Enlace Judío México.- Entonces, la causa fue una disputa dentro del régimen. Ahora, el pueblo está demandando un final al régimen.

MARYAM RAJAVI

Las protestas en Irán envían un mensaje convincente: El régimen clerical se encuentra en terreno inestable, y el pueblo iraní está inquebrantable en su búsqueda de derribarlo. Las consignas contra velayat-e faqih, o el control clerical absoluto, pedían una república real y apuntaron explícitamente al líder supremo del régimen, Ali Khamenei y al Presidente Hassan Rouhani. Esto disipa el mito, todavía albergado por algunos gobiernos, de que los iraníes distinguen entre moderados e intransigentes en Teherán. También socava los argumentos defectuosos que describen a un régimen estable.

Millones de iraníes viven en la pobreza. Sin embargo Teherán ha gastado por encima de u$s100 mil millones en la masacre en Siria, según informes obtenidos por el Consejo Nacional de la Resistencia de Irán. Los cánticos de “Muerte a Hezbolá” y “Abandonen Siria, piensen en nosotros en su lugar”, demuestran claramente la oposición del pueblo a los planes regionales beligerantes del régimen.

El presupuesto oficial del país este año asigna más de u$s26.8 mil millones a asuntos militares y de seguridad y a la exportación del terrorismo. Esto es además de los u$s27.5 mil millones en gasto militar de instituciones controladas por el Sr. Khamenei y el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica. El presupuesto para salud es sólo de u$s16.3 mil millones. Débil y vulnerable, el régimen gasta sumas tan astronómicas en intromisión regional como parte de su estrategia para la supervivencia.

Los escépticos podrían señalar que Irán ha enfrentado protestas antes. ¿Qué hace diferente al levantamiento actual de las protestas del 2009?
Las protestas del 2009 fueron provocadas por disputas en lo más alto del régimen. Las protestas actuales—que comenzaron en la segunda ciudad más grande de Irán, Mashhad, y se difundieron rápidamente a través del país—fueron motivadas por los precios en alza, ruina económica, corrupción generalizada y resentimiento hacia el régimen. Este mal manejo económico sistémico tiene sus orígenes en el sistema político, y empeora cada día.

Ese es el motivo por el cual surgió casi de inmediato la demanda de cambio de régimen. Parece ser el único resultado concebible.
Otra gran diferencia: El levantamiento del 2009 fue liderado inicialmente por la clase media alta, con estudiantes universitarios en su núcleo y Teherán como su centro. Las recientes manifestaciones abarcan una franja mucho más amplia de la población—la clase media, los desamparados, obreros, estudiantes, mujeres y gente joven. Casi toda la sociedad ha estado representada en la línea de los manifestantes.

El levantamiento actual tampoco está vinculado a ninguna de las facciones internas o agrupamientos del régimen. No hay ninguna ilusión acerca de reforma o cambio gradual desde adentro. Una de las consignas populares en Teherán es “Intransigentes, reformistas, el juego terminó.” Esta es otra señal más de la certeza del derrumbe. Como dice una expresión iraní: Quizás más temprano o más tarde, pero definitivamente seguro.

El factor diferenciador final es el ritmo de los acontecimientos. En menos de 24 horas, las consignas de los manifestantes cambiaron de dificultades económicas al rechazo del régimen entero. El establishment ha sido pescado con la guardia baja y está luchando por encontrar una solución unificada. El CGRI declaró la victoria sobre las protestas el domingo, pero esto refleja sus esperanzas más que la realidad en el terreno.

El régimen ha emitido fuertes advertencias en contra de unirse al grupo opositor principal, Mujahedin-e Khalq. Uno tras otro, funcionarios de rango bajo y alto, unidos por los líderes de los rezos del viernes a lo largo del país que pisan la línea del régimen, culpan al MEK por las protestas. El torrente de declaraciones por parte de funcionarios del régimen refleja su pánico por la expansión del levantamiento a nivel nacional y la popularidad en alza del MEK y del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán.

La dictadura religiosa ha recurrido a la supresión extensiva para enfrentar a los manifestantes. El CGRI ha matado al menos a 50 personas y herido a cientos. Para el final del noveno día de protestas, habían sido arrestados al menos 3,000, según nuestras fuentes en el país. Numerosos informes indican que las fuerzas de seguridad golpearon literalmente las puertas de la gente y les advirtieron de asistir a manifestaciones. La red de supresión ha sido proyectada tan amplia como fue posible.

A la luz de esta represión brutal, la comunidad internacional no debe permanecer en silencio. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas debe adoptar medidas punitivas contra los crímenes del régimen. Esta ha sido durante mucho tiempo la demanda del pueblo y de la oposición iraní. No debemos olvidar que los perpetradores de la horrorosa masacre en 1988 de 30,000 prisioneros políticos están todavía en el poder hoy, detentando altas posiciones ejecutivas y judiciales mientras participan en el asesinato de manifestantes en las calles.

Tal vez la diferencia final entre las protestas del 2009 y el levantamiento reciente será que el último tenga éxito en derrocar a la teocracia vilipendiada en Irán. El pueblo de Irán lo espera fervientemente.

 

*Maryam Rajavi es presidente-electa del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán, una coalición de la oposición iraní con sede en París.

 

 

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México

 

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