes de votos muy estrechos, son algunos de los escenarios donde podrían lograrlo.

“Los hermanos de la fe latinoamericanos cada vez están más dispuestos a formar alianzas con candidatos y partidos que ostensiblemente no comparten sus valores evangélicos, como en el caso del PES (Partido Encuentro Social) en México, fundado por un pastor pentecostal, el cual se ha aliado a Morena de Andrés Manuel López Obrador“, detalló a REFORMA Andrew Chesnut, director de Estudios Católicos de la Virginia Commonwealth University.

El investigador ahondó que dicha alianza podría afinar la imagen de López Obrador en algunos sectores, acompañándolo hacia la derecha y limando el miedo de que sería el Hugo Chávez o el Nicolás Maduro mexicano.

En Colombia, por su parte, tales estructuras religiosas organizan una serie de reuniones que se denominan Gran Encuentro Nacional para Discipular la Nación e Impactar las Elecciones del 2018, en las cuales una serie de pastores y líderes discuten cómo será su incursión en los comicios.

“Necesitamos políticos con temor de Dios”, se lee en uno de los comentarios de la página de Facebook del evento colombiano.

En ese sentido, Javier Calderón, investigador del Centro Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), explica que generalmente los partidos evangélicos llenan el espacio político de sectores de la población descontentos con el Gobierno o que no encontraban quién los representara.

Además, la organización religiosa gana cada vez más feligreses.

En un estudio, Calderón citó que hay más de 100 millones de creyentes en la región, es decir, una quinta parte de sus habitantes.

Sus líderes, entonces, se dieron cuenta que en dichos fieles tenían un gran poder de convocatoria.

Desde hace varios años las iglesias evangélicas inciden en las decisiones políticas de la mayoría de los países del continente, ya sea conformando partidos o con su apoyo a candidatos.

Surgieron en Latinoamérica a partir de la década de los años ochenta bajo el modelo de las iglesias de Estados Unidos.

En Chile, ayudaron a que Sebastián Piñera llegara a la Presidencia; en Colombia, fueron sustanciales para que ganara el “No” en el plebiscito por la paz; en Brasil, tienen una bancada parlamentaria que apoyó el juicio político contra Dilma Rousseff; y por último, fueron cruciales en la elección de Donald Trump como Presidente de Estados Unidos.

Aunque su presencia abre el debate de la separación entre la Iglesia y el Estado, Calderón contextualizó que los evangélicos pentecostales tienen derecho a participar en los estados democráticos, como cualquier otra comunidad; el dilema se plantea a partir de los temas que impulsan.

“El problema es que utilizan los escritos de la biblia casi como principios constitucionales. Son muy reactivos a la agenda de derechos sexuales y reproductivos, a los derechos de la diversidad sexual y a los temas de género”, explicó el especialista.

La mayoría de los políticos evangélicos en la región son de centroderecha, aunque existe una minoría que se asoma hacia la izquierda.

Un ejemplo es Marina Da Silva, pre candidata pentecostal a la presidencia de Brasil, quien es una líder ecologista con un discurso crítico a las reformas impulsadas por el Presidente Michel Temer.

Una tendencia que se observó en Estados Unidos fue que los católicos blancos se juntaron con los evangélicos a favor de Donald Trump, por lo que no luce descabellado que en América Latina aparezcan alianzas similares a favor de la derecha.

 

 

 

 

Fuente:reforma.com